Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca, señaló que la administración de EE. UU. está en contra de la legalización de cualquier droga. Lo hizo en rechazo al anuncio de Olga Sánchez Cordero, futura secretaría de Gobernación, quien afirmó que López Obrador, virtual presidente de México, le dio “carta abierta para hacer lo que sea necesario para pacificar al país”, lo cual incluiría la despenalización de las drogas.
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Jueves 19 de julio de 2018
En conferencia de prensa este miércoles, 18 Sarah Sanders respondió ante una pregunta expresa “Naturalmente, vamos a seguir participando con nuestros socios mexicanos. No tengo un anuncio específico de la política en cuanto a ese frente. Sin embargo, puedo decir que no apoyaríamos la legalización de ninguna droga en ninguna parte y ciertamente no nos gustaría hacer algo que permita la entrada de más drogas a este país”.
A su vez, ratificó que la administración Trump “estará atento para lograr un acuerdo bilateral con México y Canadá, pero en el espacio de cada uno de los países”.
Esa fue la respuesta ante las declaraciones vertidas el martes 17 desde un seminario organizado por El Colegio de México, de la virtual secretaria de Gobernación en el futuro gobierno mexicano, Olga Sánchez Cordero, quien declaró: "Él (López Obrador) sabía perfectamente de mis conferencias y de mis artículos en la prensa sobre la despenalización de las drogas, me dijo textual: ‘Abramos el debate”. A su vez, la futura funcionaria afirmó estar a favor de la despenalización de la mariguana y la amapola como medida para combatir la violencia generada y ligada al narcotráfico.
¿Estará dispuesto López Obrador a enfrentar los dictados de Washington de mantener el prohibicionismo, gracias al cual ha florecido el crimen organizado tanto al sur como al norte del río Bravo? Su tibieza ante la administración estadounidense, evidenciada en el silencio ante la política antimigrante en México por órdenes de Estados Unidos, puede volverse en contra.
A su vez, el conservador Partido Encuentro Social (PES), que nuclea a la derecha cristiana, socio del Morena en las recientes elecciones, en distintas oportunidades se posicionó contra la legalización de las drogas.
Fue el caso de Luis Moreno Hernández, diputado del PES en Baja California, que apenas en abril de este año se pronunció en contra de legalizar algunas drogas con el argumento de que según algunos expertos consultados esta medida no reduciría las acciones del crimen organizado.
“Simplemente cambiarían de rama, subirían las extorsiones, subirían los secuestros y el robo de autos” comentó el diputado emanado de Encuentro Social (PES) y propuso que “deberíamos escuchar la opinión de expertos y sobre todo la experiencia de otras naciones, donde incluso se están revirtiendo esos fenómenos”.
El posicionamiento contra la legalización de las drogas es una arista más de este socio conservador de López Obrador, que se opone también al derecho al aborto y al matrimonio igualitario.
Luchar por la legalización de las drogas
La prohibición de las drogas sólo beneficia a los cárteles del narcotráfico, que se asocian con sectores del Estado, como las fuerzas de seguridad, sectores del poder judicial y del poder político, mientras que fortalece la criminalización de la juventud.
La conquista de la legalización integral para cualquier fin, sin excepciones, no podemos dejarla sólo en manos de la buena voluntad del próximo gobierno. Tiene que pelearse con movilizaciones en las calles, con organización y con el respaldo de los sectores explotados y oprimidos.
Exigirá también terminar con la subordinación al imperialismo estadounidense, que con su política prohibicionista alentó la proliferación del crimen organizado, el tráfico de drogas y de armas con las que abastecen tanto las fuerzas represivas como los cárteles en la guerra contra el narcotráfico desplegada desde 2006, que ha costado al pueblo trabajador cientos de miles de personas asesinadas, desaparecidas y desplazadas.
Para que los beneficios que se pueden obtener de esta planta en la industria, la medicina, la investigación sea para todos y todas y no sólo para las élites.
Salgamos a las calles y luchemos por la legalización de la mariguana para que su producción, comercialización y transporte quede bajo el control del Estado, excepto lo producido mediante el autocultivo individual o colectivo para consumo personal, que debe ser totalmente libre, sin ningún tipo de control estatal.
Luchemos también por que la investigación esté a cargo de las instituciones públicas de educación superior, que los medicamentos a partir de la yerba sean de distribución gratuita y que se deje de perseguir el autocultivo.
Con información de El País, Aristegui Noticias, El Financiero y La Crónica