El consejero del Departamento de Estado de EE.UU. Thomas Shannon viajó a Caracas y se reunió el miércoles con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, en un intento de último momento de “limar las asperezas” antes de la Cumbre de las Américas que comienza el viernes en Panamá. Obama juega contrarreloj para que las sanciones de Washington contra Venezuela no opaquen el restablecimiento de relaciones diplomáticas de EE.UU. con Cuba.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Jueves 9 de abril de 2015
En un escueto comunicado de prensa el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, confirmó oficialmente la presencia de Shannon en Caracas, que antes había sido admitida por fuentes diplomáticas de EE.UU. en Washington.
El viaje de un funcionario de tan alto rango de parte de Estados Unidos, que según Washington responde a un pedido del propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, no esconde la necesidad de Obama de bajar el nivel de tensión generado por el decreto presidencial que el mes pasado declaró a Venezuela una “amenaza para la seguridad nacional” de EE.UU. y determinó sanciones para siete de sus funcionarios.
Para que quede claro, en la víspera del viaje de Shannon desde la Casa Blanca habían aclarado que “Estados Unidos no cree que Venezuela represente una amenaza”, y en un giro político a días del inicio de la Cumbre de las Américas, refirieron al decreto de Obama como un mero tecnicismo para poder implementar determinadas sanciones. El asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, dijo el martes que el uso del término "amenaza" tan solo forma parte del lenguaje establecido para formular el tipo de órdenes ejecutivas como la emitida por Obama.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, "saludó" estas declaraciones de los asesores del mandatario estadounidense, que calificó de "interesantes", durante una transmisión televisiva.
Las sanciones de Obama contra funcionarios venezolanos, que podían ser leídas como una concesión a los Republicanos dentro de Estados Unidos, para apaciguar los ánimos ante las negociaciones que la Casa Blanca mantiene con Irán y Cuba, fueron rechazadas por un amplio arco político en América Latina. Este espectro iba desde el bloque de la UNASUR y el ALBA, hasta la propia derecha venezolana que entendía que el ataque de Obama le daba a Maduro una “excusa ideal” para ganar fortaleza en un momento de profunda crisis política y económica. El conflicto abierto por el decreto de Obama contra Venezuela corría el riesgo entonces de convertirse en el tema central de la Cumbre en Panamá.
En este marco el viaje de Shannon a Caracas, a días del inicio de la Cumbre donde va a participar tanto Obama como Maduro, tiene el objetivo de bajar las tensiones para que este conflicto no tape el acuerdo diplomático de EEUU con Cuba. Un acontecimiento que, junto a los acuerdos con Irán, pretende ser mostrado por Obama como un legado de su gobierno.
Maduro por su parte ya había declarado en un discurso anterior que sus intenciones estaban lejos de un enfrentamiento con Obama y que su camino era el del diálogo, pidiendo a Estados Unidos que envíe un alto funcionario para demostrar que Venezuela no es amenaza para Estados Unidos. Un nuevo enfrentamiento con Estados Unidos no parecía estar entre las necesidades de Maduro, golpeado por la crisis económica y política, lo que no significa que no lo haya usado políticamente para intentar ganar aire y golpear a la derecha local, como con la campaña por los 10 millones de firmas contra el decreto de Obama que lanzó la última semana.
En el comunicado emitido este miércoles a la tarde por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela no se menciona si Shannon se reunirá con el presidente Nicolás Maduro. Según la agencia Efe, un portavoz del Departamento de Estado que pidió el anonimato señaló que “el Gobierno venezolano invitó recientemente al Gobierno estadounidense a enviar a un funcionario de alto rango a Caracas para reunirse con el presidente Maduro antes de la Cumbre de las Américas". Por lo que se espera que finalmente esta reunión tenga lugar.
Las próximas horas serán clave para saber si Estados Unidos logra su objetivo de reducir al mínimo el reclamo de Venezuela y hacer que el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba sea el eje de la Cumbre de las Américas. No es casualidad que al mismo tiempo que Shannon viajaba a Caracas, funcionarios estadounidenses declaraban que el Departamento de Estado se encontraba cerca de presentar a Obama una resolución para eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una de las principales exigencias de La Habana en las actuales negociaciones de cara a la reunión en Panamá.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario