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Red Internacional
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TRABAJO DOMÉSTICO. Las trabajadoras domésticas somos las más precarias en este sistema

En estos días los colectivos de trabajadoras domésticas siguen con especial atención el anuncio del gobierno de Sánchez, con el apoyo de Podemos, de incluir en los presupuestos de 2019 la ratificación del convenio 189. ¿Qué podemos esperar?

Viernes 26 de octubre de 2018

Por eso, como trabajadora doméstica, quiero aportar una reflexión. Dicho convenio 189, que ya ha sido aplicado en otros países de Europa y Latinoamérica, ha sido diseñado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el año 2011. Trata sobre el principio básico del reconocimiento de la protección social de las trabajadoras domésticas, ya que, en la actualidad, al no ser parte del Régimen general de la Seguridad Social no tenemos ni derecho a cobrar el desempleo. Esta medida, aseguran desde el gobierno, se aplicará de manera progresiva, y también incluirá los permisos por maternidad, la libertad de asociación y libertad sindical, el reconocimiento efectivo de derecho de negociación colectiva y una protección efectiva contra todo abuso de acoso y violencia.

Las empleadas del hogar somos un sector altamente feminizado y las más precarizadas, donde más abusos laborales se producen día tras día por parte de los empleadores. También hay una mayoría de mujeres inmigrantes trabajando como internas las 24 horas al día, y muchas de estas trabajadoras están sometidas a los chantajes de sus patrones por carecer de papeles y con el miedo constante a ser deportadas de nuevo a sus países.

Por eso este convenio 189 de regulación que propone la OIT y que promete aplicar el gobierno de Sánchez con el apoyo del resto de los grupos parlamentarios es totalmente insuficiente, en un sector donde la mayoría de las trabajadoras prestan sus servicios sin cobertura a la seguridad social, cobrando en negro o incluso para muchas de las trabajadoras internas en sus salarios se incluye también la comida y el alojamiento. Y esto último, no sólo no lo elimina si no que lo avala el convenio de la OIT en el artículo 12C.189, que una parte del salario pueda ser pagado en especies. El convenio tampoco incluye medidas para que los contratos de trabajo sean por escrito y no de manera verbal como hasta ahora se vienen realizando (artículo 7C 189).

Sobre las jornadas de trabajo de más de diez o doce horas sin descanso, la ley RD 1620/2011 considera que las 40 horas que figuran en el contrato laboral "son trabajo efectivo", pero para el resto de las horas extras utiliza el término trampa de "horas de presencia", es decir, que para las trabajadoras internas sus jornadas laborales seguirán siendo de 24 horas, todo un abuso por parte de sus empleadores. Nada habla de abolir este tipo de contratación y que a los patrones se les obligue por ley a facilitar los papeles a sus empleadas y dejen de ser ilegales. Para que ninguna persona sea ilegal y que sus jornadas sean de ocho horas máximo, con dos días de libranza y un mes de periodo vacacional; para que sus salarios estén equiparados con el coste de la vida y puedan vivir fuera de los domicilios donde prestan sus servicios. Como conclusión, es importante tener en cuenta que poco podemos esperar desde la clase trabajadora de parte de estos organismos, que junto con los gobiernos están al servicio de los capitalistas. Nuestros derechos tenemos que conseguirlos con la lucha.

Por eso, aunque la mayoría de las trabajadoras domésticas no podamos hacer huelga este 8M (porque no tenemos derechos sindicales y nos echan fácilmente), es importante que apoyemos al resto de nuestras compañeras para que este año sea un 8M más internacional y potente si cabe que el año pasado, donde nuestros derechos como trabajadoras se visibilicen y nos podamos agrupar junto con nuestros compañeros trabajadores: para acabar con la explotación, opresión, y sufrimiento al que nos someten los empleadores, las instituciones y gobiernos capitalistas.