En estas olimpiadas los patrones se llevan el oro, mientras que los trabajadores dejan todo en línea de producción.
Miércoles 24 de agosto de 2016
Los empresarios tienen sus propios juegos olímpicos donde su hazaña es multiplicar sus ganancias. Su rival en esta competencia son los trabajadores. Ganan si tienen destreza suficiente para ajustarlos, dividiendolos y así poder sacar provecho. Ellos manejan con habilidad las siguientes disciplinas: despidos, suspensiones y precarización laboral. En las publicidades incentivan el trabajo en equipo, el esfuerzo personal y el compromiso, pero su dueño carece de esas destrezas y es el que ganó mas de 2.400 millones de dolares en el último año.
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Despidos
Desde el año pasado se viene despidiendo a contratados, casi 80 trabajadores fueron dados de baja a mediados del 2015 en Avellaneda (SIAM), en Campana (ATMA), fueron por más y a fines del mismo año más de 150 se quedaron en la calle, todo un récord para la empresa.
Suspensiones
En la categoría suspensiones la situación no es muy diferente, en Avellaneda hace dos meses vienen llevando a cabo un plan de suspensiones al 70 % del sueldo, 5 días al mes. En Campana (ATMA) el mes de Agosto la empresa y el sindicato (UOM) decidieron a espaldas de sus trabajadores suspender las actividades 7 días en dicho mes al 80 % del sueldo.
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Una maratón que no termina…
Hay unos 100 “maratonistas” en busca de su meta: la efectivización. Hace mas de un año, trabajadores y trabajadoras aguantan en esta pista por el objetivo, muchos de ellos dejando el cuerpo, sufriendo tendinitis, lumbalgia y varios otros tipos de lesiones. Con el correr del tiempo se siente cada vez más las enfermedades laborales. No se pueden dar por vencidos, siguen en competencia porque la opción es el hambre de las familias desocupadas. La empresa trata de dividir a los participantes en distintos equipos, efectivizados, contratados por empresa y por agencia.
Los que tendrían que jugar para los trabajadores, acompañándolos y defendiéndolos para llegar a la meta son los delegados de la UOM. Pero este “equipo técnico” se pone la misma camiseta de la empresa abajo de la del sindicato. Termina jugando para los patrones son los que se suben al podio de la mano de los empresarios y se llevan el oro.
