Fue liberada este miércoles luego de ser condenada por el supuesto homicidio de su esposo, tras estar condenada desde octubre de 2014, en un juicio lleno de irregularidades.
Hernán Pary @hernanpary - Lic. en Comunicación Social
Jueves 22 de diciembre de 2016
Reina Maraz Bejarano es una mujer de Bolivia que solo hablaba quechua y en octubre de 2014 fue injustamente condenada por el supuesto homicidio de su pareja. En 2010 fue detenida y desde ese entonces hasta la actualidad se convirtió en una referente para el movimiento de mujeres.
Como sucede con más del 60% de detenidos del Servicio Penitenciario Federal, Reina fue detenida en el penal femenino N° 33 de Los Hornos, provincia de Buenos Aires, por un crimen que no tenía sentencia firme. En ese momento, nadie le explicó por qué estaba detenida, ya que no hablaba castellano.
En 2011, cuando el Comité Contra la Tortura tomó el caso de Reina, lo primero que expresó la condenada frente a una traductora fue: “No entiendo nada”. En su primer relato frente a este tribunal describió toda su historia marcada por la violencia machista e institucional.
La historia de Reina
A los 17 años había conocido a su esposo, Límber Santos, en Avichuca, localidad de Bolivia. Tiempo después contrajeron matrimonio y tuvieron dos hijos. En sus declaraciones comentaba cómo su ex pareja la golpeaba en diferentes ocasiones. Un día él decidió viajar a Argentina en busca de trabajo. Cuando volvió de su viaje y al no poder convencer a Reina de emigrar, le dijo que sino se mudaban de país le quitaría a sus hijos.
Al instalarse en Buenos Aires, parientes de Santos le sacaron sus documentos para que no tuviera la posibilidad de volver. Allí su ex pareja conoció a Tito Vilca Ortiz, un vecino con el que tuvo deudas por juegos y que terminó pagando con relaciones con su esposa, tratándola como su propiedad.
El 16 de noviembre de 2010 Reina se presentó ante la policía para realizar una denuncia porque su marido no volvía hace dos días a la casa. Con la supuesta denuncia de uno de sus hijos menores, la policía realizó un allanamiento en su domicilio en Florencio Varela y halló el cuerpo de Santos bajo tierra en un predio aledaño que se encontraba abandona.
Luego de encontrar el cuerpo la policía detuvo a Reina y la acusó de homicidio. Al prestar indagatoria asentía con la cabeza ante cada una de las preguntas, ya que no comprendía el idioma en el que hablaban los oficiales. En ese instante fue detenida con un embarazo de siete meses.
Más información: Perpetua para mujer quechua que no sabe hablar castellano
Una justicia xenófoba, patriarcal y de clase
Luego de conocer su caso, la Comisión Provincial por la Memoria le proveyó el servicio de traducción y una defensa que la acompañara. A partir de ahí pudo comprender por qué se encontraba encarcelada. En su contra, Tito Vilca falleció en la cárcel y ella terminó siendo la única acusada de homicidio premeditado y con alevosía.
El testimonio principal presentado por la fiscalía ante el Tribunal Oral Federal 1 de Quilmes, fue el que dio su hijo de 5 años, en un interrogatorio realizado con Cámara Gesell. Ese testimonio se tomó con la presencia del fiscal del caso, pero sin una psicóloga, ni una traductora que ayudara esclarecer las palabras del menor.
Sofía Ballesteros, una de las abogadas expresó acerca de la declaración del menor: “El niño hablaba en quechua, la fiscal lo interroga en castellano y todo el tiempo está interpretando lo que el niño balbucea muy confusamente”.
Las juezas del tribunal Marcela Vissio, Florencia Gutierrez y Silvia Etchemendi tomaron la hipótesis de la fiscalía que se basaba en estas declaraciones, sin tener en cuenta a la defensa de la acusada que dejaba en claro que no existían pruebas fehacientes que demostraran que pudiera estar implicada en el asesinato de su pareja. A su vez, la justicia no tomó en cuenta todo el maltrato físico, sexual e institucional que sufrió Reina. El 28 de octubre de 2014 Reina fue condenada a prisión perpetua, un escándalo judicial en todo sentido.
Lucha, revisión y liberación
A fines de noviembre de este año la Sala 6 del Tribual de Casación realizó una audiencia en donde Reina pudo contar su historia ante los jueces. Al tomar su testimonio decidieron darle la libertad hasta que haya una sentencia firme.
Desde que conocieron su caso, distintas organizaciones sociales como la Comisión por la Memoria y la F.O.B (Federación de Organizaciones de Base) se solidarizaron con ella y la acompañaron en todo momento.
La Izquierda Diario dialogó con Daysi Balcera de la asamblea de mujeres F.O.B.
dentro la campaña nacional contra la violencia hacia las mujeres, que estuvo con ella desde que conoció su injusticia. “Cuando nos enteramos lo que le estaba pasando, sentimos que éramos parte de su lucha al instante, porque repudiamos a la justicia que la condenó por ser mujer pobre, migrante, quechua parlante, una justicia racista y patriarcal”, denunció.
“Nos hermanamos con ella, la acompañamos, sufrimos juntas, luchamos con ella. Yo también soy de Bolivia, quechua parlante, somos mujeres unidas”, expresó.
Por último agregó:“Estamos muy contentas por recibir la noticia que finalemente le dieron la libertad”.
Diferentes referentes del movimientos de mujeres y feministas festejaron su liberación en Twitter:
2016: el feminismo popular organizado liberó a Belén y a Reina Maraz.
— conurbana (@florencialcaraz) 21 de diciembre de 2016
Reina Maraz está en libertad!
— Celeste Farbman (@celestefarbman) 21 de diciembre de 2016
¡Reina Maraz en libertad! Ni yo me la creo lo poderosas que somos si coloridas, si alegres, si juntas pic.twitter.com/ikILMXQskZ
— #LibertadParaReina (@laurasalome) 21 de diciembre de 2016