Este viernes 21 fueron la elecciones legislativas en Irán, los conservadores obtuvieron una victoria pírrica con el nivel de participación más bajo desde 1979 luego de la descalificación de miles de candidatos reformistas en medio de la crisis económica.

Santiago Montag @salvadorsoler10
Lunes 24 de febrero de 2020 19:53
En estas elecciones el régimen buscó la mayor participación posible en medio de la crisis que atraviesa el país causada, centralmente, por las sanciones económicas de EEUU que empujaron a miles a mostrar su repudio por el desempleo abrumador entre los jóvenes, el aumento de los productos básicos, y el derribo del avión ucraniano durante el bombardeo a bases militares norteamericanas.
Los resultados otorgaron una victoria a los conservadores de “La Unidad de la Coalición de las Fuerzas Revolucionarias”, también conocida como “El Irán glorioso”. La mayoría “intransigentes” tomarán más de dos tercios de los escaños del Majli (parlamento), o sea 200 bancas de 290. Del total, 30 corresponden a la capital Teherán, allí ganaron el 100% de los escaños. Esta coalición es conocida por seguir a rajatabla los mandatos del Líder Supremo Khamenei, y por estar en contra de cualquier tipo de negociación con “Occidente”, muchos de sus candidatos están afiliados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC).
El Consejo Guardián previo a las elecciones descalificó a 9000 de 14000 candidatos presentados, en su mayoría reformistas e independientes que representan el ala crítica del régimen con posiciones que exigen mayores libertades democráticas y están abiertos a negociar con “Occidente”. Los reformistas fueron el grupo saliente más grande del parlamento anterior. Han sido golpeados obteniendo sólo 17 escaños en el parlamento, en Teherán no presentaron lista en protesta por las descalificaciones, allanando el camino a sus rivales de “línea dura” y entregando su principal bastión. Aunque son un grupo diverso, muchos de los conservadores “intransigentes”, son antiguos partidarios del ex presidente Mahmoud Ahmadinejad, entre ellos hay 14 de alto perfil.
Este resultado puede leerse como un rechazo para aquellos que habían presionado para un mayor compromiso con Occidente con el argumento de que se levanten las sanciones que ahogan al país. El parlamento podría presionar para que Irán renuncie al Acuerdo Nuclear, que el mismo Trump hechó por tierra en 2018, pero donde aún Francia, Alemania, Rusia, China y Reino Unido se mantienen dentro.
El líder conservador Mohammad Bagher Qalibaf, ex alcalde de Teherán, veterano de la guerra entre Irán e Irak y ex comandante del IRGC, también salió victorioso en Teherán, lo que lo colocó en una posición sólida para asumir la presidencia del parlamento, puesto ocupado anteriormente por Ali Larijani, quien se retiró para preparar su carrera a la presidencia en 2021. Estos resultados anuncian las tendencias para el año próximo.
Sin embargo, la baja participación fue un mensaje al régimen que mantuvo abiertas las 55 mil urnas hasta la medianoche. El historial para elecciones legislativas muestra que en 2014 la participación fue del 64% siendo la de más alta participación, del 62% en 2016. luego de firmarse el Acuerdo Nuclear impulsado por Obama, y hasta el momento la más baja, fue del 51% en 2004. En esta ocasión fue del 42,5%, que si se confirmara, sería la más baja desde 1979.
En Teherán, la participación osciló entre el 19% y el 25%, no fue una sorpresa, dada la cantidad de candidatos reformistas que no pudieron participar. De conjunto se ha reflejado el colapso del apoyo a los reformistas en las zonas urbanas y rurales que no mostraron ningún avance desde su elección en 2016 después del Acuerdo Nuclear que impulsó una ola de optimismo esperando cambios políticos y sociales con la transformación de la economía por la reapertura de Irán al mundo exterior.
Uno de los argumentos que se utilizaron para explicar la baja participación fue el aumento de casos de Coronavirus en Irán. El líder supremo dijo al respecto que es "propaganda enemiga en forma de publicidad” que se ha utilizado para disuadir a las personas de votar. El ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, señaló el aumento del número de víctimas del virus, con seis muertos hasta ahora, como uno de los principales factores para que las personas se mantengan alejadas de los colegios electorales. También sostuvo que "creemos que el número de votos y la participación son absolutamente aceptables".
Los resultados de las elecciones significan que los partidarios del ayatolá, Ali Khamenei, ahora controlan todas las principales palancas de poder en Irán. Aunque la presidencia está en manos del moderado Hassan Rouhani quien tiene en sus manos los asuntos exteriores, el parlamento puede intervenir si este intenta entablar alguna conversación con EEUU. De la misma manera, los reformistas, elegidos hace cuatro años por el compromiso con Occidente, habían sido el partido más grande en el parlamento, pero encontraron muchas de sus propuestas bloqueadas por otros centros del poder en Irán, especialmente el Consejo Guardián.
El imperialismo norteamericano es el principal responsable de la situación económica iraní. Las sanciones impuestas arrastran a millones de jóvenes al desempleo y a la escasez de productos básicos. La política de máxima presión de Trump sobre Irán para lograr un cambio de régimen fue sólo una fantasía, ya que generó un endurecimiento de la política exterior del régimen y mayor represión interna. En esta situación de crisis, el régimen prepara a su “ala dura” para enfrentarse en los próximos años contra un EEUU más agresivo, pero también contra el aumento de las huelgas y las revueltas de estudiantes y trabajadores que cuestionaron – no sin contradicciones- a la República Islámica.

Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.