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Red Internacional
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Precariedad laboral. Ley silla: además de un asiento, ¿qué necesitamos las y los trabajadores?

Iniciativa de ley propone la obligación a las patronales para que proporcionen asientos y descansos, ¿será suficiente para preservar nuestra salud?

Lunes 11 de septiembre de 2023

En el marco de las campañas electorales adelantadas, los partidos políticos del régimen intentan capitalizar las demandas de los sectores que hemos padecido el ataque a nuestras condiciones laborales, como si fueran una moneda de cambio.

La reforma laboral y las sucesivas reformas siguen este camino. A través de ellas, la 4T intenta retomar las demandas de las y los trabajadores mediante un discurso progresivo, pero la realidad es que detrás se van mermando las condiciones laborales y terminan por generar subcontratación, pérdida de derechos colectivos como la sindicalización y la contratación colectiva, mientras que el aumento al salario no llega a todos los trabajadores.

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En el Movimiento Ciudadano, la senadora Patricia Mercado presentó una iniciativa para prohibir que las empresas obliguen a trabajadores a permanecer de pie durante la jornada laboral. La propuesta llamada “Ley silla”, que se analizará por la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, apunta a modificar el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), que ha permanecido 53 años así y establece la obligación patronal de “mantener el número suficiente de asientos para los trabajadores en las casas comerciales, oficinas, hoteles, restaurantes y otros centros análogos”, y se aplica a otras industrias cuando “la naturaleza del trabajo lo permita”.

Ahora se busca que los patrones provean las sillas y asientos con respaldo a sus empleados en los sectores de servicio, comercio y similares en la ejecución de sus funciones y durante su descanso. En el resto de las industrias habría descanso periódico y se limitaría si hay riesgo en la seguridad e integridad por tomar asiento durante las actividades.

En consecuencia, esta normatividad se establecería dentro del reglamento interno del centro de trabajo, de manera que haya periodos de descanso obligatorios. Además, se establecería una multa de 250 a dos mil 500 unidades de medida y actualización para el patrón no cumpla y suspensión de actividades en caso de reincidencia.

Las condiciones de las y los trabajadores

Entre los sectores que más padecen la negativa al descanso, que termina repercutiendo en su salud, se encuentra el hotelero, restaurantero, tiendas de autoservicio y trabajo en las cajas. En general, la Revista Americana de Epidemiología evidencia que las personas en ocupaciones que requieren permanecer mucho tiempo de pie tienen un riesgo dos veces más alto de sufrir una enfermedad cardíaca.

Profesionales de la salud indican que estar de pie durante varias horas es negativo para la salud: puede provocar problemas circulatorios, implica susceptibilidad a un infarto cardíaco o un derrame cerebral; puede ocasionar problemas a las vértebras y articulaciones; fatiga, tendinitis, lesiones en las rodillas, dolores musculares, hemorroides, lumbalgia, fascitis plantar, lesiones musculoesqueléticas como tensión en la espalda, en el cuello, en los hombros y en las piernas, que conlleva dolor crónico y hernia discal, así como problemas metabólicos aumentando el riesgo de desarrollo de obesidad, resistencia a la insulina y enfermedades relacionadas con el sistema endócrino.

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Como puede observarse, la negativa al asiento perjudica la salud de las y los trabajadores, sin que se discuta de fondo las enfermedades y riesgos que conlleva el desarrollo del trabajo de esta manera, sin problematizar padecimientos que deberían incorporarse a la Tabla de Enfermedades de Trabajo, pues tienen una relación directa en cómo se desempeña el trabajo de pie y puede constituir un riesgo de trabajo.

Necesitamos asiento, pero también plenos derechos

La iniciativa, por muy progresiva que se presente, en realidad es insuficiente ante los abusos patronales. Incluso el Movimiento Ciudadano, a través de la diputada Mercado, busca convencer a las patronales al decir que “esta propuesta nada les cuesta, al contrario, les beneficia a las empresas”, poniendo el énfasis en la productividad para las empresas y en que el Estado no lleve el coste de esto mediante la seguridad social.

Es decir, ponen por delante las ganancias de los grandes empresarios, que se enriquecen de la explotación de miles de trabajadoras y trabajadores, sin que de fondo cuestionen los abusos patronales para quienes tienen prohibido sentarse, pero al mismo tiempo se encuentran bajo una contratación precaria, sin salario digno, sin vacaciones, sin seguridad social, sin estabilidad en el empleo, entre una larga lista de negativas.

Incluso las medidas que se toman, como las multas, realmente de fondo no constituyen una garantía para las y los trabajadores, pues mientras no haya mecanismos que realmente prohíban estas prácticas y la precarización laboral de conjunto, no tendrán ningún efecto.

Por ello es importante que las y los trabajadores expresemos nuestra propia voz y nos organicemos de forma independiente del gobierno y los partidos del régimen, entre quienes sabemos qué significa padecerla día a día, para luchar por plenos derechos laborales e imponérselos a las patronales. Porque no solo necesitamos un asiento, sino una salud digna, un salario digno que cubra nuestras necesidades familiares y aumente de acuerdo a la inflación, reducción de nuestra jornada laboral a seis horas, cinco días a la semana, aguinaldo y plenos derechos para todas y todos.