Política Chile. Ley de Migración y la paradoja liberal

“Lo que quieren es que solamente llegue gente que ellos consideran de un perfil ideal de inmigrantes. ¿Y a quienes se refieren? A profesionales, comerciantes, gente de ese estilo” agrega Rodolfo Noriega, vocero de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes y es que revuelo ha causado el envío por parte de la cámara baja al senado, del proyecto de ley de migración que pretende regular los flujos migratorios, cerrando y limitando las visas nacionales.

El sociólogo y académico de la universidad de Chile Luis Eduardo Thayer - en entrevista a Radio Uchile - sostiene que normativas así serían una “ muy mala noticia” debido a que “institucionaliza la desigualdad entre nacionales e inmigrantes en el largo plazo” y que además “incentiva la irregularidad entre los inmigrantes”. Agrega el académico que las indicaciones y sugerencias hechas por parte de consejos de derechos humanos e inmigrantes, con el fin de no permitir este incentivo a la desigualdad, no fueron tomadas en cuenta, enviándose la propuesta tal y cual la había generado el gobierno de Piñera.

¿Pero qué implica esta normativa? En términos generales lo que este proyecto de ley hace es cegarse a la contemplación de los y las inmigrantes como sujetos de derechos. Cegarse ante la realidad latinoamericana - y mundial - ignorando que los flujos migratorios obedecen a situaciones sociales y económicas determinadas, hecho ante el cual - y en palabras del académico de la universidad de chile - “esta ley pretende solo regular, cerrando y abriendo fronteras dependiendo de coyunturas sin contemplar la situación actual de los territorios”. Una situación de territorios que es la traducción de una política y gestión en la economía internacional.

En este sentido, este proyecto de ley no viene a regular los flujos de migrantes. Thayer refiere que “los migrantes seguirán llegando, muchos de ellos con familia asentada en Chile, seguirán entrando al país pero ahora - y tras esta ley - mediante canales irregulares de entrada”.

Además, propuestas como estas contemplan la migración como un problema, junto con adherir e intensificar estereotipos migratorios a esta población, otorgando características tales como: delincuencia, tráfico de drogas, violencias etc. Descripciones que en última instancia obedecen al 0.1% de los inmigrantes en Chile. Estereotipos que el mismo presidente Sebastián Piñera - peligrosamente - ha levantado por medios de comunicación abierta.

Más de un millones de migrantes además, bajo propuestas como estas, se verían sometidos no solo a la irregularidad de entrada al país, sino que a la irregularidad laboral y de derechos - de aprobarse la ley - ausentes, intensificando la violación en derechos humanos y laborales como la seguridad social, sueldos, vivienda, salud, etc.

En este contexto aparece la llamada paradoja liberal, la cual hace referencia a que se abren las fronteras para flujos de capitales y empresarios extranjeros pero se van cerrando esas mismas fronteras para trabajadores y trabajadoras.

En palabras del académico, los flujos de migrantes no son una particularidad chilena, sino más bien, un fenómeno internacional, que no se explica por la voluntad individual de los trabajadores por salir de sus territorios, sino que por las políticas económicas internacionales aplicadas, en donde los flujos de capitales en concentradas en ciertas regiones, atraen correlativamente flujos de trabajadores.

En ese sentido, no hay coherencia entre la política económica y la política anti-inmigración que propone el gobierno de Piñera, pues es inconsistente y no ataca las causas de la migración, que no son voluntades personales sino condiciones macroeconómicas las que han y van generando los flujos de migración. Una política económica global capitalista que define estas contradicciones territoriales.

Otro elemento que integra este normativa - peligrosa - a los ojos de especialistas en temas de derechos humanos, es que deja ver la migración como un asunto despojado de derechos, otorgando un status inferior al inmigrante versus el sujeto nacional y con ello, generando estructuralmente - y legalmente - mecanismos que violentan derechos elementales tales como la salud.

Así mismo, y acentuando la contradicción, políticas como estas se vuelven promotoras de concepciones nacionalistas entre los mismos trabajadores. Fomentando actos de violencia y abuso, como los vistos por ejemplo en poblaciones haitianas en donde se les cobra por viviendas que no se relacionan con el precio real o en donde se ven obligados a trabajar en condiciones casi esclavistas.

La migración se vería así, por propuestas de ley como estas, más como delito y no como derecho humano. Gobiernos como el de Piñera entonces, han y están fomentando un ambiente anti-inmigrante y racista, ocultando además las verdaderas causales de fenómenos migratorios, en donde la desigualdad social y económica del capitalismo ha y va trayendo barbarie a una situación internacional que cada día parece descomponerse aún más. Ante esto, no son políticas restrictivas de libertad la que responderían a la solución sino un verdadero cambio radical y estructural a las bases sociales y económicas que desarrollan estos flujos. Aquí nos referimos al capitalismo y los gobiernos liberales, que día a día van acentuando los golpes al pueblo trabajador, depositando en ellos el peso de las crisis que el mismo sistema actual produce.

Es en este contexto que para el 27 de enero, diversas comunidades de extranjeros y agrupaciones sociales, han llamado a una jornada de movilización activa para detener el avance de leyes como estas, que como ya se describió, solo apuntan a los epifenómenos desviando la mirada de las cusas -estructurales - que generan la actual crisis migratoria mundial.

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Autor: Jacob Lawrence (7 Sept 1917 - 9 Junio del 2000)
Título: "Los emigrantes llegan en grandes grupos" (The migrants arrived in great numbers)