¿Cuáles son los ejes discursivos del gobierno de Cambiemos? Me voy a vestir de Durán Barba por unos instantes y voy a pensar los 10 mandamientos de la comunicación macrista.
Ignacio Incardona @PanoramaNegro
Miércoles 31 de agosto de 2016
Si algo ha caracterizado al PRO, a Cambiemos o al macrismo, o a la nueva derecha, más moderna, y “desideologizada”, es justamente que han construido esa imagen (de “nueva” y “moderna”) a través de una profusa comunicación con una gran estructura detrás, liderada por el asesor estrella: el reaccionario Jaime Durán Barba que fin de semana tras fin de semana hace apología de la “nueva política” en sus columnas del diario Perfil.
Desde entonces el macrismo se ha convertido en el “modelo” de comunicación para todo político, ya que los resultados electorales acompañaron esta gestión en materia comunicacional.
Transcurridos casi nueve meses de Gobierno, uno puede identificar por dónde van las bajadas de línea que los funcionarios siguen al pie de la letra, y no resultan para nada maravillosas, sino todo lo contrario. Estos lineamientos discursivos vacían de contenido el debate político, llevándolo a lugares difusos donde justamente ese debate queda anulado y se crean de ese modo, alegorías que contentan al ciudadano.
Me voy a vestir de Durán Barba por unos instantes y voy a pensar los 10 mandamientos de la comunicación macrista, seguidos de algunos comentarios propios:
1- Debes “desideologizar” el contenido de tus discursos, es una meta impostergable. En la lógica macrista/duranbarbista las categorizaciones “derecha” e “izquierda” no existen más. Por más que hayan aplicado las recetas más antiguas del liberalismo económico de una manera descarnada, eso no es de “derecha”, es “sinceramiento”, “ordenamiento” de la economía.
2- Tu tono debe ser conversacional, como si fuera entre pares, y siempre que puedas, en primera persona del plural, para incluir al “vecino”. Hay que dar una idea de cercanía, por más que los funcionarios sean en su mayoría multimillonarios que cobran entre 10 y 20 veces más que el salario del trabajador promedio, hay que hacerles creer que el trabajo es en conjunto, “entre todos”.
3- Usa palabras intangibles y difusas para construir alegorías cuando te consulten por hechos concretos en materia social. Ejemplo: fe, esperanza, sueños, motivaciones, unidad, compromiso, futuro, proyectar, etc., etc. La agenda social es la más postergada como lo demostraron los tarifazos, por ende, hay que salir de esa encrucijada diciendo nada, y esa es la mejor manera y la que mejor suena al oído del público.
4- Si te preguntan por el pasado de alguno de los funcionarios del Gabinete sólo diles que este Gobierno “piensa en el futuro” y apuesta al “trabajo en equipo”. Los prontuarios de la mayoría de los funcionarios es tan difícil de camuflar que hay que “puentear” al entrevistador hacia otro tema.
5- Nunca, ¡pero nunca!, profundices sobre los ejes políticos de la gestión, sólo menciónalos. Nadie sabe cómo van a lograr estos objetivos, pero son bonitos y hasta “progres”. Por ejemplo la meta de “pobreza cero”; llaman “utópicos” a algunos por desear una sociedad sin clases, y esta gente pretende quiere que pensemos que son realistas y creíbles diciendo que van a alcanzar la “pobreza cero” dentro del marco del sistema actual de acumulación de capital. Unos genios.
6- Apostá todo a las redes sociales, es el lugar donde nuestra estrategia mejor funcionará: frases cortas sin necesidad de tener que hilvanar ideas, videos divertidos que hagan reír al ciudadano con esta idea de la revolución de la alegría, informando las acciones de gobierno de la manera más acotada posible, bridando la menor cantidad de información al respecto. Hay que interactuar en el terreno de ellos, los votantes, de manera relajada, para que te vean como una persona “real”, para acercarse, postrando la “intimidad” de la gestión. Esta estrategia es la que despertó admiración de todos los comunicadores, y el summum del paradigma duranbarbista, donde se vacía de contenido todo el discurso político, y se logra darle un perfil “amigable” a la casta de burócratas que gobiernan.
7- Ante evidencias irrefutables que hablen del incremento de la pobreza u otros índices igual de nocivos para la imagen del presidente, acudir siempre al argumento de la “pesada herencia” que dejó el Gobierno anterior, y como plan B, esgrimir el emblema del macrismo (o carrioismo), la denuncia de corrupción del Gobierno kirchnerista. Son “puenteos” habituales, que todo político aplica, pero tiene un límite, y en el macrismo están a punto de alcanzarlo por la excesiva repetición (¡Y eso que algunos kirchneristas le dieron y le dan letra!).
8- Siempre hay que salir a hablar ante la prensa, nunca dejar vacíos que pueden llegar a llenarse con información dura. De hecho, hay que evitar que esto pase (que se conozca la información) comunicando y comunicando sin cesar. Saturar los medios con mensajes superfluos, es una forma de “copar la parada”. Con todos estos artilugios y consignas cualquier político puede doblegar los interrogatorios periodísticos con facilidad, por eso siempre van a dar la cara los macristas, sin decir absolutamente nada concreto, pero dan la cara, de eso no se los puede culpar.
9- Siempre digan lo que la gente quiere escuchar, nunca lo que planean los ministros de economía. Para esto se requiere sentido común y sensibilidad social (para entender qué pide el ciudadano), algo que carecen muchos funcionarios, por lo que conviene seguir los postulados que desde el equipo de comunicación se brindan. Acá un pequeño repertorio de lo que va a ser bien recibido por el público: “Estamos trabajando por la pobreza”; “Queremos un país mejor, con más educación y trabajo”; “La seguridad es una de las prioridades del gobierno, junto a la lucha contra el narcotráfico”; “Este es un gobierno transparente y vamos a separar del cargo a quienes cometan cualquier acto de corrupción. Nos ponemos a disposición de la justicia para que investiguen lo que tengan que investigar”; “Los argentinos no queremos más enfrentamientos ni discursos agresivos”. No hacen falta comentarios.
10- Por último, siempre ten presente que los gestos y tu atuendo comunican, son parte del todo. Hay que mostrar cara de circunstancia: no rías si están hablando de pobres. No estés serio en videos de snapchat. Si hay que bailar pone su mejor sonrisa a disposición del show. Usa colores alegres y zapatillas, la gente ya no quiere funcionarios serios de traje y corbata. Tu vestimenta tiene que ir acorde con la revolución de la alegría y con ese “acercamiento” al ciudadano del que hablamos. Están tan lejos de la gente, conocen tan poco lo que ocurre en la vida real, alejada de esos debates en el parlamento o en TV, que es necesario asesorarlos en todo, nada puede quedar librado al azar.