El cierre de gasoductos para evitar el robo de combustibles deja sin suministro a cientos de gasolineras en siete Estados de México ¿resuelve la situación el plan del gobierno?

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3
Martes 8 de enero de 2019 19:02
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aseguró en su conferencia de prensa matutina que con la aplicación de las medidas contra el robo de combustible se ha avanzado. Explicó que previo a la aplicación de este plan contra el robo de gasolina, “en promedio eran 787 pipas (como se llama en el país a los camiones que transportan combustible) diarias, con el plan se ha bajado a 177 pipas diarias, es decir, 610 pipas menos diariamente; en total se han robado desde que iniciamos el plan 8,540 pipas menos”.
Señaló a su vez que esto implicó un ahorro de 2,500 millones de pesos mexicanos, y que si bien algunas acciones han generado molestias en ciertos lugares, “no ha sido generalizado, pero no ha sido en vano; si los ciudadanos nos siguen apoyando, nos siguen respaldando, vamos acabar con la corrupción”.
Del operativo –que abarca las seis refinerías de Pemex (Petróleos Mexicanos) y 39 terminales de almacenamiento y distribución (TAD)– participan funcionarios de 10 secretarías federales, así como personal de la Marina y el Ejército, quienes se ubicaron en la refinería de Salamanca una instalación clandestina, según destacó AMLO.
El discurso presidencial está orientado claramente a buscar legitimar la presencia del Ejército, la Marina y la policía, todas corporaciones ampliamente repudiadas por la población por sus vínculos con el crimen organizado y su accionar brutal en desapariciones forzadas, como las de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ejecuciones, torturas y recrudecimiento de la violencia contra las mujeres y los jóvenes.
El desabasto de combustible y cómo afecta
Según se dio a conocer, el cierre de gasoductos en la refinería de Salamanca, por sospechas de robo e irregularidades en su manejo, trajo como consecuencia que el combustible se deba transportar en en camiones cisterna. Esto llevó a un desabasto parcial en sectores del occidente y centro de México, en los estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas.
Mientras en redes sociales se ven escenas de caos, junto con las estaciones desiertas con carteles que indican que no hay gasolina, el presidente insiste en que se tiene suficiente combustible en México. Afirma que no hay un problema de abasto nacional, sino que es “una situación especial de distribución que estamos normando para evitar el robo”. Pero este mismo martes se conoció que hay desabasto en zonas de Toluca, capital del Estado de México.
No obstante, no se trata sólo del robo de combustibles, que trae perjuicios económicos, a la salud y al medio ambiente. El abandono de las refinerías y los sucesivos recortes presupuestarios en los gobiernos anteriores, llevaron a una reducción de la producción petrolera.
Aunque el Presidente afirma que los precios en los combustibles no varían, que por el contrario en algunos pocos casos el precio está bajando –debido a la disminución del precio en el mercado internacional, según aclaró el mandatario– de la mano del desabasto, se abre la posibilidad de la especulación con los precios de un elemento indispensable para mantener en funcionamiento la producción y distribución de bienes y servicios.
Petróleos Mexicanos (Pemex) abastece a las gasolineras en 95%, abundó AMLO, “es decir, Pemex está comprando la gasolina y la entrega a los concesionarios y se está vendiendo la gasolina a menor precio, estamos observando nada más, si ese ahorro se transfiere, se traslada al consumidor, eso depende de la ética, también”.
A su vez aclaró "No vamos nosotros a cambiar al sistema, queremos que haya competencia y que sea libre mercado, pero que no vayan a abusar en los márgenes de utilidad”. Otra reafirmación de su compromiso con los empresarios. El problema es que el libre mercado sólo busca la ganancia para los empresarios, mientras las necesidades sociales, como alimento, vivienda, salud, esparcimiento, no se satisfacen.
¿Cómo se termina con la crisis del combustible?
El saqueo histórico de Pemex y la operación orientada a la maximización de la obtención de recursos para las arcas públicas, para a su vez engordar las fortunas personales de los altos funcionarios de los gobiernos de turno, así como de la dirigencia sindical encabezada por Carlos Romero Deschamps, fueron los factores que llevaron a la situación actual.
En vez de la militarización que 30 millones de personas repudiaron en las urnas en las elecciones de julio de 2018, hay otra salida para terminar con el robo de combustible y los malos manejos.
Para solucionar esta crisis del abastecimiento de combustible es indispensable revertir la liberalización de la venta del mismo, que llevó a los aumentos de tarifas de 2017, con el consiguiente aumento del precio de transporte y a su vez, de los precios de productos de la canasta básica, cuyo costo de distribución se incrementó por el alza de los combustibles.
Se deben renacionalizar las áreas de Pemex entregadas a los grandes empresarios nacionales y extranjeros. Si las trabajadoras y los trabajadores de Pemex –de nómina, contratados y subcontratados, organizados desde las bases, democráticamente– toman en sus manos la exploración de yacimientos, la refinación de petróleo, la producción y distribución de combustibles, pueden prevenir los robos y desvíos de fondos. Pueden aplicar técnicas y procedimientos que minimicen el impacto ambiental con la ayuda de profesionistas que no sean comprados por las trasnacionales y en común con los pobladores de las zonas donde opera la paraestatal.
Que sean quienes producen los mismos combustibles quienes administren los fondos que surjan de las operaciones de Pemex, para aplicarlos en la satisfacción de las necesidades de la población, como vivienda, educación, salud, y planes para recuperar ecosistemas afectados por la producción petrolera y desastres ambientales.