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Red Internacional
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VUELTA A CLASES PRESENCIALES. Los Ceibos sobre la presencialidad: “Lo veo difícil, siempre falta agua en los colegios”

Voces desde la Escuelita de verano de Los Ceibos, González Catán expresan su opinión ante la vuelta a clases a seis meses de pelea por vivienda digna. Las condiciones de las familias y de las escuelas.

Lunes 8 de febrero de 2021

Vuelta a clases: voces desde la Escuelita de verano de Los Ceibos, González Catán - YouTube

“Cuando íbamos a buscar las bolsas de alimentos (...) no se cumplía el protocolo porque el colegio no daba el espacio ni con los recursos. Tenían que ponerte alcohol y no tenían. No les mandaban”. Esta fue la respuesta de Evelyn ante la pregunta sobre la vuelta a clases en las escuelas mientras sus hijes participaban de la “Escuelita de Verano de Los Ceibos” que docentes de la zona oeste, junto a estudiantes de las universidades de La Matanza y Hurlingham impulsan el barrio Los Ceibos de González Catán. Iniciativa que une a la comunidad educativa al barrio para ayudar a los más de 600 niñes que en el 2020 vieron negada la continuidad pedagógica.

La vuelta a clases se ha convertido en un debate central también en los barrios, donde muchos son trabajadores informales que no tienen la posibilidad de tener trabajo fijo y la escuela ocupa un lugar central en la organización familiar para poder trabajar y subsistir. “Va ser muy difícil la vuelta a clases. -cuenta Ruth, vecinas de Los Ceibos y madre de cuatro hijos-, por la higiene, siempre falta agua en los colegios, la limpieza y otras complicaciones sanitarias”. Pese a la necesidad, las vecinas de Los Ceibos consideran que están en buenas condiciones óptimas para que puedan asistir a las escuelas.

Presencialidad con recursos, no solo discursos

Las declaraciones sobre la vuelta a clases del gobernador Kicillof y del ministro de Educación, Nicolás Trotta, chocan con la realidad de falta de inversión, sin arreglar los problemas de infraestructura en las escuelas, ni nombrar los docentes y auxiliares que se necesitan para volver a la presencialidad. Sin planes claros, el gobierno avanza junto a las burocracias de los gremios, pero a espalda de quienes viven la realidad día a día, familias, auxiliares y docentes.

Pero la falta de recurso e inversión también se expresa en la vida cotidiana de las familias. “En la toma no están las condiciones dadas - enfatiza Ester - Ni agua tenemos, los chicos se tienen que higienizar las manos. Hay muchas familias sin trabajo. Implementamos de nuevo el tema del comedor porque hay mucha necesidad. Yo creo que va a ser muy difícil qué los chicos de la toma puedan volver a la escuela”.

“A esto se le suma el problema de que siempre faltan vacantes”, continúa Ruth. Seguir sin invertir en la construcción de nuevas escuelas para las familias significan listas de espera interminables. En la toma, que de a poco empieza a transformarse en un barrio, la construcción de un jardín de infantes y una escuela son medidas elementales para dar respuesta a los más de 600 niñes y adolescentes. La organización de las familias junto a docentes y estudiantes podría ser el puntapié para exigir al Estado las construcciones necesarias.

“Con la cuarentena me quedé sin trabajo -cuenta Ruth-, tengo 4 hijos, tengo que comprar útiles, ropa, zapatillas, etc. El año pasado fue difícil porque yo no tengo acceso a internet y eso lo hizo muy complicado”. Ester remata, además de ver “muy peligrosas las condiciones en que están las escuelas, para muchos chicos también va a ser muy difícil lo virtual. El año pasado fue muy difícil para nosotros. Mi hija no pudo terminar de rendir todo por no tener internet ahora y tiene que dar en febrero”. La ausencia de computadoras e internet para miles de chicos hace imposible la propuesta de modalidad mixta que combina la vuelta a clases presenciales con la virtualidad.

Los problemas estructurales no se resuelven con discursos. Las familias de Los Ceibos siguen su pelea por vivienda digna a la que se suman los docentes de “La Escuelita de verano”. Además de la exigencia por presupuestos para educación que permitan avanzar la construcción de escuelas en el barrio, garantizar las condiciones edilicias en las escuelas de la zona para poder garantizar el cumplimiento de los protocolos como la escolaridad de miles de alumnos. Pareciera ser lo contrario a las decisiones toma el gobierno al desembolsar millones de dólares al FMI en lugar de invertirlo para educación, trabajo y salud en el marco de una crisis social y sanitaria.