El decreto presidencial compatibiliza los programas sociales con el trabajo registrado en actividades temporales y estacionales. Así le garantiza a los empresarios rurales mantener condiciones laborales miserables y además no toca la situación de precarización extrema que es alta en las economías regionales.
Lunes 23 de agosto de 2021 21:13
Días atrás, el gobierno publicó en el Boletín Oficial una medida que busca compatibilizar la percepción de los planes sociales Tarjeta Alimentar y Potenciar Trabajo, con el trabajo registrado en tareas temporales y estacionales.
La medida, anunciada días atrás por el presidente Alberto Fernández en un acto en la Ciudad entrerriana de Concordia afectará a unos 250.000 trabajadores rurales.
A partir de septiembre, podrán trabajar de manera registrada sin arriesgar la ayuda social. Además, la formalización del empleo beneficiará al Estado porque se recibirán impuestos vía aportes y contribuciones a la seguridad social.
Si bien fue apoyada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la medida llega en plena campaña para responder a un pedido histórico de los empresarios del sector. Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), sostuvo que los productores podrán acceder a una mayor cantidad de mano de obra.
Se trata más bien de una concesión a las patronales del campo ya que permite a los empresarios del sector mantener los salarios en niveles bajos. Con un objetivo similar a la ATP o la Repro 2, dos beneficios otorgados a las empresas durante la pandemia para subsidiar salarios, esta medida garantiza el ahorro de las patronales, que buscan a toda costa reducir el "costo" de la mano de obra en el campo.
Además, la medida no incluye ninguna solución para el trabajo negro y las condiciones de trabajo paupérrimas del sector, las cuales llegan a rozar la esclavitud: hacinamiento, trabajo sin protección sanitaria contra el Covid-19 e ingresos de miseria.
En diálogo con La Izquierda Diario los trabajadores de la localidad de Enrique Godoy en Río Negro, denunciaron que “no nos dan ni alcohol en gel, los colchones parecen una lámina, las camas con catreras con maderas, las habitaciones sin vidrios, con las lluvias se llovía más adentro que afuera”. La historia del trabajo golondrina en la provincia incluye el caso del trabajador salteño Daniel Solano, joven desaparecido luego de denunciar las condiciones laborales en el Valle Medio.
La condición temporaria del empleo, además, obliga a permanecer a los trabajadores golondrina en largos periodos de desempleo. Por eso, trabajadores golondrina vienen de enfrentar un recorte en los planes inter-zafra, iniciado por el Ministerio de Trabajo de la Nación. También reclamaron un aumento en los planes inter-zafra de 5.000 a 17.000 pesos.
Tampoco se anunciaron medidas para acabar con el trabajo infantil. En Concordia, la cosecha de arándanos vacía las aulas, ya que les niñes abandonan la escuela para trabajar.
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En las denuncias se repite la ausencia de Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE ), el gremio que debería representar y proteger a los trabajadores rurales. En la vereda del frente se organizan de manera independiente trabajadores del citrus, de los ingenios azucareros, vitivinícolas (de viñas y de bodegas), y trabajadores golondrinas de distintas provincias. El sábado 8 de agosto, realizaron un plenario virtual junto con el Movimiento de Agrupaciones Clasistas.
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El pre-candidato a diputado nacional de Jujuy y parlamentario del NOA Alejandro Vilca exigió el apoyo a un
Programa Intercosecha para trabajadores y trabajadoras rurales de todo el país, proyecto que presentará junto a Nicolás del Caño en el Congreso Nacional.
El proyecto plantea, entre otras cosas, que el Plan Intercosecha sea por un monto no menor al Salario Mínimo Vital y Móvil, que sea de cobro universal y sin las restricciones que hoy dejan afuera a miles de trabajadores rurales.
