El Jefe de Gabinete defendió esta mañana la brutal represión que dejó 50 trabajadores heridos, 13 hospitalizados y dos detenidos, por parte de la Gendarmería comandada por el ex carapintada Sergio Berni. Entre los heridos está el Diputado del PTS-FIT Nicolás del Caño. Capitanich afirmó que es “político” el reclamo de quienes piden por sus fuentes de trabajo.
Viernes 24 de octubre de 2014 09:13
El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, defendió esta mañana, en su habitual Conferencia de Prensa, el brutal desalojo de los trabajadores de Lear ayer por parte de la Gendarmería del ex carapintada Sergio Berni, que dejó 50 trabajadores heridos, 13 hospitalizados, dos detenidos y donde recibió 7 balazos de goma el Diputado Nacional del PTS-FIT Nicolás del Caño que se encontraba apoyando a los trabajadores.
Capitanich muestra de esta forma el apoyo del gobierno a la multinacional buitre que deja familias en la calle y viola de forma sistemática los fallos de la justicia argentina, y el alineamiento con el sindicato SMATA, mientras del otro lado los trabajadores llevan casi 5 meses en la calle y siguen reclamando por sus puestos de trabajo, a pesar de las reiteradas represiones y de las patotas del SMATA. Los obreros cuentan con un gran apoyo popular bajo la consigna “familias en la calle nunca más”.
El Jefe de Gabinete sostuvo que la Gendarmería actuó correctamente, ya que en la Panamericana se estaba por cometer “un delito”, al tiempo que calificó el reclamo de “político” y pidió que se canalice por las “vías correspondientes” como "el Ministerio de Trabajo, acciones de carácter judicial y una protesta pública", aunque sin "alterar derechos de terceros", aclaró.
Una verdadera hipocresía, ya además de que los manifestantes dejaron carriles libres, en estos 5 meses los trabajadores de Lear junto a las organizaciones solidarias han buscado respuestas en los más diversos ámbitos del gobierno y la justicia, y la única respuesta que vienen obteniendo es represión en defensa del SMATA y la multinacional buitre.
Capitanich también cuestionó a las organizaciones que efectuaron el reclamo al sostener que "promueven destruir puestos de trabajo, transferir divisas al exterior y hacerle el juego al capitalismo depredador que tanto critican desde el punto de vista ideológico".
Más hipocresía: los obreros y las organizaciones solidarias son las únicas que defienden el empleo, mientras Lear Corporation deja familias en la calle. Más aún: la pérdida de divisas se da porque Ford, única fábrica a la que provee Lear, se dedicó a importar los cables producidos, con el aval del gobierno, durante el conflicto.
Finalmente, Capitanich se lavó las manos de la solución del conflicto, afirmando que Lear es una "empresa privada", por lo que, dijo, "no corresponde al Gobierno la reincorporación de los trabajadores". El gobierno da vía libre para que las multinacionales buitres hagan lo que quieran en el país. Pero los obreros de Lear siguen firmes en su lucha.