Mariano Fernández, chofer de la línea 60 es uno de los 12 despedidos. Desde el lunes pasadodecidió encadenarse en la puerta de la cabecera de Barracas, instalar una carpa e iniciar una huelga de hambre.
Viernes 6 de octubre de 2017 12:55
El conflicto se agudiza el 11 de septiembre cuando la Cámara de apelaciones deja sin efecto la medida cautelar, por la cual Mariano Fernández y otros 9 despedidos habían sido reinstalados a sus puestos de trabajo.
Fundamentando que era la forma de mantener la resolución judicial, la UTA pidió paciencia y llamó a no realizar acciones. Cuando la cautelar queda sin efecto, se desentendió de la situación, quedando los despedidos y sus familias sin respuestas.
La noticia de esta situación llegó a dos días de cumplirse el año de la muerte de David Ramallo.
A partir de su encadenamiento a la puerta de la cabecera, Mariano Fernández pudo denunciar en varios medios de comunicación: "Nos despiden porque somos los testigos claves por la muerte de David Ramallo, la cabecera a la cual nos pasaron el año pasado, nos cambiaron de cabecera sin estar habilitada legalmente, sino que hubo coimas a los inspectores, ese mismo inspector que habilitó la cabecera después la clausuró."
Esta política de la empresa Monsa-Dota, que afecta a los despedidos y a sus familias, también pone en riesgo la seguridad de los millones de usuarios que viajan en la línea. Y también es parte de la denuncia del trabajador: "Los coches no están en condiciones para salir a dar el servicio, no están cumpliendo el servicio mínimo, peligra la vida del usuario, los coches no están en condiciones, no queremos otro Once, a un coche se le corto un extremo de dirección, a un colectivo que transporta personas. Los subsidios no sabemos a dónde están destinados, se le salieron las duales a otro colectivo, a otro se le salió una rueda."
La misma decidía patronal, con el amparo de los organismos del estado, y que se llevó la vida de David Ramallo se repite.
Mariano es claro al respecto: "En la 60 no están dadas las condiciones para viajar seguro tanto para los choferes como para los pasajeros, pedimos a los entes reguladores y al Gobierno que se hagan cargo de esta situación, peligra la vida de las personas."
Al comienzo de esta edición el trabajador sigue encadenado, sus reclamos desoídos, sus compañeros en situación de incertidumbre, debatiendo y deliberando los pasos a seguir. Ya que prevén que la empresa avanzará con más despidos, buscando desarmar la organización de los trabajadores, silenciar sus denuncias y reclamos.
Desde la cabecera Mariano pide la solidaridad de todos los trabajadores: