El próximo 21 de diciembre tiene lugar las elecciones catalanas del 155. Frente a estas, los y las estudiantes y la juventud no olvidamos Bolonia, la represión del 15-M, los recortes y las privatizaciones, el tasazo... ni por supuesto el 155 y la represión del Estado central.
Martes 19 de diciembre de 2017
Agrupación estudiantil No Passaran
El movimiento estudiantil ha estado en la calle defendiendo el derecho a decidir del pueblo catalán desde el 20 de septiembre. Ocupando el rectorado de la Universidad de Barcelona, en manifestaciones multitudinarias defendiendo poder votar el 1 de octubre, y después, defendiendo sus resultados y luchando contra la represión. Somos parte de la juventud que activamente ha participado en la ocupación de colegios, las huelgas del 3 de octubre y el 8 de noviembre, en los cortes de carretera, en los CDR...
Desde No Passaran fuimos parte de todo este proceso que entendemos sólo puede conseguir sus objetivos desde el impulso de la movilización y autoorganización de la juventud junto a la clase trabajadora. Lo hicimos también uniendo a la defensa de las demandas democráticas del pueblo catalán las reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil aún sin resolver. Como por ejemplo, la gratuidad de la educación, a todos los niveles; la eliminación de las notas de corte para acceder a la universidad y la implementación de becas-salario; acabar con la precariedad del personal docente de escuelas y universidades; el aumento de presupuesto y recursos para la educación en base a los impuestos a las grandes fortunas; la separación efectiva de la Iglesia y el Estado, y por lo tanto el fin de los conciertos y la financiación a centros del Opus Dei; y la expulsión de las empresas de las universidades.
Junto a muchos otros de estudiantes independientes luchamos por promover asambleas de base que organizaran a todo el estudiantado junto al personal docente y administrativo, entendiendo que es la manera más democrática para poder decidir, organizarse y luchar, oponiéndonos a la lógica de movilizaciones puntuales y organizadas burocráticamente desde arriba que impuso desde el principio la plataforma Universitats per la República.
En todo este marco de movilizaciones, el PP aplicó el artículo 155, con el apoyo del PSOE, Cs y la Corona. Un artículo que impone unas elecciones ilegítimas en medio de un ataque represivo sin precedentes, con la Genrealitat intervenida, la autonomía catalana suspendida, presos políticos y centenares de querellas. Se identifica a participantes de los CDR y se llama a declarar a profesores por “adoctrinamiento” en las aula y continúa la amenaza de internvenir la escuela catalana, que no es nada nuevo para el PP como ya advirtió Wert sobre “españolizar a los alumnos catalanes”.
Es por eso, que lo primero que los estudiantes con memoria no podemos olvidar este 21D es el golpe institucional del PP, con el apoyo del PSOE-PSC, y de Cs. Partidos que no solo han defendido la aplicación del 155 y todas las medidas represivas llevadas a cabo por el gobierno central, sino que también les hemos podido ver manifestándose junto a la extrema derecha por “la unidad de España”. No olvidamos que el PSC, ERC y ICV-EUiA gobernaban la Generalitat cuando se reprimía al movimiento estudiantil que luchaba contra la implantación del Plan Bolonia.
Lo segundo que no podemos olvidar, es la equidistancia que muestran los comunes, adaptados cada vez más en una posición de “pata izquierda” del régimen con el discurso de “pasar página”, renunciar a la república y asumir que los marcos legales del 78 son infranqueables. Aunque Podemos y Catalunya en Comú-Podem hayan denunciado el 155, han dado la espalda a las demandas democráticas del pueblo catalán que se expresaron el 1-O y han opuesto al movimiento democrático una falsa “agenda social”.
Decimos falsa porque para desarrollarla buscan como socios al PSC o a ERC. Al partido del 155 y al de los recortes de los últimos años en Catalunya, respectivamente. El mensaje que desde esta formación se nos manda a los estudiantes y la juventud que hemos estado en las calles defendiendo el derecho a decidir, contra la represión y defendiendo el mandato del 1O es 2volved a casa y olvidad. Para vosotros no hay nada”.
No pecamos de ingenuidad y sabemos que las demandas democráticas del movimiento catalán han sido desviadas por la dirección del procés, ERC y PDeCat, que desde el principio “abandonaron” -o más bien nunca tuvieron- la “agenda social”. ¿Nos sorprende? Claro que no. No albergábamos ninguna ilusión en que los partidos históricos de la burguesía catalana estuvieran dispuestos a promover la gran movilización social necesaria para imponer la voluntad del pueblo catalán de constituir su propia república.
Pero además, llevamos mucho tiempo denunciando que los partidos del “procesisme” son los que han estado al frente de los peores recortes y privatizaciones, del tasazo universitario en 2012 que expulsó a miles de estudiantes de las aulas, de la represión contra la clase trabajadora y los sectores populares de Catalunya.
No olvidamos que bajo el mandando de Artur Mas (CiU) se produjo el violento desalojo de Plaça Catalunya y el intento de desalojo de Can Vies, así como la posterior represión. Tampoco olvidamos que ERC, en el marco del ‘Pacto por la Libertad’ con CiU en 2013, hizo concesiones a los convergentes relacionadas en tres ámbitos. Por los casos de corrupción; por las medidas económicas y sociales; y por los escándalos con los Mossos, salvando dos veces de la recusación parlamentaria al jefe de los Mossos, Manel Prat, director general cuando Esther Quintana perdió un ojo, y evitaron que Ramón Espadaler compareciera por el mismo caso.
Por esto que estamos radicalmente en contra de la campaña que ha hecho ‘Universitats per la República’ - que agrupa a organizaciones y sindicatos estudiantiles, incluidos los relacionados con ERC, PDecat y CUP, con el SEPC a la cabeza-, que bajo la consigna “Votes lo que votes, vota República” intentan promocionar el voto entre la juventud para ERC, PDeCAT o la CUP. Llaman así a votar de forma amnésica a partidos como ERC o el PdeCAT que no solo han llevado adelante recortes, privatizaciones y represiones, sino que son además los mismos que traicionaron el mandato del 1-O y la defensa de la República.
Desde nuestra organización llamaremos a votar a la CUP aunque somos críticos con su programa y no compartimos su estrategia. Porque
sabemos que una parte de la juventud que acudriá a votar este 21 de diciembre a la izquierda independentista lo hará convencida de que debe continuar la pelea por levantar un verdadero proceso constituyente en Catalunya. Algunos incluso lo harán con fuertes críticas a la CUP que ha mantenido una política de segudismo a la dirección del “procesisme” que ha impedido que pudiera proponer una hoja de ruta alternativa ante su claudicación.
De esta forma queremos acompañar a los miles de jóvenes que después de poner el cuerpo contra la represión el 1 de octubre, el 3 de octubre y el 8 de noviembre votarán a la CUP con el convencimiento de que es necesario romper con la dirección del PDeCat y ERC, que lejos de llevar hasta el final la voluntad del pueblo catalán, la ha conducido a un callejón sin salida que tiene su punto y final en un nuevo gobierno autonómico.
Porque como nosotros, creen que es necesario continuar la lucha por una República del conjunto de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. Y que para conseguirlo es necesario que la izquierda independentista rompa con la lógica de “mano extendida” y “unidad nacional” que ha mantenido hasta la fecha. Aunque esta no es la estrategia que defiende la CUP en su programa, creemos que es la única forma en la que podrá convertirse en una verdadera alternativa a la dirección burguesa de Puigdemont y Junqueras.
Por este motivo, llamamos a todas y todos los que compartan nuestras posiciones a debatir las lecciones que nos dejan estos dos intensos meses de movilizaciones. También, cómo levantar una alternativa anticapitalista y de independencia de clase que tenga, en las luchas que están por venir, una nueva hoja de ruta de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y el conjunto de los sectores populares.