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Red Internacional
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Géneros Y Sexualidades. Ley de Identidad de género: un derecho necesario

Hace 4 años se encuentra en tramitación el proyecto que “reconoce y da protección al derecho a la Identidad de Género” conocido como Ley de Identidad de Género. Ante la discusión que este 18 de Enero volvió a darse en la Comisión de derechos humanos, nacionalidad y ciudadanía, cabe preguntarse ¿Por qué es necesaria una ley de identidad de género?

Melissa Navea V Psicóloga

Jueves 19 de enero de 2017

Según la legislación chilena, la identidad de género se entiende como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no al sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo, que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida, y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales.”

El 7 de mayo de 2013 ingresó el proyecto de Ley de Identidad de Género al Senado. El texto original del proyecto fue presentado por la OTD (Organización Trans Diversidades) con el apoyo de Fundación Iguales y redactado por la académica de la Universidad de Concepción y abogada especialista en DDHH, Ximena Gauché, y fue patrocinado por un grupo de parlamentarios.

Aun así, hasta el día de hoy, este no es un derecho que esté garantizado.

¿Por qué se hace necesario legislar al respecto?

La situación de la comunidad trans es de extrema vulnerabilidad. Según los datos del 2016 del Observatorio de Personas Trans Asesinadas, en América Latina ocurre el 78% de los asesinatos a personas trans a nivel mundial, y es la región del mundo en la que el odio a los transgénero se manifiesta de forma más brutal. Más específicamente, de los 2.016 homicidios reportados por esta causa, entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2015, 1.573 ocurrieron en el continente. Ningún país es la excepción. Del total de asesinados y asesinadas, el 65% ejercía la prostitución. Esto solo por nombrar algunas cifras.

El que la ley de identidad de género no sea legal tiene repercusiones en diversos aspectos de la cotidianidad, y es que las personas trans suelen expresar sus identidades a pesar de la ausencia de reconocimiento legal. Lo anterior no hace más que relegar a la exclusión y desprotección de derechos básicos como el acceso a la educación, salud, y trabajo debido a la constante discriminación, es decir en este sistema ser trans es estar condenado a la marginalidad y la miseria.

Es por eso que esta ley se presenta como un derecho básico, el más mínimo para la comunidad trans a que se reconozca su identidad, un paso necesario para poder avanzar a la conquista de otros derechos, tales como el cupo laboral trans que ciertos sectores han impulsado en Argentina que ya cuenta con una LIG.

La propuesta del proyecto

Hoy en día, la ley 17.344 es la única normativa que regula el cambio de nombre y apellidos, pero esta no hace mención expresa a la modificación del sexo registral. Es por ello que existen innumerables solicitudes de cambio de nombre y sexo registral, que han tenido como resultado un gran número de demandas rechazadas por no haberse sometido a alguna intervención quirúrgica o terapia hormonal al considerar que el sexo es un dato inmodificable.

Ante esta realidad, la ley propone una regulación eficaz y adecuada para acceder al cambio de la inscripción relativa al sexo y nombre de una persona en el Registro Civil, la cual no contemple como exigencia el someterse a terapia hormonal, psicológica, psiquiátrica o haberse realizado cualquier tipo de intervención modificatoria de la apariencia, entre otras. Esto, porque la no patologización de la identidad de género, es un punto clave para concebir a las personas trans como sujetos de derecho, y no como enfermos.

Además de esto la principal discusión se ha generado respecto a las personas trans menores de edad, las cuales no podrían acceder a la misma legislación bajo el argumento de la “protección de la infancia” que no se condice con las legislaciones conforme a los estándares internacionales, que apuntan al interés superior del niño y su autonomía progresiva.

¿Qué ha dicho la derecha?

Desde que ingresó el proyecto de ley, se han abierto 15 periodos de indicaciones, las cuales han tenido como protagonistas al senador Andrés Allamand (RN) y Jacqueline van Rysselbergue (UDI), quienes han desplegado toda su política conservadora por medio de las constantes indicaciones y maniobras para no permitir una discusión definitiva que pudiese aprobar la ley.

El día 18 de enero del 2017, se debían discutir las 120 indicaciones que tanto los/as senadores/as como el Ejecutivo habían presentado en estos casi 4 años. Sin embargo, la comisión de Derechos Humanos, nacionalidad y ciudadanía de la cámara alta votó solo 8, entre las cuales estaba la exclusión de niños, niñas y adolescentes moción que fue presentada por el senador Andrés Allamand, y aprobada con votos de la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, y sus pares Manuel José Ossandón (Independiente) y Manuel Antonio Matta (DC).

Este elevado número de indicaciones se debe a que el lunes recién pasado, cuando concluyó el decimocuarto período de indicaciones a esta iniciativa se presentaron 42 nuevas indicaciones que se sumaron a las 78 que aún esperaban ser discutidas desde el 21 de noviembre del pasado año. De ellas, 29 corresponden al senador Chahuán, 11 al Ejecutivo y 2 a la senadora van Rysselberghe.

¿Qué significa ser trans en este sistema?

En pocas palabras, significa que la identidad de género es discordante con el sexo biológico, lo que implica una trasgresión a la norma impuesta que establece que el sexo biológico debería determinar la identidad y expresión de género de cada persona. El no reconocimiento de la ley de identidad de género, vulnera el derecho básico a la identidad, sometiendo a las personas trans a situaciones de discriminación cotidiana y marginalidad, pues no se rigen por el estereotipo de hombre y mujer impuesto por el sistema. La oposición de los sectores más conservadores que buscan mantener este régimen responden también, a que en este sistema que promueve el sexismo como un pilar fundamental para perpetuarse, ser “hombre o mujer” determina tus acciones, el cómo vives, tu salario, el acceso a la educación, a la salud, al trabajo, y hasta las relaciones sociales más cotidianas. Es ese rol social del hombre y la mujer lo que finalmente determina tu vida en el capitalismo, un sistema que castiga y violenta de forma explícita o a veces sutil a quienes van en contra del mandato patriarcal, negando derechos que son democráticos pero que parecieran ser un privilegio en un régimen de opresión.