Esta generación que no alcanza a obtener un trabajo estable por la ofensiva neoliberal deberá cuidar a sus padres. Sin hipoteca, sin un futuro cierto, en medio de las ofensivas a la dignidad del trabajo asalariado en todo el mundo es que los millenials deberemos cuidar de nuestros padres.
Miércoles 28 de noviembre de 2018
Una modificación de los tiempos que corren configura la vida cotidiana de esta generación. Se reproduce poco, prefiere estudiar, tiene trabajos precarios y prefiere adoptar una mascota. Por su salario difícilmente pueden comprar una casa, un auto y ha llevado a autores críticos como Guy Standing a llamarle la "parte de la sociedad más peligrosa desde 2011".
Son los protagonistas de los movimientos de 2011 en todo el mundo, hoy ellos comienzan al tortuoso camino del envejecimiento. Esta generación que no alcanza a obtener un trabajo estable por la ofensiva neoliberal deberá cuidar a sus padres. Sin hipoteca, sin un futuro cierto, en medio de las ofensivas a la dignidad del trabajo asalariado en todo el mundo es que los millenials deberemos cuidar de nuestros padres.
Según datos del INEGI en México: 4.7 millones de ancianos en México sobrevive su vejez con una pensión mensual de 600 pesos.
Según el mismo organismo:
México, que ocupa el segundo lugar en la tasa de pobreza de personas retiradas entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), cuenta con un sistema de pensiones que data de 1992, mientras que la expectativa de vida ha pasado de 66 a 76 años, lo que implica una dependencia a la pensión por más tiempo.
Vamos. A este paso deberemos cuidar a nuestros padres, mientras difícilmente llegamos a fin de mes. Un sistema de pensiones dignas solo es posible cambiando de raíz este sistema: nacionalizando la banca y gestionando de modo social su capital, dejando de pagar la deuda externa, rompiendo con la vorágine cada ves más feroz del capitalismo neoliberal
En el futuro próximo ¿Quién cuidara de nosotros?