En la reunión anual de industriales, organizada por la Concamin, Enrique Graue, rector de la UNAM, llamó a impulsar en la Universidad el proyecto de educación 4.0 y reforzar la vinculación con la industria.
Martes 3 de noviembre de 2020
El llamado de Graue hace evidente al servicio de qué intereses se encuentra el proyecto educativo de la rectoría, que, de manera paralela a otras instituciones de educación superior, subordina la educación a las necesidades de la industria en detrimento de los contenidos académicos de los planes y programas de estudio.
Por ejemplo, en el Instituto Politécnico Nacional, la educación 4.0 ha significado que las escuelas se ubiquen en función de algunos de los megaproyectos estrella de la 4T, como el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía; pero también, en estados como Coahuila y Tlaxcala, el IPN ha orientado sus planes de estudio alrededor de corredores industriales que generan ganancias millonarias para empresarios mientras que los trabajadores ganan salarios por debajo del costo de la canasta básica.
Por otro lado, en el mismo encuentro y a través de un comunicado que la UNAM publicó en su pagina de Internet, el rector, sostuvo que en el marco de la crisis sanitaria y económica, "se necesita formar individuos flexibles para transitar de un trabajo a otro, con capacidad emocional para desprenderse de lo aprendido y aprender a vivir en la incertidumbre..."
Lo anterior resalta no sólo por el contenido, que en los hechos es un llamado a aceptar la precarización laboral y de la vida sino también, porque representa un cambio en la manera en que opera el proceso de tecnificación de la educación.
Esto último es importante porque de esa forma, desde hace años, se impulsa el abandono de contenidos de corte crítico y científico, sustituyéndolos por "competencias" para la vida laboral signada por la precarización y la pérdida de derchos.
Con la agudización de la crisis y la reducción presupuestal, los ataques a la educación pública universitaria operan en función de terminar con los derechos laborales de profesores y trabajadores no docentes, además de un proceso de elitización dada la dificultad para acceder a la Universidad de parte de los sectores más pauperizados.
El mensaje se inserta también en medio de una crisis sanitaria y económica que, contrario a lo prometido en campaña, ha llevado al gobierno, y en ese sentido influye hasta las autoridades universitarias, a avanzar contra derechos conquistados por trabajadores y estudiantes.
Parece que producto de la crisis, estos ataques se incrementarán y avanzarán mucho más rápido que en los años previos. Para defender la educación pública es necesario organizarnos contra el proyecto de Educación 4.0 cuyo objetivo es poner las universidades al servicio de la industria privada mientras que, a la par, avanza la privatización educativa vía la tecnificación de la educación y la elitización de las instituciones de educación superior.
