El nuevo gobierno municipal de PP y Cs, apoyado por VOX ya deja notar su “impronta” ultra conservadora. El último ejemplo es la adjudicación de la nueva contrata del Servicio de Parques y Jardines.
Miércoles 11 de septiembre de 2019
Foto: Ayuntamiento de Zaragoza
En las elecciones municipales y autonómicas del pasado 26 de mayo el hundimiento electoral del anterior equipo de gobierno de Zaragoza en Común (ZEC), que perdió casi la mitad de sus concejales, propició la llega al poder de las derechas.
Las tres derechas se dejan notar desde el principio
En estos 3 meses que lleva en el poder el nuevo equipo de gobierno liderado por el popular Jorge Azcón, ha dejado claro cuál va a ser línea de actuación. Por un lado, eliminar inmediatamente y de raíz las mínimas medidas progresistas adoptadas por el gobierno de ZEC, aunque estas fueran meramente estéticas y simbólicas como el nombre y el uniforme en la reforma de la UAPO.
Por el otro, favorecer los intereses de las grandes empresas y la patronal, regalándole dinero público con adjudicaciones de servicios municipales o la promesa de grandes pelotazos urbanísticos como la construcción del nuevo estadio municipal de fútbol que sustituya a la “vieja” Romareda.
En cuanto a lo primero, una de las primeras medidas del nuevo gobierno ha sido la recuperación de la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) y la compra de nuevas fundas para los chalecos anti agresiones de esta unidad por 12.898 euros. En palabras de la portavoz del equipo municipal, María Navarro: “Se cumple así nuestro compromiso para que la UAPO vuelva a ser lo que era en aras a que Zaragoza sea una ciudad segura, finalidad en la que esta unidad juega un papel fundamental”.
Con esto dejan sin efecto la reforma estética y de siglas de dicha unidad.
Otra medida eliminada ha sido el cambio de nombre de ocho calles de la ciudad con nombres franquistas, que ahora dejan sin efecto. Según esta portavoz, el expediente municipal en el que se basó esta aprobación, fue “un expediente sectario y político, sin ningún sentido”.
Pero como decíamos, no solo se trata de acabar con todas las medidas simbólicas que tomo ZEC. También quiere mantener el continuo “regalo” y trasvase de dinero público, a través de la subcontratación de servicios municipales básicos, en favor de las grandes empresas que ZEC, en sus cuatro años de gobierno, no modificó en absoluto.
El último de ellos ha sido la adjudicación el pasado viernes 6, del nuevo contrato de conservación y mantenimiento de parques y zonas verdes a Acciona Medio Ambiente por 49,2 millones de euros, IVA incluido, para los próximos cuatro años, prorrogable por otro. Esta empresa ha asegurado que puede dar el mismo servicio que la anterior, FCC, con un coste del 12 por ciento menos.
Sin embargo, por desgracia, la experiencia demuestra que cuando una empresa privada quiere reducir costes en la prestación de un servicio, esto siempre es a costa de un empeoramiento notable de las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores y trabajadoras. Además, la nueva empresa adjudicataria, al igual que la anterior que pertenecía a unas de las familias más explotadoras del país como las hermanas Koplowitz, pertenece a la familia Entrecanales, otra de los grandes clanes de la oligarquía española.
El fracaso de ZEC abre la puerta al gobierno de las derechas y a sus políticas
Todo lo planteado anteriormente es consecuencia de la frustración, del descanto generalizado producto de los 4 años del gobierno municipal anterior. Esta candidatura municipal integrada por Podemos, IU, Puyalón, Equo, y casi todo el resto de la izquierda zaragozana llegó al poder gracias a un gran resultado electoral en las elecciones municipales de 2015, que la llevó a convertirse en la segunda más votada con 9 concejales.
Este triunfo fue debido a que muchos luchadores y gran parte de los movimientos de izquierdas de la ciudad pusieron sus esperanzas en esta candidatura electoral. Con un programa electoral con medidas tan sentidas como el no pago de la deuda, el derecho a la vivienda y la lucha por la remunicipalización de los servicios públicos, entre otras demandas sociales, para mucha gente parecía que el nuevo gobierno municipal podría llevar a cabo una política radicalmente diferente a la de sus antecesores.
Sin embargo, y como denunciamos en este diario, nada más lejos la realidad. Durante estos 4 años, el gobierno de ZEC ha ido frustrando todas las esperanzas puestas en él. Su gran promesa electoral de la remunicipalización de los servicios públicos básicos, como las basuras, el transporte urbano, el servicio de atención telefónica del 010 o el de parques y jardines ha quedado en nada.
Como denunciaba recientemente un destacado dirigente sindical de la ciudad, en una entrevista publicada en este diario “No es que no hayan podido cumplir su promesa de remunicipalización de los servicios públicos municipales, es que no han querido hacerlo.
Es una decisión política consciente que han tomado dentro de su absoluta aceptación del marco institucional y capitalista. No se han atrevido dar voz a la calle, porque temían su respuesta. Lo que decían de un pie en las instituciones y otro en la calle se ha quedado en olvidar la calle y centrarse solamente en lo institucional”.
ZEC pasó de prometer no pagar la deuda ilegal provocada por la corrupción y los grandes pelotazos urbanísticos como la Expo 2008, a ser el pagador más fiel de la misma. Su gobierno del cambio se ha quedado en gestos simbólicos y promesas incumplidas.
Este fracaso y decepción, de la “nueva política” no solo en Zaragoza, sino de todos los ayuntamientos del cambio a nivel estatal, es lo que ha provocado que la mayoría de ellos, hayan vuelto a ser gobernados por la Derecha o por los Social-liberales del PSOE como parte de una tendencia de fortalecimiento del bipartidismo.
Solo con el fortalecimiento de una verdadera izquierda política que apueste por la movilización y la organización de la clase trabajadora para la lucha de clases, por la independencia de clase frente a las variantes políticas patronales y por el derecho a autodeterminación de los pueblos se podrá hacer frente a los partidos de la burguesía y el IBEX35 y al fracaso del nuevo reformismo.