Son días difíciles, Bahía Blanca y Punta Alta fueron escenarios de una seguidilla de crímenes aberrantes contra mujeres y niñas. Desde el “Clan Benítez” a Mariana las noticias no dejan de aparecer como una catarata. No es nada nuevo, con Micaela hicieron lo mismo.
Miércoles 4 de abril de 2018
Para la prensa local como La Brújula y La Nueva esto no es más que un festín, usan el sufrimiento de las mujeres y niñas para su show del horror, y mediante conexiones de dudosa precedencia publican información que sólo debería manejar la justicia.
En todo este show del horror nada dicen sobre el poder judicial bahiense que falla contra la integridad de las mujeres como el fiscal Del Cero, ni sobre la responsabilidad política del gobierno local en relación a la situación de las mujeres, o de las oscuras relaciones entre la policía, la trata y el narcotráfico.
Hoy volvió a mi memoria la “carta de despedida de Micaela” que publicó La Brújula cuando aún estaba desaparecida. Esta supuesta carta aseguraba que Mica se había ido de la casa por sus propios medios, cuando en realidad fue engañada. Mediante editoriales “periodísticas” inventaron una coartada que daba respiro al acorralado gobierno de Héctor Gay y al tan criticado Álvarez Porte, Secretario de Seguridad de la ciudad.
La falsa carta de despedida estaba en manos de la justicia, la familia no tenía acceso a ella , pero mágicamente llegó a la prensa local, como ayer llegó la declaración ante la justicia del único (ex) detenido por la causa de Mariana, la joven de 15 años que Nicolás Martínez dejó sin vida en la guardia del Hospital Español.
El reconocido periodista Germán Sasso se enorgullece de tener la primicia y lee al aire la declaración judicial de Martínez mostrando una vez más a Mariana, en este caso, como merecedora de su destino. El periodista decide, entonces, reproducir la declaración del acusado, poniendo a la víctima como responsable de intercambiar drogas por sexo. Nada más despreciable.
Ésta es la mejor forma de desviar la atención de los verdaderos responsables ante los sucesivos casos de violencia, violaciones y muerte de mujeres y niñas: el poder político, el judicial, las policías y sus sistemas de inteligencia e investigación.
A fin de cuentas sí fuera verdad lo que declara Martínez y existen organizaciones conformadas por “gente pesada que intercambia drogas por sexo con menores” ¿Podrían existir sin complicidad con la policía? ¿Acaso no es responsable el poder político de que estas organizaciones funcionen y usen y abusen de menores para sus intereses? ¿Y de las más de 10 denuncias por día que son registradas en la ciudad por casos de violencia de género, serán también responsables los jovenes?
El periodismo amarillista pone en el banquillo de los acusados a las víctimas y sus familias, exponíendolas ante la sociedad para hacerlas responsables de su destino, sin tocar a los verdaderos organizadores de la violencia de género. En estas editoriales matutinas sale ileso el poder judicial bahiense que podría haber evitado que el bautizado “Clan Benítez” continue secuestrando, torturando y violando.
Cuando Belén, una de sus primeras víctimas, había denunciado a Fernando Benítez, la justicia después de 3 años sólo “lo condenó” a firmar un papel durante 8 meses. Desde entonces hasta hoy la vida de esta mujer estuvo a su merced.
La última vez fue inocultable y estalló el escándalo, en Bahía Blanca una familia secuestraba, torturaba y violaba mujeres, una de ellas fue hallada en el patio trasero de la casa desnutrida, golpeada y con mordeduras de los perros y sus secuestradores en su cuerpo.
Una vez más la prensa local volvió a preguntar por qué se habían quedado, por qué tan rápido fueron a vivir allí con esa familia, por qué esto y por qué lo otro. Ningún cuestionamiento a la misma justicia cómplice de estas aberraciones.
De la policía y las fuerzas represivas ni hablar, están casi fuera del mapa. El caso de la niña violada de 2 años en Punta Alta sólo fue tratado por la prensa para atacar “a una madre irresponsable que dejó a sus hijos al cuidado de un desconocido”, sin tener en cuenta que se trataba una mujer trabajadora. Estas campañas suelen funcionar como un mecanismo de disciplinador social acerca de lo que debe o no hacer una mujer para ser “buena madre”.
Sorprende que los medios de comunicación locales no hagan eco de que el 80% de los casos de violencia, violación y hasta femicidios en Punta Alta involucran a las distintas fuerzas represivas del Estado.
Esta es la forma que encuentran de conservar toda una cultura que hace responsables a las mujeres y niñas, individualmente, de lo que pueda ocurrirles a ellas o sus hijas e hijos. Estos medios de comunicación son fábricas de información que naturalizan la violencia del patriarcado.
Juventud divino tesoro
Pero más allá de sus negocios políticos con el gobierno local, sus intereses y su moral conservadora las calles se llenaron este 8 de Marzo en Bahía Blanca y miles de pibas y pibes secundarios de la edad de Mariana y Micaela marcharon, y cantaron contra todo tipo de violencia machista y por el aborto legal. Y si bien es un movimiento que va creciendo a nivel nacional e internacional, tenemos que sacar las conclusiones necesarias.
Un sector del feminismo tiende a reducir la lucha contra el machismo a una batalla cultural, que si bien es necesaria, por sí sola resulta insuficiente. El aumento de los casos de violencia, con hechos aberrantes como el caso del “Clan Benítez”, demuestra que el empeoramiento de las condiciones de vida de las mujeres, tiene como consecuencia un mayor grado de violencia al que quedan expuestas. La lucha contra la violencia y la opresión sexual es una lucha de mujeres y varones, es una lucha de todxs.
En la situación actual de las mujeres y niñas hay responsables políticos claros. El ajuste del macrismo y los gobernadores perjudica principalmente a las mujeres, que somos la mayoría entre las precarizadas, las desocupadas, y el 70% entre el sector más pobre. Así es que se profundiza la situación de vulnerabilidad.
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En Bahía Blanca, Héctor Gay es el principal responsable del inexistente presupuesto destinado a las políticas preventivas contra la violencia. La educación sexual integral sigue sin ser implementada en las escuelas, universidades y terciarios. Sin ir más lejos acaban de cerrar la Orquesta Escuela del Barrio Miramar en la que participaba Mariana. La única política que el gobierno tiene hacia la juventud es de represión y persecución, en vez de desarrollar actividades de recreación cultural.
Ante estos terribles hechos de violencia tenemos que fortalecer nuestra organización. Desde Pan y Rosas luchamos todos los días por una sociedad sin explotación capitalista, ni opresión patriarcal, sabemos que no es fácil ni sencillo, pero con esta convicción queremos impulsar talleres contra la violencia de género en todas las escuelas. Hoy las pibas y pibes que llenaron las calles de Bahía aquel 8 de Marzo, por el orgullo LGTBI, también las amigas y amigos de Mariana, están organizando una movilización para exigir justicia, este Viernes a las 17.30hs en Plaza Rivadavia. Allí estaremos.