A pesar de que la cosecha de granos fue record, el monto liquidado de divisas en 2017 fue un 10% menos que el año anterior. La posibilidad de retener el grano en silobolsas y la especulación con mayores devaluaciones, principales causas.
Martes 2 de enero de 2018 22:52
Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan un tercio de las exportaciones nacionales, el monto liquidado durante todo el último año fue de 21.399 millones de dólares.
Esta cifra es un 10% menos respecto a los u$s 23.910 millones del 2016.
Sin embargo, la cosecha de granos alcanzó el año pasado a niveles record. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, considerando soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada (sin incluir otros productos como algodón y arroz, por ejemplo) la producción alcanzó en la campaña 2016/2017 a 122,8 millones de toneladas. Por su parte, según un informe de Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), la campaña agrícola 2016/17 finalizó con un volumen cosechado récord de 136,6 millones de toneladas lo que implica un aumento de 9,3% comparado con el ciclo anterior.
La menor liquidación de divisas por los agroexportadores está vinculada en primer lugar con una flexibilización administrativa que los benefició desde el gobierno de Cambiemos, pero más profundamente con los mecanismos de especulación y el fuerte poder que detenta el principal sector exportador del país.
La primera de ellas es que desde que el año pasado el Banco Central cambió las normativas respecto a la liquidación de divisas, y en la actualidad los productores agrícolas no tienen una obligación de vender sus divisas en determinado plazo, como sucedía anteriormente.
Sin embargo el mayor incentivo proviene de los bolsillos del empresariado agropecuario y en especial del pequeño puñado que concentra las exportaciones. La visión sectorial es que el tipo de cambio estuvo prácticamente planchado desde inicios de año hasta mediados diciembre, cuando aceleró su precio, ya que hasta ese momento sólo había avanzado alrededor del 10%.
Por ende, con una inflación que escalaba bastante por encima de ese nivel, y el consecuente atraso cambiario, desde "el campo" se intentaba vender la menor cantidad posible de divisas.
En cambio, con la escalada en el precio del billete de los últimos días, generó que acelere su marcha y finalizó el 2017 con un incremento en su valor del 17%, que es considerador como "un número más interesante y seductor para vender", ya que se ubicó "a sólo" unos cinco puntos porcentuales de diferencia respecto a la inflación.
De hecho, la semana pasada, cuando el mayorista tocó su precio histórico máximo, al alcanzar los $19,25, las empresas del sector se apresuraron a vender 390 millones de dólares. Movimiento ayudado por el "gesto" oficial de regalarle una nueva disminución de las retenciones a las exportaciones del yuyo verde, la soja.
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