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Red Internacional
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Prensa. La etapa de “Iskra”

Creado hace 120 años, fue el primer periódico marxista clandestino en toda Rusia. ¿Qué importancia tuvo?

Claudia Ferri

Claudia Ferri @clau.ferriok

Jueves 21 de julio de 2016 01:27

Una de las cualidades más destacadas de Lenin fue su perspicacia a la hora de reflexionar sobre la situación política y económica que atravesaba Rusia –escenario donde pretendía intervenir– y tratar de actuar en consecuencia. A sus 30 años pudo concretar uno de los proyectos más importantes de su intensa vida política: crear un periódico revolucionario que siente las bases para reunir, organizar y centralizar el marxismo ruso; disperso hasta ese momento en pequeños grupos que se encontraban aislados entre sí tanto en Rusia y como en el exilio europeo.

El 24 de diciembre de 1900 se publicó el primer número de Iskra (La chispa). Su lema era “una chispa puede incendiar la pradera”. Esa “chispa” permitiría organizar y formar a una nueva generación de cuadros obreros e intelectuales que pasarían a ser la vanguardia del partido revolucionario en los años siguientes.

El Comité de Redacción estaba formado por 6 miembros: Plejánov, Axelrod, Vera Zasúlich (los llamados “viejos”), Potrésov, Mártov y Lenin (los “jóvenes”). Éste último fue quién dirigía en los hechos el periódico. Su tensión estaba puesta en pensar su utilización, a quién llegaba, para qué servía. Fue algo constante en él, escribía cartas a los redactores, aportaba con críticas y sugería ideas para nuevos artículos.

En su libro ¿Qué hacer? (1902) Lenin sintetizó los primeros 2 años de su trabajo en Iskra. Con el ascenso y extensión de las luchas obreras de fines de Siglo XIX, muchos trabajadores se acercaron a las ideas del marxismo. Pero el problema que veía era que, aunque desde 1898 existía el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), la clandestinidad, las detenciones masivas, las deportaciones y el acecho de la autocracia zarista desarticulaban velozmente las células regionales que se iban formando al calor de los conflictos, y esto debilitaba cualquier dirección centralizada de un movimiento revolucionario. Por eso Iskra debía publicarse en Europa y desde allí distribuirse a Rusia.

Los combates de Iskra contra el economicismo

Bajo la dirección de Lenin, Iskra fue una herramienta clave para la lucha política contra las concepciones de los economicistas que eran ideas predominantes en la socialdemocracia de la época, los llamados “marxistas legales”. Reivindicaban las huelgas por demandas económicas pero despreciaban la lucha teórica y rebajaban el programa –que en aquel caso era para barrer de raíz al régimen zarista– a reclamos sindicales aislados. Criticaban al movimiento iskrista porque decían que se organizaba por fuera de los círculos tradiciones de la izquierda, interviniendo en forma autónoma, es decir, por fuera del partido.

Lenin responde: “Si no se educan fuertes organizaciones políticas locales, ¿qué valor podría tener un periódico central para toda Rusia, aunque esté excelentemente organizado?”. Lo que quería decir el revolucionario era que la prensa tiene un rol completamente diferente al que le dá la burguesía. Es el medio más adecuado para influir en los acontecimientos y organizar a la base militante del partido revolucionario.

Lenin afirmaba que “El proletariado, la clase más revolucionaria de la Rusia actual, solamente si se organiza en un partido así, será capaz de realizar la tarea histórica a la que está destinado: unir bajo sus banderas a todos los elementos democráticos del país y conducir esa lucha tenaz de tantas generaciones sacrificadas, hasta el triunfo sobre el detestado régimen”. A diferencia de los economicistas que dividían la lucha sindical –en manos de la clase obrera– de la lucha política encabezada por teóricos e intelectuales, Iskra era un periódico creado para los trabajadores, con el objetivo de unir al conjunto del movimiento y elevar el nivel teórico de la vanguardia (1).

Su intransigencia no iba en contra de la discusión y el debate con grandes dirigentes del movimiento socialdemócrata internacional. Incluso convocó a Rosa Luxemburgo y a Kautsky, entre otros, para que escribieran en Iskra a pesar tener diferencias políticas para avivar la polémica y el espíritu crítico, claves en su concepción de periodismo. Un sólo ejemplo que echa por tierra cualquier falsificación histórica que reduzca la personalidad de Lenin a un “líder autoritario”.

La prensa como “andamiaje”

Mientras que los dirigentes de la socialdemocracia rusa montaron la redacción en el extranjero, una extensa red de agentes locales formó la columna vertebral del movimiento iskrista. Tenían miembros en Berlín, París, Suiza y Bélgica que recogían los fondos destinados a sostenerlo financieramente. Un verdadero internacionalismo práctico.

Toda esta estructura le daba enorme vitalidad al periódico. Para Lenin a estas redes “se les puede comparar con los andamios que se levantan alrededor de un edificio en construcción, que señalan sus contornos, facilitan las relaciones entre los distintos sectores, les ayudan a distribuir el trabajo y observar los resultados generales alcanzados por el trabajo organizado”. Esto se lograría uniendo los grupos dispersos y debatiendo sobre sus diferencias; a la vez que se debía buscar canalizar toda la indignación que había contra el hambre y la explotación en el país, en una organización real y activa resumida en la consigna “un periódico de agitación para toda Rusia”. Una idea clara, sencilla y poderosa que permitiera unificar la lucha contra el Zar.

El periódico y el partido

La experiencia de Iskra podría resumirse en esta cita de “¿Qué Hacer?”:

“La misión del periódico no se limita, sin embargo, a difundir las ideas, educar políticamente y a atraer aliados políticos. El periódico no es sólo un propagandístico colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo”.

Casi 10 años más tarde, cuando en 1912 comenzó un nuevo ascenso de las luchas obreras, Lenin adaptó el periódico -y las formas en cómo lo pensaba- a las nuevas circunstancias creando el Pravda , o (La Verdad), que sería el nombre del diario del partido revolucionario que hizo la revolución de Octubre de 1917 en Rusia.

Por todo esto una de las conclusiones a las que llegaría Lenin es que los marxistas revolucionarios tenemos como tarea de primer orden la organización política de la clase obrera. Desde el PTS, a través de La Izquierda Diario, buscamos aportar en esta apasionante tarea.

Notas

1. La lucha política en Iskra llevó a que se expresen las tendencias politicas que marcaron la escisión del POSDR en el II congreso, en julio/agosto de 1903 entre bolcheviques y mencheviques. Para los bolcheviques, todo miembro debía participar de alguna instancia de organización por las particularidades de la época (durante el período siguiente con el diario Pravda, Lenin tendrá otra idea sobre quiénes serían militantes). Los mencheviques tuvieron una visión más laxa y terminaron acercándose a posiciones de la burguesía liberal. En el nuevo Comité de Redacción había 3 miembros: Pléjanov, Lenin y Mártov. Cuando Plejánov se inclinó hacia los mencheviques (Martov ya era un dirigente de esa fracción), Lenin –en minoría – decidió abandonar la redacción en noviembre de 1903.


Claudia Ferri

Historiadora, UBA. Columnista de la sección Historia de La Izquierda diario.

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