Se trata de un cambio importante a 8 años de guerra civil en Siria. Viene luego de la retirada de EE. UU. del territorio y de la invasión de Turquía.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Lunes 14 de octubre de 2019 12:38
Tropas sirias entran en la ciudad de Tel Tamer este lunes, luego del acuerdo con las fuerzas kurdas. Delil Souleiman/Agence France-Presse
Van 5 días del inicio de la Operación Primavera de Paz, por la que el ejército turco atacó a los kurdos en distintos puntos del norte sirio. En la Operación conquistaron 40 aldeas según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, mientras asedian las ciudades de Ras al Ain y Tel Abyad. La intensa aviación turca, los blindados y los obuses bombardearon toda la región donde han muerto alrededor 120 soldados y cerca de 100 civiles (algunas fuentes dicen 700), mientras 130 000 civiles fueron desplazados en un éxodo de pánico según informó la Media Luna Roja Siria.
Para entender lo que está pasando: Turquía ataca a los kurdos en Siria y patea el tablero geopolítico
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Ante esta situación, este domingo las fuerza kurdas de la YPG avanzaron en un acuerdo con el régimen de Bashar Al Assad para proteger la frontera del país de la invasión turca. Además la perspectiva de está nueva alianza militar está puesta en recuperar las aldeas conquistadas estos últimos días y la provincia de Afrin, luego del repliegue kurdo durante la ofensiva turca en 2018 (Operación Rama de Olivo).
El presidente de Turquía, Recel Tayyip Erdogan desde hace tiempo viene anunciando avanzar sobre los territorios kurdo en el noreste de Siria. Sin embargo un sólo obstáculo se puso en su camino: las tropas estadounidenses. La nueva ofensiva turca comienza luego de la confirmación de Donald Trump de la anunciada en diciembre 2018, retirada de los 2.000 soldados que sostenían la alianza con las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias) lideradas por las kurdas YPG (Unidades de Protección Popular), integrado por gran cantidad de mujeres, que controlan una parte importante del territorio en el norte sirio.
Esta jugada de Trump, fue criticada por el establishment norteamericano porque abre "brechas" que pueden ser aprovechadas por los enemigos de EE. UU., haciendo peligrar la famosa seguridad nacional. Incluso la posibilidad evidente que los 12.000 combatientes del Estado Islámico escapen para volver a operar. Trump se enfrentará a esta decisión unilateral en casa. Ciertamente, la presión militar de Turquía empujó a las milicias kurdas a establecer un acuerdo con el régimen sirio. Una movida esperada por Rusia, cuya estrategia es que Al Assad restablezca su control en todo el territorio del país.
La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), del Kurdistán sirio, emitió una declaración anunciando el acuerdo para que el régimen sirio de Al Assad, cumpla con "el deber de proteger las fronteras del país y preservar la soberanía siria".
Se trata de un nuevo escudo que intente disuadir los ataques turcos, función que cumplían las tropas norteamericanas. El acuerdo con Damasco incluye el despliegue de las tropas del Ejército Regular a lo largo de toda la frontera con Turquía. Una de ciudades más importantes es Manbij, la otra es la icónica Kobane, que en los próximos días estará controlada por el ejército regular también. Erdogan anunció que sus tropas están camino a esa ciudad.
En el comunicado de la AANES se explica “que este despliegue se produzca a través de la coordinación y compatibilidad con la autoadministración del norte y el este de Siria y las Fuerzas Democráticas Sirias”. Esto se pondrá en cuestión en el próximo período, ya que esas regiones eran reclamadas por el régimen antes de la Primavera Árabe, por lo que el ingreso de tropas regulares sirias en esos territorios traerá consecuencias políticas graves para los kurdos que han luchado por su autodeterminación.
Frente a esta situación la Unión Europea presiona a Erdogan, mientras este amenazó con abrir sus fronteras para permitir ingresar a Europa a 3,6 millones de refugiados sirios acumulados en 8 años de guerra civil siria.
Algunas de las medidas anunciadas, son la suspensión de exportaciones de material militar que decretaron por unanimidad los 28 países de la Unión Europea condenando la incursión militar. Los principales vendedores de armas son Alemania y España. Además, este lunes se debatirá en una reunión de ministros de Exteriores europeos para imponer un embargo de armas al país turco. Esta situación agrava sus relación con la UE, tensas en los últimos años con quién permanece en la alianza militar de la OTAN.
La estrategia de Erdogan
Si bien Erdogan alardea que avanzará en más territorios sirios, es poco probable que haya un enfrentamiento militar a gran escala entre Siria y Turquía. Erdogan esgrime que las YPG son un grupo terrorista (por sus vínculos con el PKK cuyo grupo está en la lista de EE. UU. y la UE) para justificar la incursión militar, su objetivo estratégico es otro.
Por un lado socavar las aspiraciones de autodeterminación kurda, un reclamo de sus aliados de la ultraderecha anti-kurda de la política turca. Basado en las derrotas electorales del 2015 donde el kurdo HDP (Partido de la Democracia de los Pueblos) le hizo perder a AKP de Erdogan (Partido de la Justicia y Desarrollo) la mayoría parlamentaria, debilitando a su gobierno. Luego en 2016 el intento de golpe de Estado le dio pie a una persecución sin cuartel a la oposición política, sobre todo kurda y reavivó los bombardeos al PKK (con quiénes había un armisticio). Mientras, en el terreno militar, el objetivo es dividir el corredor kurdo que levantó gracias a los combates contra el ISIS.
Por otro lado, tiene que resolver la carga de los 3,6 millones de refugiados sirios estacionados hace más de 5 años en su territorio. El plan de "zona de amortiguamiento" resolvería esta cuestión, desplazandolos hacia esa región. Mientras que supondría un tapón étnico para los kurdos. Además, por el tamaño de las obras planeadas que incluyen escuelas, hospitales y canchas de fútbol, reactivaría parte de la economía que se encuentra en una recesión brutal. Todo esto forma parte de su último retroceso electoral en 2019.
Hay que ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Erdogan parece lograr unir a todo el nacionalismo turco detrás de este proyecto. Rusia parece haber cumplido uno de sus objetivos, que los kurdos se subordinen (aunque sea momentáneamente) al régimen de Al Asad para fortalecer su posición accediendo al control de las áreas de mayor riqueza del país donde se encuentran los pozos petroleros, las cuencas de Eufrates (fuente de agua estratégica) para los riegos y la agricultura.
En cuanto a los kurdos el camino hacia su autodeterminación, está minado por la propia división territorial y política de sus direcciones. La vuelta del régimen a los territorios abandonados en 2012 supone un problema para los próximos años. Sin embargo, los kurdos nunca abandonarán su lucha por la autodeterminación que es apoyada por la enorme simpatía de millones de jóvenes en todo el mundo, como se vio en la manifestaciones en París y Berlín.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.