Seis años atrás, el cuarto banco de inversión norteamericano, Lehman Brothers se declaraba en quiebra desatando la peor crisis económica mundial desde la década del ‘30. Los planes de rescate que se implementaron luego, favorecieron claramente a los bancos. Hoy los salarios se encuentran por debajo de 2007 y la inversión es débil. Los estímulos monetarios engrosan la especulación bursátil.
Martes 16 de septiembre de 2014
Seis años atrás, el cuarto banco de inversión norteamericano, Lehman Brothers se declaraba en quiebra desatando la peor crisis económica mundial desde la década del ‘30. Los planes de rescate que se implementaron luego, favorecieron claramente a los bancos. Hoy los salarios se encuentran por debajo de 2007 y la inversión es débil. Los estímulos monetarios engrosan la especulación bursátil.
El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de Estados Unidos detrás de Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merril Lynch, se declaraba en quiebra. Su caída representó la mayor bancarrota de la historia norteamericana.
La bancarrota de Lehman transmitió al resto del mundo la crisis que había empezado en 2007 en Estados Unidos y que se expresó a través del colapso de las hipotecas de baja calidad, denominadas subprime.
Mientras el modus operandi del Estado norteamericano venía siendo el rescate de los grandes caídos en desgracia como había sucedido con Bearn Sterns, en el caso de Lehman la decisión fue no rescatar. Como consecuencia, la historia de la economía mundial dio un giro abrupto y se inició la crisis económica mundial más aguda desde la década del ’30.
El rescate
Tras el estallido de la crisis, gobiernos y bancos centrales desarrollaron programas millonarios de rescate. En Estados Unidos, las operaciones de expansión cuantitativa, conocidas como QE, fueron inauguradas por los entonces Secretario del Tesoro, Henry Paulson y Presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, poco tiempo después de la caída de Lehman.
Mediante estos mecanismos la Fed compra tanto deuda emitida por los Estados norteamericanos como títulos de deuda y otros activos financieros privados en poder de los bancos y entidades financieras. A través esa compra, la Fed introduce directamente dinero en el Tesoro, en los bancos y en las empresas privadas como fue el caso de General Motors. En términos generales y en teoría el objetivo de estas operaciones consiste en incentivar la concesión de crédito, la inversión y por lo tanto la reactivación de la economía.
Los bancos y la economía real
La cadena de crédito bancario se reestableció y la economía norteamericana comenzó un proceso de recuperación débil hacia fines de 2009.
Pero los bancos norteamericanos fueron los beneficiaros indiscutidos de las políticas de expansión monetaria de la Fed. Hoy muestran claras mejoras en sus balances con respecto a la situación de 2008 y redujeron los créditos tóxicos. Según la FDIC (organismo de control en EE.UU.), en 2013 hubo sólo 24 quiebras bancarias frente a las 51 de 2012 (el máximo fue en 2010 con 157). Por otra parte, los bancos con problemas pasaron de 614 a 515 el año pasado (eran 888 en marzo 2011) y los bancos incrementaron sus reservas hasta los 2,8 billones de dólares. Los inversores que mantuvieron sus acciones bancarias, recuperaron gran parte de los fondos como lo refleja el índice KBW de los bancos de Wall Street que por aquellos años se encontraba en 71,01 y hoy se sitúa en 71,81. A la vez, en el curso de este proceso se profundizó la concentración bancaria. Hoy JP Morgan es la entidad más grande de Estados Unidos y posee activos por 2,5 billones de dólares. La segunda entidad es el Bank of América (que absorbió Merrill Lynch) con casi 2,2 millones. Los diez bancos más grandes de Estados Unidos poseen activos por más de 11,1 billones de dólares o sea por un monto no muy lejano al valor de todo el PBI norteamericano. Mientras tanto y en el contexto de una economía mundial semi-estancada, con Europa creciendo a cifras que rondan el 0%, la economía norteamericana en su conjunto no corrió la misma suerte que sus bancos. La inversión continúa mostrándose extremamente débil por comparación a la recuperación de las ganancias. Los salarios se encuentran por debajo de los valores de 2007 y si bien la desocupación se redujo, el verdadero estado del “mercado de trabajo” es una entelequia que desvela a la propia Fed, tal como se comentó en la edición del jueves.
Las masas de dinero inyectadas en la economía se dirigen principalmente a la bolsa y por ello el riesgo de una nueva burbuja es uno de los problemas que evalúa la Fed para definir las políticas monetarias del período próximo.