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Red Internacional
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Los jóvenes deben dedicar el 107,63% de su salario al alquiler si quieren vivir solos

La pobreza se recrudece entre la juventud, que cuatro años después no recupera los ya precarios niveles prepandemia. Solo el 16,3% de la juventud del Estado español está independizada, muy por debajo del 31,9% de media en la UE. A finales de 2022, el porcentaje de personas jóvenes en riesgo de pobreza o exclusión social era del 30,2%.

Elías Lavín Madrid

Viernes 19 de enero de 2024

El nuevo informe del Observatorio de Emancipación muestra que la situación de la juventud en el Estado español está lejos de haber mejorado. Si antes de la crisis de 2008 los jóvenes emancipados eran un 26,1%, en la actualidad tan sólo el 16,3% de la población joven está emancipada. Lejos de una mejora, la cifra actual no logra remontar las cifras de antes de la pandemia, con un 18, 7%. Los datos reflejan que el discurso del gobierno sobre el escudo social y, posteriormente, los bonos de alquiler, es solo eso, discurso. Los datos muestran que se está muy lejos de haber revertido la situación crítica de la juventud.

En el ámbito laboral la situación tampoco mejora. Si bien ahora los jóvenes disfrutan de menor cantidad de contratos temporales, que se han reducido en un 20,5%, el crecimiento de los contratos indefinidos en un 23,9% se centra en los fijos discontinuos, que a pesar de la denominación de la fórmula contractual siguen suponiendo trabajos caracterizados por la estacionalidad, los bajos salarios y el despido barato. De hecho, en 9 de las 17 Comunidades Autónomas el salario neto juvenil es inferior a los 1000 euros mensuales.

El salario, que asciende a mediados de 2023 en un 5%, ha alcanzado en este año los 12.062,59 euros. Parte del aumento es debido en buena medida a los aumentos del Salario Mínimo decretados por el Gobierno, sin embargo, se sitúa por debajo del aumento del coste de la vida, con los alimentos ascendiendo en un 7,3% y los alquileres en un 10,1% en 2023 respecto a 2022.

El salario medio, que se sitúa en los 12.062,59 euros anuales, es apenas superior a la media del coste de los alquileres, de 11.328 euros anuales. El alquiler de una vivienda subió 80 euros entre 2022 y 2023, alcanzando los 944 euros mensuales, el 93, 9% del sueldo. Si se tiene en cuenta los costes medios de los suministros de una vivienda, de 138 euros al mes, el sueldo, realmente, no alcanza para vivir de alquiler sin compartir vivienda.

Es por ello que, a lo largo del 2023, el 37,9% de los jóvenes que vivieron de alquiler compartieron vivienda con gente que no era su pareja. Para el alquiler compartido la media mensual es igualmente elevadísima, de 375 euros mensuales, es decir un 37,3% del sueldo.

La juventud trabajadora es uno de los sectores sobre los cuales recae en mayor medida la precariedad y el retroceso en las condiciones de vida. Mientras tanto, como publicó recientemente Oxfam en su informe sobre desigualdad social, la riqueza de los burgueses más adinerados en todo el mundo se ha multiplicado desde la pandemia. Nada menos que en 14 millones de dólares más por hora.

A pesar de las maniobras propagandísticas del Gobierno progresista, las medidas del denominado “escudo social”, para combatir primero la pandemia y luego la crisis inflacionaria, no han revertido el deterioro en las condiciones de vida de las grandes mayorías sociales. Podemos, que en estos momentos realiza todo tipo de aspavientos izquierdistas, fue parte de esta política social-liberal que hizo recaer el peso de la pandemia y la inflación sobre los bolsillos de la clase obrera, y que, además, no revirtió ninguno de los ataques contra los sectores populares realizados durante la crisis de 2008 por el PP y el PSOE. El Ejecutivo promete en esta nueva legislatura una reedición más a la derecha que la anterior ante el compromiso de Sánchez con la UE de volver a cumplir con la disciplina fiscal, lo cual implicará, además nuevos recortes.

Urge prepararse para los ataques que vendrán. Ante esta situación es vital levantar una perspectiva de independencia de clase y de lucha, que no ceda ni un ápice a los cantos de sirena de los neorreformistas, tanto de Sumar como de la oposición leal que supone Podemos, que enfrente los ataques de las patronales y el propio Gobierno “progresista”. Los trabajadores tenemos que exigir a las direcciones de los sindicatos de CCOO y UGT que rompan la inacción sindical, organizándonos en asambleas en nuestros centros de trabajo para imponer a los burócratas la lucha por un programa de emergencia social. La izquierda sindical tiene también en sus manos esta importante tarea.