Son 20 los candidatos que se han propuesto desde los partidos políticos tradicionales, en un proceso que ha decepcionado a millones, y del cual nada bueno puede salir con la misma casta política que fue criticada durante la revuelta popular.
Jueves 23 de febrero de 2023
Se viene la redacción de la nueva carta magna del país, y los partidos políticos ya preparan sus candidatos para las próximas elecciones del 7 de mayo. En esta oportunidad solo participan partidos políticos, pues así lo decidieron desde el congreso, con opiniones como la de la presidenta del PS que tachó las listas independientes como el peor error del proceso anterior.
Este proceso antipopular, dónde las reglas del juego las determinó el congreso, desde la coalición de gobierno de Apruebo Dignidad (AD) hasta la extrema derecha de Republicanos y el populismo derechista del Partido de la Gente... para que hablar de los partidos de los “30 años”, los cuales son financiados por privados para mantener los intereses intactos de la clase dominante.
En el caso de la región de O’higgins, son 3 los escaños de 50 que se eligen a nivel nacional, y las listas que se han conformado son las siguientes:
- Todo por Chile: Marcia Barrera (DC), Bernardo Zapata (DC), Mónica Latorre (Ind-PR) y Pedro Marchant (PR).
- Unidad para Chile: Dominica Guzmán (FRVS), Miguel Littin (PS), Raisa Martínez (PC) y Daniel Olivares (Ind-CS).
- Chile seguro: María Ignacia Castro (UDI), Valentín Matus (UDI), Ivonne Mangelsdorff (RN) y Juan Sutil (Ind-RN)
- Partido Republicano: Elisa Salas, Sebastián Figueroa, Patricia Besa y Gabriel Domínguez.
- Pacto de la Gente: Carol Aros, Susan Gómez, Luis Lorensini y Carlos Guerra
Una de las candidaturas más bochornosas para la región ha sido la del líder de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) Juan Sutil, dónde se ve reflejado lo viciado del proceso, pues para nada es un representante del pueblo trabajador que salió a manifestarse en la revuelta popular, al contrario, estaba en contra de las protestas que, producto de la cocina parlamentaria y la conciliación del gobierno de Apruebo Dignidad desembocó en una política general de nueva constitución. Pero ahora, él quiere escribir la constitución, y una que represente los intereses de su sector, es decir, los intereses de los empresarios.
Para graficar el tipo de personaje que es este empresario, que no conoce la realidad de millones de trabajadores, reflejando en parte la esencia del proceso, dejamos algunos de sus dichos más polémicos: "Un profesional común y corriente que puede tener su ahorro, puede comprar un departamento, en vez de Santiago, hacerlo en Miami (...) ¿Por qué no? y si lo puede pagar también a 20 años o a 30 años" (julio 2022, entrevista radio Universo)
Dichos machistas como cuando se refirió a la primera ministra de salud del gobierno de Boric: “tiene juego de piernas y cintura más que suficiente para poder llegar a grandes acuerdos” (enero 2022, entrevista radio Universo)
Y dichos racistas como: "Chile venía creciendo muy bien en ingresos (...) y empezó a haber migración, es cosa de verlo en los restoranes, en los servicios, en la agricultura, en la construcción; y eso detuvo el desarrollo y el crecimiento" (mayo 2021, Chilevisión)
Este es uno de las y los tantos candidatos que irán a redactar la nueva constitución, un proceso totalmente anti-democrático zanjado a espaldas de la mayoría de la población, que termina por demostrar fielmente lo obsoletas que son las instituciones del Estado para las grandes mayorías, pues como podemos notar con las listas, todos sus integrantes serán escogidos de las filas de los partidos políticos tradicionales.
La salida ante tan adverso camino para los intereses de las grandes mayorías es la unidad, pero la unidad de clase, de las y los explotados y oprimidos, siguiendo el ejemplo del pueblo peruano y el camino que recorrimos durante la revuelta de 2019, sacando las lecciones correspondientes para luchar por una asamblea constituyente libre y soberana, como expresión de la movilización con los métodos históricos del pueblo trabajador.
Así también, es necesario levantar un programa político con puntos claves intransables en beneficio de la clase trabajadora, como la expropiación a los grandes capitales del país para nacionalizar los recursos naturales, y conquistar así una salud y educación gratuita, por un sistema de pensiones solidario, todo esto bajo el control de las y los trabajadores junto a las comunidades, para darle fin a esta decadente institución del parlamento que decide por nosotros.
Diana Toro
Feminista socialista