Con el objetivo de disuadir el avance de una guerra comercial entre EE. UU. y China, el presidente Xi Jinping prometió una mayor apertura de su economía con rebajas de aranceles a las importaciones, entre otros.
Miércoles 11 de abril de 2018
Este martes, y a través de un discurso en el Foro de Boao- también conocido como el “Davos asiático”- el presidente de China, Xi Jinping confirmó que acelerará la apertura de la economía incluyendo rebajas en aranceles a los productos importados.
Si bien estas medidas forman parte de un plan de reformas previamente anunciadas, los analistas y los mercados de valores, como el de Wall Street, tomaron positivamente el anuncio de Xi Jinping.
El compromiso aperturista del presidente chino, que incluye rebajas de aranceles para la industria automotriz y un mayor acceso a los mercados para los inversores extranjeros, impulsó la suba de las operaciones bursátiles, que interpretaron el gesto como un intento por disuadir el avance de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
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Más concretamente en su discurso en el Foro de Boao, Xi Jinping dijo que China aumentaría el límite de participación extranjera en las industrias de producción de autos, buques y aeronaves “tan pronto como sea posible” y que aceleraría medidas anunciadas previamente para apertura en el sector financiero.
Y agregó: “Este año, reduciremos considerablemente los aranceles de importación de automóviles y, al mismo tiempo, bajaremos las tarifas de importación en algunos otros productos.”
La respuesta positiva de los “mercados”
Ante la creciente amenaza de una guerra comercial latente que tomó gran protagonismo en las últimas semanas, incluyendo el arancel sobre las importaciones de acero y aluminio que entren a Estados Unidos, que afecta en menor medida a China, ya que su peso en esas importaciones es de apenas 2 %.
Otra medida de tinte proteccionista anunciada por Trump para castigar a los productos chinos fue el que apunta a los patentamientos de ciertos productos. Tal amenaza causó una dura respuesta defensiva por parte de China, que llegó a decir que respondería en la misma medida.
Luego de esos ataques y contraataques discursivos, un gesto inicial para disuadir esta tensión comercial fue el de Xi Jinping ayer, que provocó un cierre en alza de las principales bolsas del mundo.
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Así el índice S&P 500 que representa la dinámica de las acciones de las principales 500 empresas, ganó 43,71 puntos, o un 1,67 % a 2.656,87 unidades, impulsado por las tecnológicas y por el sector energético que sigue la tendencia alcista por la suba del petróleo que ayer cerró en 70 dólares por barril.
El Promedio Industrial Dow Jones subió 428,90 puntos, o un 1,79 %, a 24.408 unidades, y el Nasdaq Composite avanzó 143,96 puntos, o un 2,07 %, a 7.094,30 unidades.
Por su parte en las bolsas europeas el índice CAC parisino cosechó una suba del 0,84 % respecto al día anterior, y el FTSE 100 de la city de Londres subió un 1 %. En Alemania el DAX subió un 1,11 % y el IBEX madrileño cerró con un alza del 0,21 %.
Las bolsas del mercado asiático siguieron la tendencia, el índice Nikkei 225 de la bolsa de Tokio sumo un alza del 0,54 % y el CSI 300 de Shanghái escaló un 1,7 %.
A pesar de la alegría de las bolsas del mundo, que podría ser pasajera, las tensiones comerciales impulsadas principalmente por Donald Trump se mantienen latentes en el corto y mediano plazo. Esta situación sigue sumando incertidumbre a los mercados financieros y podría poner un freno a las bajísimas inversiones ya que se trata de la relación comercial de las dos principales economías del mundo.