El orgasmo de las mujeres ha permanecido como tabú hasta el siglo XX, momento en que se convirtió en objeto de estudio del psicoanálisis. En la actualidad, se volvió para muchos un “producto” del clítoris. Las mujeres necesitamos ampliar la mirada si queremos liberarlos.
Lunes 17 de octubre de 2016 11:00
Buscando el orgasmo en el mundo animal
Ya en algunos mamíferos encontramos comportamientos sexuales de búsqueda de placer independientemente de una función reproductora, por ejemplo es común observar a las monas frotarse el clítoris durante varios minutos. Los cambios que se producen en el cuerpo de las mujeres durante un orgasmo son similares al de las hembras de varias especies de primates: brusco aumento del ritmo cardíaco, contracciones vaginales y de los músculos pélvicos, pero ¿esto significa que las hembras de los primates tienen orgasmos?
Algunos investigadores indagaron aún más y estudiaron la actividad cerebral de estos animales durante esas contracciones, encontrando zonas específicas de actividad. Carentes de lenguaje, estas pobres hembras animales de experimentación jamás podrán transmitirnos lo que sienten.
Las mujeres, la sociedad, la cultura y nuestros orgasmos
Si bien es cierto que mujeres y hembras de monos tenemos similares respuestas fisiológicas durante el placer sexual -incluso si se comprobara que se activan zonas similares del cerebro-, ninguna mujer al recordar sus orgasmos diría que esta experiencia puede ser igual a la de una mona. Nuestras experiencias sexuales son una conjunción de pensamientos, recuerdos, aprendizajes, miedos, que en las relaciones sexuales se amalgaman con las de otros en complicidades, expectativas, frustraciones, comunicación, incomunicación y muchos etc.
La sexualidad de las mujeres está fuertemente influenciada por lo “prohibido”, lo “permitido” y el “deber ser” que nos enseñan desde niñas. Creer que nuestros orgasmos son un producto del clítoris, o que el clítoris es el “centro del placer” de la mujer, no nos ayuda a encontrarlo, como tampoco sirvió reducirlo a la psiquiatría durante el siglo pasado, o a la actividad cerebral tan de moda actualmente. Para encontrar el orgasmo de la mujer es necesario meternos en un laberinto que abarca todo esto y mucho más.
El orgasmo de la mujer y la sociedad machista
Nacemos y crecemos en una sociedad cuya finalidad es producir y vender mercancías, nuestra sexualidad no es ajena a las reglas del mercado y la propiedad. Pero, las mujeres además sufrimos la opresión de la sociedad patriarcal que nos convierte en objetos de propiedad, controlando qué hacemos con nuestros cuerpos -cómo los vestimos y los movemos- y dirigiendo nuestras actividades bajo los mandatos de “sexo débil”, “maternal” y “servicial”.
Gracias a la lucha de muchísimas mujeres organizadas a lo largo de la historia hemos liberado a nuestros orgasmos de la “histeria”, donde los encerraron los psicoanalistas del siglo pasado, y logramos que, en algunos sectores, la sexualidad de las mujeres se haga más visible. El reconocimiento del clítoris como órgano involucrado en el placer sexual de la mujer es parte de estas conquistas, sin embargo nuestros orgasmos siguen encerrados en un complejo laberinto y sólo los iremos liberando mientras combatimos esta sociedad machista, de explotación y del consumo.