La iniciativa levantada por Jorge Sharp, viene haciendo eco en diversos sectores políticos a través del parlamento. Sin embargo ¿Qué límites se pueden visualizar?
E.E. Vergara Valparaíso, Chile
Miércoles 15 de agosto de 2018
La propuesta que viene siendo anunciada hace un tiempo por el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, comienza a buscar un rumbo en el parlamento, haciendo eco en una serie de diputados de diversos sectores que han mostrado interés en el proyecto de ley.
Desde el Frente Amplio (FA), hasta la derecha comienzan a preguntarse sobre esta iniciativa que el municipio de Valparaíso ha enaltecido como uno de sus puntos centrales.
Dicho proyecto levantado por el alcalde Sharp, responde a las millonarias ganancias que reciben las empresas producto de la actividad portuaria, cuya tributación termina siendo centralizada, y siendo totalmente ajenas a los intereses reales de las regiones involucradas, tanto en materia de educación, salud o vivienda, afectando de gran manera al pueblo trabajador.
Es en este sentido que el senador perteneciente al FA por Valparaíso, Juan Ignacio Latorre, se refirió a la propuesta de Sharp, señalando la importancia de que le ley de puertos consiga entregar recursos a las regiones dedicadas a la actividad portuaria.
Por otra parte, el diputado por el Partido por la Democracia (PPD), Marcelo Díaz, también se mostró interesado, manifestando “vamos a constituir en el Congreso una bancada parlamentaria, de senadores y diputados, a favor de la Ley de Puertos”.
En el caso de Sharp, también se refirió a la propuesta señalando que “hoy todos los actores políticos comparten la necesidad de legislar sobre estas materias. Al ser un tema de impuestos, el trámite legislativo debe iniciarse por parte del Presidente de la República, de tal manera que está en manos del presidente Piñera ponerse al día con Valparaíso y con todas las ciudades puertos de Chile”, de acuerdo a lo que aparece en el portal de la Municipalidad de Valparaíso.
Además expresa “con los millones de dólares que produce la actividad portuaria podríamos permitir resolver los grandes problemas sociales que tiene la ciudad, como el déficit de viviendas sociales, los problemas en infraestructura de educación, el poder contar con más áreas verdes, y por eso queremos pedirle al presidente de la República que pueda iniciar ya el trámite legislativo que da vida la Ley Valparaíso”.
A su vez, Sharp invitó a las Empresas Portuarias de Valparaíso y San Antonio a sumarse a esta discusión.
Participación y decisión como límite
Sin embargo, más allá de lo progresivo que puede significar realizar una ley de puertos que vaya en beneficio de poder financiar los derechos elementales del pueblo trabajador ¿Qué tan plausible es esto, tomando en cuenta que un aspecto central como es la participación del pueblo porteño en el finanaciamiento, queda por fuera de la discusión?¿Es posible conseguir esto, entendiendo que todo proyecto que busque ser un triunfo en materia de derechos sociales, significa directamente ir en contra de los intereses empresariales?
Sin duda este es un tema bastante delicado, ya que una cosa es que diversos sectores de izquierda a derecha converjan en una ley de puertos nacional, pero otra muy distinta es qué tanta participación efectiva puede desarrollarse frente al financiamiento de los puertos, siendo que dicha propuesta es netamente consultiva y de colaboración y confianza con los empresarios?
La experiencia de las regiones portuarias, he demostrado que cuando se tocan las ganancias de los grandes empresarios del rubro, son los primeros en amenazar con despidos e imponer un régimen de trabajo que precariza cada día más la vida de los trabajadores. Si es posible generar una ley de puertos, debe ser totalmente independiente de cualquier variante empresarial, y avanzar en la expropiación y estatización de los puertos, bajo gestión de los trabajadores, abierto a que el pueblo trabajador pueda discutir directamente sus necesidades. Una iniciativa que prive a los trabajadores y sus localidades, de poder realizar experiencia diferenciada de los empresarios y sus intereses, es pavimentar el terreno, para una serie de desilusiones que se presentan siempre sobre todo en periodos crisis, y donde claramente la balanza siempre se ha encontrado a favor de los capitalistas.