Una pequeña comunidad de Michoacán enclavada en la región purépecha se hartó de la violencia y las agresiones del crimen organizado y la policía. Puede convertirse en una gran piedra en el zapato para el gobierno federal.
Martes 8 de octubre de 2019
Imagen: Central Informativa Michoacán
El sábado por la noche un grupo armado, perteneciente al crimen organizado, asaltó a varios habitantes de la zona en la carretera Capacuaro-Paracho hasta que un comunero al negarse a entregar su camioneta fue asesinado junto a su hijo de 7 años.
El hecho despertó la ira de los pobladores de Santa María Urapicho que el domingo con armas de todo tipo y calibre bloquearon la carretera y declararon que tomarían el control de la seguridad de la región si las autoridades locales seguían sin hacer nada en contra del crimen organizado, señalaron a un grupo armado protegido por un elemento de la policía municipal que se dedica a robar y extorsionar en la zona.
Los videos que se observan en redes sociales muestran un desfile de una veintena de camionetas con hombres visiblemente armados, escoltados al final por una patrulla municipal que fue tomada por los pobladores y con la cual aseguraron harían los rondines de seguridad en la región.
Urapicho, pueblo organizado
Urapicho como gran parte de la zona purépecha tiene una larga historia de organización comunal y de lucha por la preservación de sus recursos y de su espacio en contra del crimen organizado y de las empresas trasnacionales.
Santa María Urapicho es una pequeña comunidad aledaña a Cherán, con experiencia en la formación de policías comunitarias y es parte de las comunidades indígenas que cuentan con autonomía presupuestal, lo que significa que el Municipio de Paracho le otorga a la comunidad la parte presupuestal que les corresponde de acuerdo con el número de habitantes y ellos la gestionan.
Desde 2015 la comunidad en asamblea general decidió no participar más en las elecciones federales y desde ese año no se permite la instalación de casillas, hecho que ratifica su autonomía y autodeterminación por medio de sus usos y costumbres.
Situación política complicada
El hecho de que los pobladores de Urapicho muestren sus armas en público y le recuerden al gobierno federal que hay personas organizadas que no están felices con lo que pasa en el país puede resultar incómodo para el gobierno de la 4T, que le da mucho peso a los símbolos.
Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán de extracción perredista, ha intentado torpemente minimizar el hecho diciendo que todo es falso y que todo va tranquilo en la región, aunque se está entablando un diálogo con los pobladores.
La comunidad de Urapicho tiene un panorama complicado. Por un lado, la presión del gobierno federal con su Guardia Nacional y las declaraciones de López Obrador en contra de las policías comunitarias. Por el otro, la presión del crimen organizado y la pelea por la plaza de los distintos “cárteles”. La único que pueden ofrecer estos dos extremos es continuar con el río de sangre en Michoacán.