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Red Internacional
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Entrevista. “Los chicos del Provolo en vez de ocultarse optaron por la visibilización”

Ignacio de la Rosa es periodista del diario Los Andes de Mendoza. Desde el primer día, hace dos años, siguió el caso y acompañó a los sobrevivientes y sus familias.

Lunes 26 de noviembre de 2018 00:00

Foto Cristian Lozano | Sitio Andino

A dos años del comienzo de la causa Provolo, ¿qué reflexión hacés?

  •  La verdad es que en el caso Provolo lo que me sorprendió, desde el punto de vista mediático, es que no recuerdo otro caso de abusos eclesiásticos que haya tenido tanta trascendencia. Generalmente, a nivel mundial, los casos suben mucho como si fuera la espuma y después la van bajando, ya sea por presiones o como pasó con muchos curas que los van corriendo y los van tapando. En este caso lo que es bueno destacar es que pasaron dos años y el caso nunca se acalló ni se corrió la lupa del lugar.

    De hecho, de los primeros cinco detenidos cuatro siguen en esa condición, en distintas circunstancias. El cura Corradi con domiciliaria, pero los otros tres siguen detenidos, que son el cura Corbacho, Armando Gómez y Jorge Bordón. Con el detalle de que Bordón es el primer condenado y no estamos hablando del primer condenado de la causa Provolo en Mendoza sino a nivel mundial. Porque a raíz de lo que pasa en Mendoza, se destapa el caso del Provolo en La Plata y sale el dato que Corradi había venido con una acusación similar de Verona, Italia.

    El balance de estos dos años es positivo desde el punto de vista penal, porque los primeros detenidos siguen detenidos, hay pruebas contundentes y hay una condena que viene a tirar por tierra lo que decían los defensores de las monjas de que los intérpretes mentían, que los peritos mentían. Bordón, al decir que es autor de todos los delitos de los que lo acusan, está confirmando lo que decían los intérpretes.

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    En una causa en la que permanentemente salen a la luz nuevas víctimas, nuevas pruebas, ¿cuál te parece que viene siendo el rol de los medios?

  •  Mas allá de la visión que pueden tener las distintas corporaciones mediáticas, los medios en general nunca intentaron desviar la atención, lo siguieron desde el principio. Todo esto comienza con una denuncia en la Legislatura el 18 de noviembre de 2016, que se transforma en una denuncia oficial el 25 de noviembre. Eso permitió que chicos que habían ido al instituto comiencen a contar lo que pasaron y los padres fueron acercándose y buscaron ayuda.

    Los medios han tenido un rol destacado pero la columna vertebral han sido los intérpretes, que no ingenuamente se los ha querido desacreditar. Estamos en un sistema judicial donde ni los fiscales ni los peritos manejan lengua de señas, y los chicos no pueden hablar. Es una causa que sin intérpretes se queda trunca desde el comienzo. En ese sentido los medios han tenido un rol responsable y se ha manejado con mucho criterio el tema de la identidad de los chicos.

    ¿Qué elementos creés que son “distintivos” de este caso?

  •  Lo perverso de la sistematicidad que tiene la causa es la selección que hacían de las víctimas. Se habla de la doble vulnerabilidad de las víctimas, por ser menores de edad y por la situación de discapacidad en la que están. El instituto no les enseñaba lengua de señas, tenía la tradición oralista. Es mucho más difícil para una persona que no puede hablar comunicarse con la familia. Son muchas cosas que hacían a esa sensación de tranquilidad de “esto no se va a saber”.

    Vos te involucraste en la causa más allá de la cobertura mediática, ¿como fueron para vos estos dos años?

  •  Cuando te das cuenta de las aberraciones que sufrieron esos chicos, no como periodista sino como ser humano tenés que acompañar y solidarizarte con ellos. La primera nota que sale sobre el tema es el 25 de noviembre (de 2016), creo que la saca Mendoza Post. Justo fue un fin de semana largo y los distintos medios digitales lo fueron replicando. A mí me pasó de tener que ir el lunes siguiente al instituto y fue esa sensación de verle la cara a los padres la expresión de “quiero saber qué le paso a mi hijo, que alguien dé la cara” que te crispa la piel.

    No las he contado pero he escrito más de 150 notas sobre el tema, he entrevistado a las familias y estado al lado de los chicos y ellos mismos en lugar de ocultarse y taparse han optado por la visibilización. Los que encabezan las movilizaciones son ellos, las convocatorias las hacen con videos con lengua de señas. Hoy me conmueve de la misma forma que el primer día el caso.

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    En estos dos años también ha tomado fuerza la campaña por la separación de la Iglesia y el Estado. ¿Vos cómo la ves?

  •  Todo este contexto de empezar a dudar de la institución por la impunidad que ha tenido siempre, por la discusión de la despenalización del aborto, de la apostasía colectiva, la gente se empieza a dar cuenta que la Iglesia no es la misma que en la edad media. Hay un cuestionamiento desde el punto de vista institucional que hace que denuncias que otras veces no prosperaron o terminaron en un arreglo extrajudicial hoy la gente no se conforme con eso. No es de extrañar que se le pida al Papa que hable del tema.