Fueron las palabras de la madre de Luciano Arruga que junto a otras madres luchadoras contra la violencia institucional, compartieron el panel principal del festival antirrepresivo realizado en Rosario.
Lunes 15 de agosto de 2016 14:24
Presentadas por Luciana, hermana de Pichón Escobar, se fueron turnando para hablar cinco madres que no bajan los brazos y continúan la lucha en las calles y en los tribunales por justicia para sus hijos asesinados por la policía. No faltó la mención especial a Elsa Godoy recientemente fallecida, madre de Franco Casco, a quien todos los presentes recordaron con un sentido aplauso.
María Elena, mamá de Jonatan Herrera inauguró la charla diciendo: “Hablar de violencia institucional es algo que lamentablemente pasa todos los días en Rosario y en todo el país. En mi caso, mi hijo Jonatan estaba lavando el auto y encontró la muerte. Es algo aberrante lo que hacen los policías, pero estamos acá con las compañeras siempre luchando, lamentablemente hoy la justicia no se hace cargo de lo que está pasando, quieren llevar a juicios abreviados o liberarlos como pasó con Pichón. Lo único que pido es que todos estemos unidos como hoy, que salgamos a la calle a pedir justicia y que no bajemos los brazos”.
Luego tomó la palabra la mamá de Alejandro Ponce: “A mi hijo hace 9 meses lo mató la policía. Estaba en el río pescando y vinieron un montón de policías que lo tiraron al río, le tiraron piedras y lo ahogaron. El fiscal Moreno no hace nada. Yo quiero justicia por mi hijo, por Pichón y por todos los hijos de las mamás que estamos acá”.
Por su parte, Laura, mamá de Brandon Cardozo dijo: “A mi hijo también me lo mató la policía el 1 de enero de este año. Estaba festejando el año nuevo y porque a un policía no le gustó que haya petardos sacó un arma y empezó a disparar y una de esas balas lo mató a Brandon que tenía 16 años, estudiaba y su sueño era jugar al fútbol en primera. Uno de los acusados está detenido. Estamos acá pidiendo justicia por todos los chicos que mata la policía como si fuesen perros. Vamos a seguir luchando y convertir esta tristeza y dolor en fuerza, en grito y a seguir peleando por todos”.
“No queremos ni un pibe menos, queremos saber la verdad, no la distorsionada que nos quieren hacer creer de que son pibes chorros, que se estaban drogando, que los vieron borrachos, que estaban allá o acá; queremos la verdad”, expresó Mónica Alegre, madre de Luciano Arruga. “Qué pasó con nuestros hijos, hermanos, novios, maridos, porque antes eran chicos, ahora ya no hay edad, la policía arremete contra todos, no les importa la edad ni género…Esto es el comienzo para que nosotros podamos revertir el futuro, no queremos más Lucianos, ni un pibe más desaparecido, no queremos otro Pichón más. Tampoco queremos mujeres desaparecidas ni pibitas en un club nocturno, porque todo eso lo regentea la policía por eso hay que hacer un camino de hormiga, despacito, lento, de esto me di cuenta en estos 8 años, me di cuenta yo sola…” fueron sus emotivas palabras.
La madre de Luciano vino a contar su lucha y levantar a todas estas mamás rosarinas que ya no tienen a sus hijos y que les resulta muy difícil sobrellevar el dolor. “Tengo el orgullo y la felicidad que muchos se agarraron y siguieron nuestra lucha y nos dieron esas fuerzas y les dimos ese valor que les faltaba para que ellos también sigan, porque una familia pobre de una villa pudo limpiar el nombre de que Luciano era un pibe chorro. Muchos tuvieron que bajar la cabeza y venir a pedir disculpas, las vi bajar la cabeza aunque no como yo hubiese querido, pero sí la bajaron. Entonces si nosotros pudimos, todos pueden. Todos tenemos derecho a una justicia digna y que no se nos oculte la verdad”, manifestó.
Con la voz firme y enfática Mónica siguió: ” Por eso estamos acá, por un lado muy contenta y por el otro muy triste. Contenta porque este es el camino, la unión, pero por el otro lado estoy triste porque cada vez somos más las madres, y hay un plato vacío más, pero eso no nos va a detener, vamos a seguir y como dije hace algunos años no me van a ver llorar, ni a ninguna de estas madres, no vamos a agachar la cabeza, vamos a seguir adelante, nos vamos a caer pero nos vamos a levantar por nuestros hijos, por todos esos pibes. Eso es lo que tenemos que hacer, no bajar los brazos. Esa es la justicia, no estar esperando de una justicia, nosotras la vamos a hacer dignamente y pacíficamente les vamos a respirar en la nuca, no los vamos a dejar vivir, que sepan que ellos se llevaron la vida de nuestros hijos y que los vamos a ver ahí sin poder mirarnos a los ojos. Porque yo los he visto a los 8 policías, tuve la oportunidad, no les guardo odio, les tengo lástima porque yo los puedo mirar a los ojos como los estoy mirando a ustedes, y ninguno de esas 8 lacras me miraron a los ojos, agacharon la vista. Ya está, tengo mi justicia, puedo andar con la frente en alto, ellos no porque tienen sus manos manchadas de sangre. Esa es mi justicia”.
Finalizando, se dirigió a cada una de sus compañeras del panel y a Luciana Escobar y dijo: “Vamos mamás, no me lloren, no bajen los brazos porque tenemos que seguir con la frente en alto, fuerza Luciana, espero que seamos más de los que somos ahora. Esto se tiene que acabar, por mis hijos, por los que quedan, por los que vendrán, por todos ellos y por los que no están también. Porque como siempre digo, Luciano y los chicos nuestros no están muertos, ellos morirán cuando nosotros dejemos de luchar, ellos están más vivos que nunca. Luciano está en mí, en su hermana, en mis hijos y en todos ustedes. Gracias, les acaba de hablar la orgullosa madre de un negro villero que no robó para la policía”.
Nancy, mamá de Ismael Sosa contó como mataron a su hijo que viajó a Córdoba para disfrutar de un recital de La Renga: “Lo mató la policía por reclamar sus derechos y enseñarles a los chicos que tienen derechos, que nadie los puede tocar y eso le costó la vida. Dio la vida por los pibes porque fue a defenderlos y ahí fue donde lo mataron. El abuso policial va a seguir existiendo mientras nosotros lo sigamos permitiendo. Por eso, no perdamos la fuerza ya que algún día lograremos acabar con este abuso, y esto se consigue con el apoyo de todos. Sus manos en una sola unión, salir a las calles a luchar contra la corrupción y defender nuestra justicia ya que las leyes son injustas, son telarañas a través de la cual pasan las moscas grandes y las más pequeñas quedan atrapadas. Un pueblo que no es unido es usurpado y gravemente dañado. No nos olvidemos jamás que todos somos ciudadanos y tenemos derechos iguales que el gobierno, diputados o jueces. O quizás no tengamos mucho más porque no somos corruptos. En nuestro país somos campeones de corrupción y eso lo genera el mismo gobierno de turno, somos ciudadanos comunes, no uniformados ni delincuentes con placas, somos el pueblo que trabaja y lucha. Somos quienes apostamos por la vida y al amor hacia el otro. Quizás por eso nuestros pibes son perseguidos, porque no somos corruptos ante un gobierno corrupto. No puedo ser amiga ni acercarme a un gobierno de turno cuando veo cada día la muerte de nuestros pibes. No soy esa ciudadana que cuando ve una injusticia cierro mi boca, si hago eso es no tener valor, eso es cobardía. Pero si tengo algo grande y valioso que ellos jamás lo tendrán, es coraje y valentía y soy persona. Todos nosotros tenemos conciencia y cerebro, ellos nunca lo recuperarán, ni la paz en sus almas ni quitarán jamás las manchas de sangre de sus manos. Asesinos de pibes, cobardes, que sacan a las calles, delincuentes uniformados programados para matar cobardemente a inocentes. No son más que ratas con plata, se creen que tienen mucho valor y hacen abuso por tener uniforme. Y el ciudadano no le tiene respeto porque no están entrenados para proteger sino para matar. En su primer comienzo, fueron personas, ahora son policías corruptos, asesinos amparados por el Estado”.
La madre de Ismael finalizó diciendo: “Por mi hijo seguiré luchando hasta que un día se termine esta maldita corrupción y que se haga verdadera justicia para todos. Y que los verdaderos asesinos, carneros, cobardes tengan su verdadera condena por muchos años y que no vuelvan nunca más. Justicia por Pichón, por Luciano, por Ismael, por nuestros pibes. El Estado es responsable. Pichón, Ismael y todos nuestros pibes, presentes”.
Por último, cerrando el panel tomó la palabra Gabriel Ganón, defensor general de la provincia de Santa Fe, reivindicando la fortaleza de las madres presentes y de Luciana, aseverando que los mayores responsables son los que deberían garantizar la justicia en Tribunales.