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Red Internacional
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Rosario. Liliana: el fuego que intentaron apagar sigue vivo

Reproducimos a continuación las palabras de un obrero despedido de la fábrica Liliana

Viernes 19 de febrero de 2016

Un poco de oxigeno hace falta para reavivar ferozmente una llama que vuelva a ser tan agresiva e incontrolable como lo fue. Hace dos años intentaron callarnos, peleamos codo a codo contra los poderosos y logramos que teman.

La utilizacion del sindicato contra los trabajadores, la compra del silencio de los medios, el oportunismo de ciertos grupos politicos de derecha fueron una moneda corriente en nuestra lucha. A quienes tomamos conciencia del abuso patronal que nos impusieron desde que pisamos distintas fabricas, nos vieron como amenaza. Logramos, desde nuestra humildad, despertar esa pesadilla en los poderosos.

Liliana subestimo el espiritu de sus obreros, a quienes obligaba a hacer largas jornadas laborales, dejandonos el tiempo suficiente como para llegar a casa y convivir unas pocas horas con nuestras familias con todo el cansancio sobre los hombros, obligados a recuperar energias ya que en la fabrica debiamos contar con todas nuestras energias. A pesar de ello, recuerdo como, casi sin cambiarme, volvia a la estacion de servicio cerca de la fabrica, durmiendo en el colectivo, para preparar actividades junto a mis compañeros y ponernos al tanto de las cosas.

  •  Si tocan a uno, nos tocan a todos- decian las paredes, y vaya que lo llevamos a cabo. El reclamar el pase a planta permanente de los contratados, quienes teniamos hasta 3 años de contrato por agencia, demostro la fuerza y el cansancio de los trabajadores, como primer medida de lucha, los compañeros hicieron un quite de colaboracion y, al cumplir la jornada de 9hs, la fabrica quedaba casi vacia. Liliana, en un manotazo de ahogado y a su vez intentando medir hasta donde llegariamos, invento una causa para despedir a cuatro compañeros.

    La adrenalina que se desperto en mi el dia que defendimos los puestos de los chicos fue increible. No negociamos, impusimos nuestras condiciones, sin dejar que el sindicato tomara sus decisiones junto con la empresa. Fue todo tan increible como saber que afuera, en la calle y con un calor insoportable se encontraban organizaciones sociales como Pan y Rosas desde las 6 de la mañana, a disposicion de lo que necesitemos los trabajadores.

  •  Hola, hoy vas a trabajar- preguntaba uno de los encargados a un compañero, y este le contesto, ’’no, yo estoy con los pibes’’, a pesar de la amenaza de su encargado, quien se fue diciendo -Yo preguntaba nomas, como ya estabas por quedar efectivo-.

    La asamblea estaba llena de esas palabras y momentos de hermandad. Mientras el tiempo pasaba la lucha era cada vez mas propia y, finalmente, la felicidad por la reincorporacion de nuestros compañeros fue infinita.

    En la fabrica ya nada era igual, los obreros estaban totalmente distendidos y los encargados se cuidaban de esos maltratos diarios a los que estaban acostumbrados a aplicar. Las juntadas y la vida fuera de la fabrica comenzaban a crecer, la unidad fue inminente y las voces de las mujeres comenzaban a ser escuchadas, dejando de lado aquellos comportamientos de la sociedad a los que estamos tan mal acostumbrados.

    Mientras intentabamos avanzar en la organizacion y unidad de todos, la empresa habia madurado y sus metodos de intentar quebrarnos comenzaban a funcionar. La persecucion para aquellos que estabamos mas comprometidos con organizar a todos los trabajadores se hizo cada vez mas tediosa, con suspenciones, continuas reuniones aisladas y descuentos en nuestros pobres sueldos.

    La reincorporacion de los compañeros, el pase a planta permanente de todos los trabajadores, el transporte hacia la nueva planta, comedor dentro de la misma, nuevas condiciones de contratos y el respeto ganado por los trabajadores fueron algunos de los triunfos de aquella maravillosa asamblea.

    El resultado de la persecucion de la empresa habia dejado a aquellos que nos pusimos a la cabeza de todo reclamo aislados y a kilometros de nuestros compañeros, todo fue preparado para poder, finalmente, echarnos en forma masiva y discriminada a los 12 compañeros que mas comprometidos estabamos. Fue aquel, quizas, el dia que entendi lo que significaba la organizacion.

    La fabrica estaba llena de seguridad y hasta civiles armados, solo por esperar a mis compañeros. Bien en claro lo teniamos de lo que estaba pasando, pero desde ahi nada podriamos hacer, simplemente esperar que pase. Vi pasar a cada uno de ellos acompañado de un guardia de seguridad, y con tristeza ya no podia concentrarme en lo que hacia o debia hacer.

    Uno de ellos, en la ultima reunion a la que habia concurrido tres dias atras, me dio la noticia de que su hija acababa de nacer, por lo cual celebramos y felicitamos. Entonces comprendi realmente lo que es ponerse en el lugar del otro y lo similares que son nuestras vidas. Al llegar mi momento, justamente el ultimo de la lista, al menos en ese lugar, sinceramente ya no pense en mi presente, si no en mis compañeros, y en los momentos que juntos vivimos.

    Una vez afuera, mire fijamente a ese compañero, buscando compasion o darle apoyo... Pero contrariamente a lo que pensaba, ellos me llenaron de fuerzas y no perdimos un segundo en comenzar a darle pelea a esa jugada. En auto, con dolor de cabeza comprendi que quizas ellos ya habrian juntado sus fuerzas, pero eramos un grupo, y si uno empujaba, automaticamente todos ibamos al frente.

    Fue una mañana muy larga, donde despues del primer corte en el ministerio de trabajo, emprendimos viaje a la nueva planta para contar a nuestros compañeros lo sucedido, y al borde de las lagrimas, todos levantaron su mano en asamblea votando un bloqueo total de la planta, aquella medida con la que siempre habiamos soñado, fantaseado y hablado entre nosotros.

    Finalmente el dia llego, con la compañia del Frente de Izquierda, se prendieron las primeras gomas en la calle que, ademas de llevar a la entrada de la fabrica, llevaba tambien a la autopista a Santa Fe. Los compañeros, cargados de optimismo, llegaban con sus mates y palabras de aliento. El frio de la mañana y la oscuridad de un lugar aislado no desmotivaban a los grupos que se acercaban a brindar su apoyo, y que, gracias a ello, pudimos aguantar con las mismas ganas y orgullo propio los 21 dias de cortes y piquetes interminables, de mañana, tarde y hasta largas horas de la noche. 21 dias, junto a estudiantes y organizaciones...

    21 dias luchando contra todos los poderes, con la fuerza de estos trabajadores que resultaron indomables, con debilidades, pero incansables. Si, 21 dias de piquetes, de una fuerte resistencia contra todo, pero no todo quedo alli. La historia se siguio y aun continua escribiendo, cuantos capitulos hace que la UOM nos viene traicionando, cuantos distintos gobriernos intentan sonreirnos para despues transar con los patrones.

    Lo de los obreros de Liliana es algo unico, pero no es mas que un capitulo mas en la historia del movimiento obrero. Hemos conocido y estado en la lucha de LEAR, conoci historias negras de los 70 del SMATA y que parece no cambiar sus costumbres, acompañamos a los trabajadores de MadyGRAF en su proceso por recuperar la fabrica.

    Si, Liliana dio un golpe muy duro en mi vida, pero la llama no se ha apagado, y a pesar de todo, un poco de oxigeno puede reavivar ese fuego con la misma vida que tuvo en esos momentos gloriosos. Gracias, a cada uno de esos participes de la historia que cambio todo en mi, desde aquellos que participaron desde afuera hasta mis compañeros que siempre me mantuvieron en pie, hoy son dos años, pero de lucha activa contra toda esa mierda.

    -Con tantos lujos que tienes nada te puede afectar, pero de esta pesadilla no te pudiste librar- Attaque 77