Después de 15 días de agonía, fallece Leobardo Hernández, por traumatismo craneoencefálico severo después de que policías estatales de Hidalgo le dispararan un proyectil de gas lacrimógeno, usando la brutalidad de la fuerza del Estado para aplacar la manifestación.
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Jueves 17 de junio de 2021
“Mi sobrino falleció hoy, que el gobierno asuma su responsabilidad por no querer atender ese día, si no, no estuviéramos aquí en este momento y el gobierno, ahora, que dé la cara.” Esto fue lo que declaró Feliciana Hernández, tía de Leobardo, ante la reciente muerte del joven quien protestaba por mejores condiciones de vida para los pobladores de Xuchitlán, Hidalgo.
El 1 de junio, un grupo de campesinos e indígenas de Xuchitlán, comunidad de San Salvador, se manifestaron frente a Palacio de Gobierno de Hidalgo, quienes exigían obras públicas al gobernador del PRI, Omar Fayad; sin embargo, éste ordenó la fuerte represión brutal en su contra con policías estatales, municipales y granaderos, cuyo saldo fue una fuerte contusión contra Leobardo Hernández por parte de un policía quien le lanzó una bomba de gas lacrimógeno directo a la cabeza que lo llevó a la hospitalización de gravedad por la herida infligida.
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En ese momento, a pocos días de las elecciones, el gobierno del estado pretendía mantener su estado de salud de manera oculta, sin que diera la información médica a sus familiares, afirmando que Leobardo se encontraba “estable”; sin embargo, la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHEH) dio a conocer el diagnóstico: fractura contuso contundente, penetrante a cráneo, postoperada de esquirlectomía, plastia dural, reparación de carótida interna, cranealización de seño frontal lateral y fracturas multifragmentarias etmodial, esfenoidal y frontal.
Al respecto, Omar Fayad comentó poco antes de las elecciones que había “manos que mecen la cuna”, haciendo alusión a que hay intereses políticos detrás de estas expresiones campesinas e indígenas del pueblo pobre y trabajador; con esto, intenta deslindarse de su responsabilidad por sostener un gobierno represivo contra los manifestantes, cuyo único objetivo y derecho es que su voz sea escuchada por los altos funcionarios y se resuelvan sus justas demandas, como es obligación de las autoridades.
Mientras los gobiernos represores muestran su desprecio hacia el pueblo pobre y trabajador, como sucedió en Teteles, en Mactumactzá, Oaxaca y otros lugares, quienes ponen a los muertos somos nosotros; pues, finalmente, este martes falleció Leobardo Hernández en consecuencia de la lesión provocada por los cuerpos policiacos y represivos del Estado.
Desde la Izquierda Diario exigimos juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de la represión, libertad incondicional para el campesino, que enfrenta un proceso por lesiones contra un policía, y justicia para las víctimas por el uso excesivo de fuerza en su contra.
