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Red Internacional
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Venezuela

ESTADO BOLÍVAR: CONATO DE SAQUEOS. Lo que expresan los desórdenes en San Félix por transporte público y desabastecimiento

Un muerto y 76 detenidos fue el saldo que dejaron los saqueos a cuatro comercios ubicados en San Félix, estado Bolívar, durante la mañana del pasado viernes 31 de julio. Este martes, en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, también se generó un saqueo en un importante centro comercial, en el marco de lo que comienza a ser expresión de la difícil situación que atraviesa el pueblo venezolano por la crisis económica.

Miércoles 5 de agosto de 2015

Fotografía:EFE

Fotografía:EFE

El gobierno acusa a sectores de la derecha que estarían tras estas acciones, y aunque no se descarta la presencia de algunos sectores de la derecha azuzando como parte de su agenda frente a las venideras elecciones parlamentarias, la verdad es que el descontento popular es real que se expresa en el deterioro de las condiciones de vida de la población producto de la crisis que resiente el pueblo.

El hilo conductor “oculto” en los hechos de San Félix

La comunidad de San Félix, fue el escenario el viernes pasado donde brotes de malestar y descontento social motorizados por el mal servicio de las unidades de transporte público y por el desabastecimiento desencadenaron saqueos en un supermercado y tres pequeños comercios.

Al finalizar la jornada de ese día, uno de los reportajes sobre estos hechos en un diario regional se señalaba: “No queda claro el hilo conductor entre una manifestación y otra en San Félix”, refiriéndose a la protesta por el transporte y los saqueos, pues indicaba que, a pesar de la cercanía entre la parada La Económica y el Mercado Municipal de Chirica (ambas en la Avenida Manuel Piar), la relación entre los intentos de toma de las unidades de Transbolívar y los saqueos a los cuatro comercios "es velada por una apariencia accidental".

Aunque en otra nota de una página on line afin al gobierno, relacionada a los hechos, se refiere desde hace varias semanas a lo que identifica como “mafias del transporte” instaladas en los populares “buses rojos” de Transbolívar, administradas por la Gobernación del Estado Bolívar. Mafias que mantendrían “constantemente atropellada a la población de San Félix”, porque estos buses “no pasan, y cuando pasan quieren cobrar 50 bolívares”, cuatro veces más que el pasaje reglamentario de 10 bolívares, ocasionando la intentona de toma de las unidades de Transbolívar.

Análogo a la situación de la falta de unidades y especulación con los precios del pasaje, se encuentra el desabastecimiento en los comercios con registro y la especulación de los revendedores informales (“bachaqueros”) que sacan provecho de la situación frente al Mercado Municipal de Chirica, desencadenando un malestar no menos similar.

Por otro lado, estos hechos no cayeron del cielo, pese al empeño del gobierno nacional y regional de escamotear la realidad, su ebullición estuvo precedida por una cadena de acontecimientos, como los saqueos del 27 de febrero de este año en Santo Tomé de Los Olivos que terminó con la agresión de la GNB sobre tres trabajadores de un establecimiento comercial, o las recientes protestas de hace dos semanas en las paradas de Alta Vista y en el Centro Comercial Trébol, por los abusos de las mafias presentes en el transporte público.

La erosión del discurso oficial

El empeño oficial en escamotear la responsabilidad del gobierno nacional y regional no solo es electoral atacando a su flanco derecho que no se descarta que pueda estar aprovechando la situación, también busca cubrir con un halo de legitimidad el giro represivo que ha emprendido con la “Operación para la Liberación del Pueblo” que sería para combatir la inseguridad pero cuya intervención policial se centra en los barrios y comunidades populares. Así, las declaraciones de Rangel Gómez, gobernador del estado Bolívar, no son menos cínicas cuando alega que “aquí nadie está pasando hambre. No hay excusas para que esto se presente”.

A más de año y medio de lo que el gobierno ha convenido en llamar “guerra económica”, y a pesar de que este dispone de hecho de todos los instrumentos del Estado para enfrentarla, la realidad es que ninguna medida ha tenido para responder incluso a lo que llama boicot empresarial (al que designa como “causante”). De hecho, ninguna medida económica seria para dar respuesta a los graves problemas económicos de desabastecimiento e inflación, de una crisis que es descargada sobre el pueblo.

Los trabajadores deben responder frente a esta situación imperante

Una respuesta ante la crisis solo podrá darla la movilización independiente de los asalariados en alianza con los sectores populares golpeados por la crisis, irrumpiendo en la escena con sus propias fuerzas, para imponer medidas elementales en defensa de una vida digna. Las medidas de emergencia que se requieren para dar los primeros pasos y enfrentar esta situación son muy claras y sencillas como explicamos en el artículo La carestía de la vida golpea fuertemente en Venezuela, no tienen ningún secreto ni dificultad, “pero no se aplican porque estas afectarían las ganancias de los capitalistas que presionan al gobierno y éste en vez de enfrentarlos aceptan sus chantajes. Incluso de aquellos sectores empresariales ligados al gobierno, o la burocracia corrupta que se aprovecha de la situación”.

Habida cuenta de que mientras los grandes costos sociales de la crisis lo sigue pagando el pueblo trabajador, los diferentes sectores de la oposición de derecha intentan movilizar sus fuerzas en función de capitalizar la crisis y retomar el poder. Los trabajadores no podemos permanecer pasivos ante esta situación, ni esperar una agudización mayor de los conflictos producidos por la crisis, siendo precisamente quienes disponemos de la fuerza social capaz de levantar un plan de lucha que pueda dar salida a la misma, de forma verdaderamente en beneficio de la gran mayoría de la población.