Lo dijo el presidente electo en una entrevista en el canal Televisa, en el marco de la brutal política migratoria y arancelaria de Trump que afecta especialmente a los mexicanos.
Martes 3 de julio de 2018
En entrevista con el programa "Despierta con Carlos Loret" de Televisa, el virtual ganador de estas elecciones presidenciales dio a conocer algunas claves de su gobierno.
Ratificó que cancelará la reforma educativa y prometió “estar a la altura de lo que quiere el pueblo de México.” López Obrador admitió que “son graves los problemas del país”, pero que tiene “convicciones y voluntad para enfrentar los retos”.
Durante la entrevista dio a conocer que el presidente saliente, Peña Nieto, “lo felicitó y fue respetuoso, además de que le manifestó su apoyo para el periodo de transición para que se pueda elaborar el programa, que de ninguna manera existan enfrentamientos, sino confianza y se pueda iniciar la nueva administración con estabilidad económica y financiera.”
Respecto a los ex candidatos presidenciales Ricardo Anaya Cortés, de la coalición Por México al Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) y José Antonio Meade Kuribreña, de la alianza Todos por México (PRI, PVEM y Panal), dio a conocer que habló con ambos, que lo felicitaron, y los buscará luego para intercambiar opiniones.
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Andrés Manuel López Obrador sostuvo que México necesita crecimiento económico, acabar con la corrupción e impunidad. Reafirmó que "Ese es mi compromiso".
Pidió confianza a quienes expresan incertidumbre y miedo ante su triunfo en las elecciones. Aclaró que es un demócrata, que respetará las libertades de crítica y de religión, y que apuesta por la diversidad y la pluralidad. Según aseveró, no llevará ninguna acción contraria al interés general.
Se trata de un nuevo guiño a los sectores de empresarios y clase media que son base social del panismo. Esto que propone está en sintonía con su intención de “gobernar para ricos y pobres”, sin embargo garantizar el statu quo favorable a estos sectores –su bienestar, sus privilegios, su acceso al lujo y la ostentación– implica no resolver la pobreza que viven amplios sectores, una pobreza debida a los bajos salarios que se pagan en México y a la precarización laboral impuesta a lo largo de décadas por el PRI y el PAN.
De la corrupción y otros demonios
Explicó que será muy respetuoso de los poderes Legislativo y Judicial, y de la soberanía de los estados y municipios, en alusión a que estará dispuesto a hacer acuerdos con otras fuerzas políticas que estén en gobiernos estatales y locales.
Sostiene que el problema han sido los políticos ambiciosos, reduciendo la cuestión de la corrupción a un problema moral, cuando en realidad está intrínsecamente vinculada al modo de producción capitalista.
A su vez, López Obrador aseguró que desea que México se convierta en una potencia mundial, y mencionó que entre los elementos que tiene para conseguirlo se cuentan los recursos naturales que en el país posee. Este punto pone de relieve la cuestión de la reforma energética, la entrega de recursos a las transnacionales, la devastación ambiental y el despojo de las comunidades indígenas que trae aparejadas el mantenimiento del modelo extractivista. Esto en el marco de que el mismo López Obrador convocó hace unos meses a las mineras canadienses a invertir más en México.
Respecto a su próxima gestión, el líder del Morena señaló que habrá disciplina financiera y no se gastará más de lo que ingrese a la hacienda pública, y que no habrá déficit. Reiteró que habrá un plan de austeridad en el que será el gobierno el que se apriete el cinturón. La duda que se abre es si esto será suficiente –sin aumentar impuestos y sin gasolinazo– para garantizar la implementación del aumento de las ayudas a adultos mayores y del sistema de becas que prometió a los jóvenes. Sobre todo teniendo en consideración que no plantea impuestos a las grandes fortunas de empresarios como Slim y se mantiene el pago de la onerosa deuda externa, que representa una sangría sin fin para las arcas nacionales.
A la sombra de Estados Unidos
Sin duda, uno de los puntos más controvertidos es la relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha desplegado medidas arancelarias que van en contra de los intereses de las transnacionales que operan en México –y cuya implementación puede traer como consecuencia un incremento de precios que afecte a la clase trabajadora y los sectores populares– y ha implementado verdaderos campos de concentración para inmigrantes (tanto centroamericanos como mexicanos), de la mano del despliegue de un discurso xenófobo desde su campaña electoral.
Aun así, López Obrador afirmó que procurará estrechar los lazos de amistad y cooperación para el desarrollo, para lo cual buscarán acuerdos, pero actuará con prudencia y respeto al magnate que tachó de violadores y narcotraficante a todas las personas originarias de México.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es otro punto áspero. El virtual triunfador de estas elecciones explicó que las negociaciones de la modernización del acuerdo se complementen con profesionales de su equipo de trabajo, con el objetivo de que se sumen a los actuales. Pero el problema es que aun las condiciones actuales del acuerdo son leoninas en cuanto al saqueo de recursos del país y la “ventaja comparativa” de México con los bajos salarios que se han impuesto al sur del río Bravo.
Y es que la homologación de salarios que propuso López Obrador en su campaña, si se nivela para arriba implica necesariamente enfrentar los intereses de las patronales que se enriquecieron a costa de la degradación de las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías.
La construcción del nuevo aeropuerto estuvo también mencionada en la entrevista. Al respecto, dijo Obrador que nombrará a una comisión de cinco especialistas para “que se decida lo más conveniente y se pueda concesionar a empresarios, con el objetivo de no utilizar recursos públicos.” Pero la demanda del pueblo de Atenco, de no construir el aeropuerto en lo que queda del lago de Texcoco y la devastación ambiental que se ha ocasionado quedan en la nebulosa.
Una de las promesas más progresivas de su campaña, acabar con la reforma educativa, fue ratificada en estas declaraciones. “Vamos a suspender la mal llamada reforma educativa, es más una reforma laboral que daña a los maestros”, afirmó y señaló que se elaborará un nuevo plan educativo.
“Queremos la reconciliación y mi gobierno va a representar a todos los mexicanos"
y ratificó que durante su gobierno no se perseguirá ni acosará a nadie. Es decir, todos los agravios que impusieron el PRI, el PAN y el PRD contra la clase trabajadora quedarán impunes.
Estas son algunas de las contradicciones que enfrentará el nuevo gobierno. Sin embargo, la mayoría de la clase trabajadora y los sectores populares lo votaron, buscando un cambio en sus condiciones de vida, y es evidente que esperarán que el nuevo gobierno cumpla con sus aspiraciones.