Rafeef Ziadah escribió "Las tonalidades de la ira" durante el bombardeo a Gaza en diciembre de 2008. Describe cómo en ese momento un soldado israelí le pegó una patada en el estómago y la amenazó con violarla. Trece años después de ser escrito y relatado por ella misma, sigue estremeciendo. Una vez más sale a la luz la brutalidad sionista contra el pueblo palestino.
Viernes 14 de mayo de 2021 10:01
Foto: Palestina Libre
Rafeef Ziadah nació en 1979 en Beirut, capital de El Líbano. De ascendencia palestina, pertenece a la tercera generación de personas refugiadas de su familia. Es periodista, poeta y activista por la defensa de los derechos humanos.
En este video Rafeef relata, antes de recitar su poema, los hechos que la impulsaron. "Escribí este poema mientras realizábamos una acción directa en mi facultad. Me dije ’seré únicamente palestina, no me comportaré como colona o soldado’. Así que estaba sentada en el suelo y este hombre vino y me dio una patada en el estómago y me dijo ’te mereces ser violada antes de que tengas hijos terroristas’. En ese momento no dije nada, pero después escribí este poema, dedicado a este joven caballero".
Tonalidades de la ira
¡Permíteme que hable en mi lengua árabe
antes de que también ocupen mi lengua!
¡Permíteme que hable en mi legua materna
antes de que también colonicen su memoria!
Soy una mujer árabe de color,
y venimos de todas las tonalidades de la ira.
Todo lo que mi abuelo quería era
despertarse al alba y ver a mi abuela rezar de rodillas,
en una aldea escondida entra Yaffa y Haifa.
Mi madre nació bajo un olivo,
en una tierra que, como dicen, ya no es mía.
Pero yo atravesaré sus barreras, sus puestos de control,
sus malditos muros de apartheid, y retornaré a mi patria.
Soy una mujer árabe de color
y venimos de todas las tonalidades de la ira.
Tú has oído ayer gritar a mi hermana
al dar a luz en uno de sus puestos de control,
con soldados israelíes buscando entre sus piernas
a su próxima amenaza demográfica,
su hijita llamada Yanín
Tú has oído gritar a Amni Mona
tras los barrotes de su prisión mientras gaseaban su celda:
“Estamos volviendo a Palestina!”.
Soy una mujer árabe de color
y venimos de todas las tonalidades de la ira.
Pero tú me dices que este útero que hay en mi interior
sólo te traerá tu próximo terrorista,
usando barba y blandiendo una pistola,
con turbante y negro como la arena.
Tú me dices que mando a mis hijos a morir,
Pero son vuestros helicópteros y F-16 los que están en nuestro cielo.
¡Vamos a hablar sobre el asunto del terrorismo un segundo!
¿No fue la CIA la que mató a Allende y Lumumba
y quien primero adiestró a Osama?
No fueron mis abuelos
quienes corrían como payasos,
con capas y capuchas blancas en la cabeza
linchando a los negros.
Soy una mujer árabe de color
y venimos de todas las tonalidades de la ira.
“¿Quién es esa mujer morena gritando en la manifestación?”.
¡Perdón! ¿Es que yo no debería gritar?
He olvidado ser tú siempre orientalista sueño, genio en una botella,
bailarina del vientre, joven de harén, mujer árabe de voz suave
que dice: Sí, señor, no señor.
¡Gracias por los sándwiches de manteca de cacahuete
que deja caer sobre nosotros tu dueño de los F-16!
Sí, mis libertadores están aquí para matar a mis hijos,
y llamarles “daños colaterales”.
Soy una mujer árabe de color
y venimos de todas las tonalidades de la ira.
¡Así que déjame decirte que este útero que hay en mi interior
sólo nos traerá un próximo rebelde!
Tendrá una piedra en una mano y una bandera palestina en la otra.
Soy una mujer árabe de color.
¡Cuidado, cuidado con mi ira!
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