Desde el Banco de España y desde Bruselas se insta al Estado español, es decir, al futurible gobierno PSOE - Unidas Podemos, que haga reformas de calado en materia de pensiones para compensar los gastos previstos. Una advertencia que limita al límite el discurso “expansivo” de Sánchez e Iglesias.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 20 de noviembre de 2019
Foto: EFE
Cuando el río suena, agua lleva, y este río trae mucha agua. Son muchos meses en los cuáles diferentes organismos económicos y políticos, entre ellos el Banco de España y la Comisión Europea, están alertando al Estado español que su actual nivel de deuda pública lo sitúa en una situación compleja frente a la próxima crisis económica.
Esta crisis, a la cual tan solo falta ponerle fecha y hora, pues nadie duda de su llegada, volverá a tener un impacto importante en el mercado laboral español, muy atado en su vertiente exportadora a países como Alemania o Italia, precisamente los dos Estados en entrar en recesión este 2019. El germano en el tercer trimestre y el italiano se pronostica su recesión al cierre de este cuarto trimestre.
Ante este panorama de nubes negras, las pensiones están el punto de mira. Tras grandes reformas desplegadas en los gobiernos de Zapatero y Rajoy a raíz de la crisis del 2008, como la reforma laboral, el gran objetivo del sector privado especulador y de los organismos económicos y políticos a su servicio, ha sido el sistema de pensiones.
Las pensiones, que vienen de perder poder adquisitivo año tras año, son a fecha de hoy el campo donde el Banco de España y la Comisión Europea exigen las modificaciones de mayor calado.
Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del organismo supervisor, advirtió de la necesidad de “acciones de calado [...] para garantizar la sostenibilidad económica”.
En esta ocasión el Banco de España dibuja algunas de las soluciones posibles, en las que destaca la medida estrella, aumentar la edad de jubilación.
“Parece lógico trabajar algo más si vivimos bastante más”, aseguraba el propio Arce. Aumentar la edad de explotación de nuestras vidas para sostener la riqueza de unos pocos.
Desde el Banco de España aseguran no tener ninguna predilección por ninguna acción en concreto, pero extrañamente este anuncio por parte de Arce ha coincido con el toque de atención desde Bruselas.
Miembros de la Comisión Europea advierten al futuro gobierno del Estado español que durante los últimos años el aumento de la deuda y la política de vincular las pensiones al IPC ha aportado un gasto extra que debe ser nivelado.
Desde el organismo europeo han apuntado directamente a reformas de calado en las pensiones, entre ellas el aumento de la edad de jubilación y los planes de vida combinados con aportaciones del trabajador y la empresa, entre otros.
Una situación que desde Bruselas ligan al endeudamiento cercano al 100% del PIB del Estado español, sin mencionar, obviamente, que cerca del 40% de esa deuda se produjo al inicio de la crisis del 2008 cuando desde la administración central se decidió salvar a la banca y convertir en deuda pública lo que era una deuda privada de un mal negocio de estafadores y corruptos.
Más allá de estas advertencias, nada nuevas como comentábamos, son especialmente un jarro de agua fría mezclada con realidad para Sánchez e Iglesias.
Cualquier discurso de un gobierno “expansivo” y "progresista" en el terreno económico de la mano del PSOE queda poco menos que un guión de ciencia ficción.
Más allá que en la campaña electoral el PSOE disputaba los votos más reaccionarios a la derecha en torno a Catalunya y Unidas Podemos solo tenía como eje de campaña gobernar con el PSOE, ninguno entró mucho en harina económica por ser conocedores de la situación de las arcas de Moncloa.
Aún se debe conformar el gobierno y se deben empezar a tomar las medidas concretas, lo que está claro es que estas medidas de calado van a dirigirse a seguir minimizando el poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares, ha seguir precarizando las condiciones laborales y a seguir robandonos años de nuestra vida para poner nuestro tiempo al servicio de sus negocios y sus beneficios. Ahora, eso sí, si fallan, hacienda somos todos.