En medio de la carrera presidencial, el fundador del Partido Progresista busca acercamientos distintos de la Nueva Mayoría, para pactar apoyo y unidad. Sus dardos se dirigen hoy hacia la derecha: a la Democracia Cristiana.

Néstor Vera Médico.
Lunes 17 de abril de 2017
Marco Enríquez-Ominami ha vuelto a aparecer en los medios, ahora no por la investigación que se lleva en su contra en el caso SQM, sino que debido a sus dichos frente al escenario electoral en la centroizquierda.
El imputado y fundador del PRO está próximo a enfrentar su tercera elección presidencial, cuestión confirmada luego de lograr la meta de refichaje en las 15 regiones del país, pero enfrenta un difícil camino ya que en las distintas encuestas no logra subir del 2%. En este marco está buscando acercamientos con la Nueva Mayoría para buscar acuerdos programáticos y saldar alianzas.
Ya avanzó en esto con el Partido Comunista, donde se vislumbra un posible pacto electoral, y ahora intenta hacerlo con la DC, uno de los partidos ejes de la Nueva Mayoría pero también su sector más a derecha. “Voy a hacer todos los esfuerzos por mostrar lo que me une con la DC”, esa fue su frase para el bronce.
El otrora díscolo de la centroizquierda hoy da un giro a la derecha, volviendo al conglomerado que lo vio nacer y buscado pactos con el sector más conservador de este.
Un giro predecible para el débil candidato del progresismo burgués, quien demuestra que no es una alternativa diferente a los tradicionales políticos empresariales.