Las detenciones de activistas y la represión cada vez más violenta no detienen la lucha estudiantil. La respuesta negativa del gobierno radicaliza la lucha por la educación gratuita.
Diego Sacchi @sac_diego
Viernes 21 de octubre de 2016
Las calles de las principales ciudades y los campus universitarios se han transformado en campos de batalla. Por un lado las movilizaciones de los estudiantes que están luchando contra el aumento de las cuotas a pagar en las universidades y por una educación gratuita, del otro, la policía y las fuerzas de seguridad privada contratadas por las universidades que reprimen cada día de forma más violenta.
No se trata de una descripción de imágenes de color sepia de los años en que el Apartheid imponía su ley a fuerza de represión. Son las imágenes de la ola de protestas que recorre Sudáfrica que comenzó después de que el ministro de Educación Superior anunciara incrementos en el precio de las matrículas de hasta el 8%.
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Este jueves cientos de estudiantes se manifestaron en Pretoria ante el palacio presidencial para exigir que la educación superior sea gratuita. La manifestación fue duramente reprimida cuando los estudiantes se encontraban en el palacio presidencial y entregaban a un representante del Gobierno un memorando en el que exigen educación superior "gratuita" y "descolonizada", así como la liberación de las decenas de compañeros detenidos en los últimos días.
#FeesMustFall #fees2017 #feesmustfall2016 a young throwback nyana at the Union Buildings. #TUT en route today pic.twitter.com/XoFrW9zoAF
— Tumi Sole (@tumisole) 20 de octubre de 2016
La represión policial continuó en la Universidad de Witwatersrand (Wits) de Johannesburgo. Un grupo de estudiantes donde se encontraba una de las referentes del movimiento y dirigente del centro de estudiantes de esa universidad, Shaeera Kalla, fue reprimido con balas de goma y gases lacrimógenos. Kalla denunció en su cuenta de Factbook que fue atacada por la espalda recibiendo 13 balazos de goma disparados a corta distancia.
Unos días antes, el sábado por la noche, Mcebo Dlamini fue detenido mientras dormía en la residencia de Wits en la que vive. Uno de los líderes más visibles de la protesta, Dlamini, continúa detenido y se le negó una fianza para que recupere su libertad tras ser acusado por las autoridades de agresión, posesión de armas, robo, daño a la propiedad y violencia pública.
Los estudiantes de Wits, una de las más combativas del país, denuncian que se ha puesto en marcha una persecución contra sus principales referentes a la vez que viven un constante hostigamiento por parte de la policía y la seguridad privada contratada por la universidad.
#WitsPeaceAccord y la búsqueda fracasada por alcanzar una tregua
A poco de cumplirse un mes de protestas estudiantiles, la lucha universitaria se esta transformando en una importante crisis para el gobierno del presidente Jacob Zuma. Una crisis importante pero no la única. Cruzado por acusaciones de corrupción en su contra y en medio de fuertes críticas, de opositores e importantes miembros del oficialista CNA (Congreso Nacional Africano), por la situación económica, el presidente Zuma solo ha respondido con represión a las demandas estudiantiles.
En el marco de esta situación cada vez más tensa, la ex Protectora Pública Thuli Madonsela, organizó, junto a referentes religiosos y sociales, una reunión con los estudiantes de la universidad de Wits que tenía como objetivo buscar un “acuerdo de paz” que permita volver a la normalidad académica.
El intento que rápidamente se convirtió en noticia con el hashtag #WitsPeaceAccord era la primera prueba que buscó desactivar la lucha estudiantil en una de las universidades que es referente del movimiento, bajo la promesa de una mediación con el gobierno para tratar el tema del aumento en las cuotas universitarias.
La reunión que buscaba calmar los ánimos de los estudiantes fracasó, en especial cuando los estudiantes reclamaron a varios de los presentes incluso a Madonsela no haber tomado ninguna acción contra las detenciones policiales injustificadas a varios activistas. Pero más allá del fracaso, el intento por parte de un sector de referentes políticos y sociales opositor al gobierno, muestra la necesidad de poner fin a la lucha estudiantil que esta cuestionando la falta de transformaciones profundas a favor de los trabajadores y el pueblo pobre luego de la caída del Apartheid.
La intransigencia del gobierno radicaliza al movimiento estudiantil
La negativa del gobierno sudafricano a dar una respuesta favorable al pedido de los estudiantes contra el aumento de las cuotas que pagan en las universidades, esta lejos de lograr el objetivo de desgastar al movimiento. Al retirar el aumento en 2015, el gobierno del CNA, logró que el sector moderado del activismo estudiantil pusiera fin a la lucha tras ese primer triunfo.
La intransigencia actual del gobierno, junto a la respuesta represiva contra los estudiantes, esta llevando a una respuesta más dura por parte del movimiento que bajo el lema #FeesMustFall ponen su lucha como un primer paso para cuestionar la herencia racista que aún se mantiene en Sudáfrica post Apartheid.
El justo reclamo estudiantil hartos de no poder pagar tarifas exorbitantes, de las condiciones en que viven y las malas perspectivas de empleo después de estudiar contrasta con la brutal corrupción de la nueva elite política negra post apartheid, de la cual el presidente Jacob Zuma es uno de los mayores representantes. De aquí surge que la lucha estudiantil cuente con la simpatía y la solidaridad de millones de trabajadores, lo que ha llevado a que la central sindical del país (COSATU), uno de los principales sostenes del gobierno, haya tenido que declarar que “apoya plenamente la demanda por la educación gratuita” en respuesta al pedido de los estudiantes para que los trabajadores se sumen a su lucha.
El movimiento estudiantil sudafricano ha sido un gran protagonista en la historia de lucha contra la desigualdad y el racismo en este país. El actual movimiento #FeesMustFall que comenzó y continúa siendo una protesta contra las tarifas, está convirtiéndose rápidamente en una protesta por las consecuencias más amplias de las desigualdades, donde unos pocos privilegiados monopolizan los recursos del país, mientras que la mayoría languidecen en la pobreza.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.