Desde la madrugada los jubilados y quienes reciben la Asignación Universal por Hijo tuvieron que hacer varias cuadras de cola para poder cobrar sus ingresos. Fernández, Kicillof y los intendentes junto a todos los empresarios bancarios son los responsables.
Viernes 3 de abril de 2020 18:36
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Colas de cientos de personas, en su gran mayoría jubilados, tuvieron que exponerse para poder cobrar sus haberes donde el frío del otoño se hizo sentir sobre sus cuerpos.
Si bien la Organización Mundial de la Salud y el gobierno de Alberto Fernández vienen advirtiendo que uno de los grupos de mayor riesgo frente al posible contagio del COVID 19 son las personas mayores de 60 años. A muchos abuelos y abuelas no les quedó otro remedio que hacer largas filas de varias cuadras para poder hacer el tramite para cobrar en los bancos este viernes.
Fue el primer día, dentro del aislamiento obligatorio, que los bancos y el gobierno decidieron abrir sus puertas para que puedan acercarse a cobrar sus haberes, siendo que muchos no percibían un ingreso desde el 19 de marzo.
Como era de imaginarse muchos de los abuelos llegaron en sillas de ruedas, con sus bastones y su movilidad reducida y debieron esperar desde la madrugada. Numerosos policías les decían a los gritos que debían guardar un metro y medio de distancia. El gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, que se desvive pensando como pagar miles de pesos a los fondos buitre, no se molestó en tomar una sola medida para evitar semejante nivel de exposición al peligro del coronavirus en el conurbano.
Ante el escándalo de las imágenes que mostraban el fracaso de la medida sanitaria, con miles de nuestros ancianos obligados a exponerse para tener con qué comprar lo necesario para su subsistencia, se repartieron números para ser atendidos mañana sábado.
En el Banco Nación de San Fernando hubo tres cuadras de cola. Una señora nos contaba: "desde la madrugada que estoy esperando para salir, pero cuándo vi la cola en la tele, esperé para poder salir. Me fabrique esta máscara con una botella de plástico, porque barbijos no se consiguen y tengo las manos arruinadas de la lavandina. La única farmacia donde conseguí alcohol, esté valía $120 el medio litro y no lo pude comprar porque ya la plata no me alcanza. Hice esta máscara porque en la tele dicen que te pueden multar y hasta detener por no cumplir con estas medidas, además de que no me quiero contagiar. Si tengo que elegir en qué gastar compro comida y para buscar precios tengo que caminar 15 cuadras hasta la estación de Carupá porque cada vez esta más cara la mercadería".
En Vila Ballester, localidad de San Martín, nos cuenta una anciana que esta a cargo de dos nietas y de su hermano que está operado del corazón. Con su sola jubilación sostiene su hogar y desde el 27 no cobra.
En el Banco Piano de Boulogne, distrito de San Isidro, hablamos con la hija de uno de los jubilados que estuvo esperando. Expresó: "tuve que acercarme de urgencia porque mi papá, quien estuvo esperando parado desde las 7 am, se descompuso a eso de las 13h. A los que no se llegó a atender la policía les repartió un número para que vuelvan mañana".
Si bien se vivió en todo el país, en el conurbano bonaerense, el lugar más temido para un brote de coronavirus por la densidad de la población y las condiciones de vida de millones de personas, los bancos, el gobernador Axel Kicillof y los Intendentes empujaron a las calles al sector más vulnerable de la población en las zona más riesgosa del país. Pese a que sabían que una medida de ese tipo causaría inevitablemente aglomeramiento de personas en busca de los medios necesarios para subsistir.
Nada garantiza que mañana no se repitan escenas similares, pero el daño ya está hecho. Millones sosteniendo un aislamiento obligatorio durante más de 15 días, con las consecuencias económico sociales que ello implica, pueden haber sido tirados por la borda este fatídico 3 de abril de 2020.
Es indignante el trato que se les dio a los jubilados. Los bancos, el presidente, el gobernador y los Intendentes son todos responsables. Hay que afectar las ganancias de los que más tienen para detener esta pandémia. Impuestos extraordinarios a los grandes grupos económicos. No al pago de la deuda. Test masivos ya.