La noción del “fin del trabajo” como resultado inminente del desarrollo tecnológica, que es muy discutida por el mainstream de los intelectuales y técnicos al servicio del capital, también viene estimulando hace décadas el desarrollo de posturas críticas para las cuales el capitalismo se habría vuelto incompatible con los desarrollos tecnológicos que se desarrollaron bajo su dominio.
Con diversos puntos de partida y conclusiones, las corrientes heterogéneas que podemos agrupar dentro del “poscapitalismo” –nombre que toman explícitamente varios autores– comparten un “método”, que consiste en extrapolar unilateralmente algunas de las contradicciones que caracterizan al desarrollo de la técnica bajo el capitalismo para concluir que como resultado de las mismas, la capacidad del capital para encontrar nuevas fuentes de ganancia, no podrá seguir ocurriendo como hasta ahora. Algunas de los resultados que nos presentan como un futuro que ya llegó, son la socialización inmediata de mercancías digitales, cuya producción y distribución estarían en contradicción con la propiedad privada de los medios de producción y de sus frutos, o el ya mencionado “fin del trabajo”, fantasma con el que la propia burguesía azuza a las fuerzas de trabajo de todo el planeta para que depongan pretensiones en materia de condiciones laborales y de remuneración, pero cuyo pronóstico resulta contradicho por los ritmos “cansinos” de la propia acumulación de capital que no dan base a la perspectiva de una inminente automatización de toda la producción.
De estas extrapolaciones, surgen, al mismo tiempo 1) una celebración sobre los potenciales liberadores de la técnica, tomada como si fuera simplemente tecnología, sin ningún carácter social específico, y no tecnología desarrollada por la clase capitalista con fines capitalistas (es decir, al servicio de perpetuar e incrementar la explotación de la fuerza de trabajo, y no de liberarnos de la carga del trabajo), de lo cual se deduce que la tarea de los proletarios del mundo pasaría por “acelerar” el desarrollo de la acumulación de capital como vía para la emancipación; y 2) diversas propuestas destinadas a actuar como “puente” entre un presente disruptivo, en el cual imperan las peores consecuencias de un desarrollo desigual, como millones de personas hundidas en el abismo del “desempleo tecnológico”, o víctimas de la precariedad y fragmentación que vienen imperando cada vez más. La Renta Básica Universal ocupa acá un lugar central, junto con otros planteos que tienden a reeditar el “Estado de bienestar” desmontado desde los años 1980 bajo la ofensiva neoliberal.
Entre la “radicalidad” de la inminencia “post”, y el presente de reformas y mitigación, parece abrirse para los postcapitalistas un abismo. No es una sorpresa, sino un resultado de desplazar el centro de gravedad, desde la lucha de clases, hacia el fetichismo tecnológico.
Las notas que compartimos a continuación, presentan los debates que desde Ideas de Izquierda venimos realizando con algunos de estas corrientes.
Crítica anticapitalista y fetichismo tecnológico
Más allá del capital: las posibilidades “históricas” de la tecnología
Socialismo, tecnología e ideologías de la miseria
¿Postcapitalismo? Arte, trabajo y teoría marxista
El discreto desencanto de la burguesía
Un diagnóstico para la economía mundial y la inversa del reformismo
La jornada laboral, el reparto de las horas y la relación de fuerzas
¿Fin del trabajo o fetichismo de la robótica?
Trabajar 6 horas, ¿una utopía?
Renta básica universal, ¿una solución capitalista a los males del capitalismo?
Robótica, productividad y geopolítica
¿Revolución de la robótica o estancamiento de la productividad?
¿Revolución de la robótica…? (segunda entrega)
La productividad en tiempos de estancamiento secular
El sector servicios y la circulación del capital: una hipótesis
La perspectiva comunista en tiempos de inteligencia artificial y biotech
El valor de El capital de Karl Marx en el siglo XXI
¿El capitalismo puede soñar y nosotros no?
Futuros posibles, alternativas realistas
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