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Red Internacional
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OPINIÓN. Lecciones de la lucha de San Quintín

Hace ya meses los trabajadores agrícolas de San Quintín protagonizaron una de las más importantes luchas obreras del país. Miles de trabajadores encabezaron acciones radicalizadas como la toma de la Carretra Transcontinental que unen Baja California con Baja California Sur y se enfrentaron militarmente contra el ejército. Fueron un aproximado de 35 mil “jornaleros” en paro indefinido exigiendo libre derecho a la sindicalización y aumento salarial.

Viernes 12 de junio de 2015

Hace ya meses los trabajadores agrícolas de San Quintín protagonizaron una de las más importantes luchas obreras del país. Miles de trabajadores encabezaron acciones radicalizadas como la toma de la Carretera Transcontinental que une Baja California con Baja California Sur y se enfrentaron militarmente con el ejército. Fueron un aproximado de 35 mil “jornaleros” en paro indefinido exigiendo libre derecho a la sindicalización y aumento salarial.

Como señalamos en otro artículo el proletariado agrícola de San Quintín era de carácter multiétnico pues estaba compuesto por “mixtecos, zapotecos y triquis”.

El conflicto comenzó un 17 de marzo por la madrugada cuando irrumpieron con paliacates y bloquearon la carretera Transpeninsular. Algunas tiendas fueron incendiadas y coches destruidos. Trabajadores jóvenes pusieron barricadas en al menos 10 puntos de la Transpeninsular. Así comenzaba un paro de 35 mil trabajadores agrícolas que se convirtió en una gesta nacional.

La política del gobierno fue represiva y el 7 de mayo detuvo a 70 trabajadores. El Ejército y la política federal irrumpió en todo San Quintín y atacaron con 20 patrullas y un tanque antimotines, usaron balas de goma y entraron a casas golpeando a mujeres, jornaleros y niños.

El 20 de mayo parecía que el gobierno había atendido a los reclamos y resolvió como señalamos aquí, legalizar a la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social, la afiliación de todos los jornaleros al Instituto Mexicano del Seguro Social y la gestión de las autoridades para que la patronal presente una propuesta lo más cercana posible a los 200 pesos de salario diario, comprometiéndose el gobierno a poner lo que falte (siempre dispuesto a defender las ganancias de los empresarios).

Sin embargo, el gobierno nunca cumplió los acuerdos. La negociación entre el régimen político y los trabajadores se estancó producto de la negativa del Estado a dar una solución de fondo a los problemas de los trabajadores mostrando su cara mas represiva y anti obrera. Fue el 4 de junio que en una reunión entre la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social y la Secretaria del Trabajo se firmaron los acuerdos que dieron una victoria parcial a los trabajadores.

La firma de los acuerdos da cómo resultado incrementos salariales que se establecen en tres sueldos base de 150 pesos, 165 y 180 pesos diarios, conforme a la categorización de las agroempresas en grandes, medianas y pequeñas. También se hará un tabulador salarial, se legaliza el trabajo sindical de la Unión y se dará Seguridad Social a todos los trabajadores.

Este acuerdo fue ratificado por “Kiko”Vega gobernador de Baja California y por miembros de los sindicatos blancos de protección patronal Central de Trabajadores de México (CTM) y el Congreso del Trabajo (CT). Ese día los delegados de la CTM, el CT y el propio “Kiko” Vega salieron escoltados por hombres armados y huyeron tras los gritos de los jornaleros. Aunque aun hay 14 jornaleros detenidos los trabajadores, los jornaleros consideran que hay una victoria ¿Cómo es que los trabajadores lograron arrancarle al gobierno sus demandas?

Internacionalismo: una clave para vencer

Si pudiéramos dar cuenta de algunas de las lecciones de la lucha de los trabajadores de San Quintín debemos mencionar que el paro y la huelga se mantienen como uno de los métodos tradicionales y más efectivos de la clase trabajadora para obtener sus demandas. Frente a la idea posmoderna de que la clase obrera está “fuera de moda” o es sólo un sujeto “más” y que el “paro y la huelga” son métodos obsoletos, como sostienen intelectuales de veta autonomista, la lucha de los trabajadores de San Quintín muestr que la huelga y el paro son métodos efectivos para vencer a los patrones.

La lucha de San Quintín también puso, de nueva cuenta, blanco sobre negro las estrategias del EZLN y el MORENA. El EZLN, que en Ayotzinapa declaró que los miles que se movilizaban por la presentación de los 43 lo hacían por moda, sólo se solidarizó con los jornaleros de San Quintín hasta el 7 de mayo en el marco del Seminario de Homenaje a Luis Villoro. Los activistas que simpatizan de forma honesta con el EZLN fueron llamados a un seminario de pensamiento crítico a Chiapas mientras en la Ciudad de México se realizaban acciones en solidaridad en la Casa de Representación de Baja California y en San Quintín se libraba una dura batalla de la clase obrera. La declaración de “solidaridad” del EZLN llegó 2 meses y medio después de que comenzó el conflicto.

MORENA, por su parte, lo primero que hizo fue deslindarse de los “actos vandálicos” refiriéndose a las barricadas puestas en píe por los jornaleros el día 17 de marzo. En las pequeñas pero combativas acciones convocadas por la Nueva Central de Trabajadores, a la que asistió una delegación del Movimiento de los Trabajadores Socialistas, nunca se pudo ver a las bases del MORENA pues su dirección estaba volcada a las elecciones blindadas. Esto pone con claridad que la lucha de los trabajadores no es parte de la estrategia del partido de López Obrador.

Una de las lecciones de la lucha de San Quintín es que sólo se puede triunfar confiando en las fuerzas organizadas de la clase trabajadora y apelando a la solidaridad internacionalista. El internacionalismo fue un factor clave para la victoria de la lucha de San Quintin. Como señalamos en otro artículo de La Izquierda Diario la United Food and Commercial Workers Union Local No. 770, así como de Dolores Huerta, una de las cofundadoras junto a César Chávez del mayor sindicato de trabajadores agrícolas de Estados Unidos, la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo se solidarizaron con los trabajadores de San Quintín realizando boicots contra la principal compradora de fresa de Estados Unidos: Driscoll. El internacionalismo, que Karl Marx, sostendría en su Manifiesto del Partido Comunista bajo la idea “proletarios de todos los países uníos” fue una de las más importantes armas de los trabajadores de Baja California. Podemos decir que la lucha de los jornaleros es, en cierta medida, una victoria. Un triunfo parcial para todos los trabajadores en luchca contra los patrones.