Diferentes variantes políticas se preparan para avanzar con los ataques que impulsa el FMI. Necesitamos un sindicato independiente, combativo y democrático que organice a los docentes para romper con estos planes.
Miércoles 19 de junio de 2019 14:33
La situación no da para más, en las escuelas la bronca crece día a día. La crisis generalizada fruto del ajuste impulsado por los gobiernos de Macri y los gobernadores al calor de los acuerdos con el FMI impacta cada vez con más fuerza sobre nuestras vidas.
Los estudiantes y sus familias no tienen para comer. Y en la docencia, donde más del 80 % son mujeres y muchas son sostén de familia, soportamos una sobrecarga laboral que avanza entre quienes no llegamos a fin de mes y debemos sumar cargos, en muchos casos precarios. En las escuelas se reflejan las caras del ajuste.
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Sabemos que esta situación no se termina con la salida de Macri. El FMI, que controla la economía argentina, presiona para profundizar los ataques. El “trabajo sucio” le tocará al gobierno que gane en octubre, cualquiera sea su signo político. Exigirá “honrar las deudas” y avanzar en la reforma laboral, la reforma jubilatoria, mayor recorte en el Estado, más ajuste de nuestro salario y en la educación pública, aumentando la precarización y desocupación en docentes y trabajadores en general. Contra todas estas variantes políticas que negocian cómo van a profundizar el ataque junto al FMI, el Frente de Izquierda Unidad es la única fuerza que propone una salida distinta para que la crisis no la pague el pueblo trabajador.
Mañana mismo tendremos que salir a enfrentar mayores ataques. Para esta tarea es fundamental recuperar UEPC para los trabajadores, poniendo el sindicato al servicio de la lucha y la organización democrática de las y los docentes.
Y es aquí donde la realidad nos interpela: ¿qué tipo de unidad necesitamos para organizarnos frente a las batallas que están planteadas?
Desde Docentes D-Base en la Lista Fucsia vemos la urgencia de construir una unidad combativa, antiburocrática y con independencia política de los gobiernos que nos ajustan y conformar una lista junto a los docentes independientes y las agrupaciones que comparten nuestra salida, sin incluir a la lista Naranja que viene actuando como la pata auxiliar de la actual conducción Celeste.
¿Por qué prepararnos para esta perspectiva de la mano de corrientes como la Naranja es engañar a la docencia?
Lo vivimos en el 2009 cuando miles de docentes estábamos en la calle y la Naranja no solo no participó de las enormes asambleas y acciones autoconvocadas por los docentes, sino que militó en contra, intentando vaciarlas. Y lo vemos hoy, con Cornatosky (Secretario General del Departamento Capital por la Celeste en el pasado), actual dirigente de la lista Naranja, firmando la memoria y balance de la Celeste en el órgano de fiscalización; con sus delegados departamentales mocionando en contra de la realización de asambleas escolares a inicios del ciclo lectivo o darle mayor poder en los secretarios generales, lo que va en contra de mayor decisión en las bases. Además, negociaron con la Celeste reformas meritocráticas en el puntaje docente y cambios en el estatuto con avances en su burocratización.
Estas son algunas pruebas de que no podemos pelear por la democracia y la combatividad en UEPC de la mano de quienes vienen profundizando acuerdos con la Celeste a espaldas de la docencia. Sabemos que la suma de fuerzas opuestas se anula y la resultante es cero. La unidad con la Naranja no nos haría más fuertes, nos debilitaría más por ser engañosa. Queremos sacar a la burocracia, pero sin burocracia. Bajo esta premisa y con la unidad de todas las agrupaciones combativas es posible recuperar UEPC.
Entonces, ¿cómo hacemos para fortalecer un polo combativo, democrático y unitario?
La unidad de las y los docentes independientes y todas las agrupaciones que compartan estos principios fortalecerá esta perspectiva, en vez de seguir insistiendo en un llamado sin delimitaciones antiburocráticas que solo terminará confundiendo a los docentes. Ese polo así fortalecido es la herramienta para recuperar el sindicato.
Queremos dar una pelea común para sacar a la Celeste de UEPC y poner el gremio al servicio de la decisión democrática de las bases. Necesitamos acabar con una Asamblea Departamental dirigida por unos pocos que resuelve sin participación de las y los docentes e impulsar que sea la voluntad de las mayorías en asambleas escolares la que decida.
En los departamentos de Punilla y Colón, donde no está la Naranja, se viene logrando un avance en la unidad democrática opositora junto a las agrupaciones antiburocráticas que forman la Pluricolor. Queda claro que donde no existe subordinación a la burocrática lista Naranja se puede avanzar en lograr una unidad combativa que permita recuperar el gremio para las y los docentes. Necesitamos que esta experiencia que se viene fortaleciendo en Punilla y Colón se extienda en una lista provincial.