Durante la madrugada siria del 14 de abril se produjeron los impactos de los misiles enviados de la mano de EE.UU, Francia y el Reino Unido. Frente a esto Donald Trump afirmó que se trató de un bombardeo quirúrgico, celebrando la operación como exitosa.
Domingo 15 de abril de 2018
Durante la noche del 14 de abril los micrófonos de la Casa Blanca anunciaron la noticia: Se iniciaba el bombardeo a Siria. Esto por el supuesto manejo por parte del gobierno de Bashar Assad de armas químicas, las cuales habrían acabado con la vida de 40 personas el pasado fin de semana. Según el imperialismo, el hecho se produjo a kilómetros de Damasco, capital siria.
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Trump justificó la coordinación de los tres aliados, declarando que: “Ordené a las fuerzas armadas de EE.UU. que lancen ataques de precisión a blancos asociados con la capacidad de armas químicas del dictador Bashar Assad”. Agregando que se trataba de una misión “coordinada con fuerzas armadas de Francia y del Reino Unido”.
Mientras que en el continente europeo, Theresa May, la Primer Ministra del Reino Unido respaldó las declaraciones de Trump, declarando que: “Esta noche he autorizado a las fuerzas armadas británicas a llevar a cabo bombardeos coordinados y dirigidos para degradar las capacidades de armas químicas del régimen e impedir su uso”.
Mientras que Emmanuel Macron, Presidente de Francia, afirmó que: “No podemos tolerar que se normalice su uso, que son una amenaza directa a la seguridad del pueblo sirio y para la colectiva”. Por lo que los tres personeros políticos no vieron una mejor solución que bombardear el territorio.
En base a esto, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) informó: “Hubo bombardeos occidentales contra centros de investigación científica, varias bases militares y locales de la guardia republicana en Damasco y sus alrededores”.
Sin embargo, la razón del bombardeo se pone aún más en tela de juicio al incorporar las declaraciones del secretario de Defensa de Estados Unidos (EE.UU.), James Mattis, quien admitió el jueves que su país no cuenta con evidencias del uso de sustancias químicas en Duma: "No tenemos tropas, no estamos involucrados en el terreno allí, así que no puedo decir que tuviéramos pruebas, a pesar de que contáramos con muchos indicios".
Sorpresivamente, el jefe de Estado mayor de EE.UU, Joseph Dunford explicó que cuentan con alrededor de 2 mil soldados desplegados en el área, en donde los misiles fueron disparados desde embarcaciones y bombarderos B1. Pese a esto, en ningún momento una declaración de alguna prueba. Un claro indicio de que el ataque estaba orquestado.
¡Alto al ataque imperialista contra Siria! Así se vio el bombardeo conjunto de Estados Unidos, Reino Unido y Francia sobre #Damasco. https://t.co/GZJ3apmqhn pic.twitter.com/oqt9ycq1tL
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) 14 de abril de 2018
Emplazamiento y respuesta de Rusia, el aliado del Assad
Realizado en bombardeo, Trump arremetió contra Rusia e Irán, acusándolos de ser “responsables por apoyar, equipar y financiar al régimen criminal”. Además de realizar un emplazamiento al gobierno de Vladimir Putin a “decidir si continuará en este camino oscuro o se unirá a las naciones civilizadas como una fuerza de estabilidad y paz”. Imperialismo o barbarie, según la mirada de Trump, Merkel y Macron.
Mientras que el jefe del Comando Conjunto yanqui, el general Joe Dunford, afirmó que los misiles fueron lanzaron quirúrgicamente, con la precaución de no afectar ninguna instalación rusa: “específicamente identificados los objetivos para mitigar el riesgo de que fuerzas rusas sean involucradas”.
Por su parte, el embajador de Moscú en Washington, Anatoly Antonov, denunció que: “una vez más estamos siendo amenazados (…) estas acciones no se dejarán sin consecuencias” apuntando sus críticas contra el gobierno de Trump, afirmando que: “EEUU, el poseedor del arsenal más grande de armas químicas, no tienen el derecho moral de culpar a otros países”.
A estas declaraciones se les sumaron las del canciller ruso, Sergei Lavrov, quien aseguró que Rusia tiene "datos irrefutables" de que el bombardeo responde a "una nueva puesta en escena" liderada por Estados Unidos, un país que "se desvive por estar en la vanguardia de la campaña rusófoba".
Sin duda alguna es una situación que remueve la configuración política internacional.
¿Fue un ataque “legal”?
Mientras que en Estados Unidos, el congreso yanqui cuestionó la legalidad del bombardeo, ya que no pasó por tramitación ni estuvo sujeto a la aprobación de los congresistas. Es por esto que 88 legisladores, republicanos y demócratas, redactaron un documento rechazando el ataque, afirmando que: "Comprometer a nuestros militares en Siria cuando no existe una amenaza directa a los EE.UU y sin una autorización previa del Congreso violaría la separación de poderes que está claramente delineada en la Constitución".
En este mismo sentido, Barbara Lee, congresista republicana, afirmó a través de su cuenta en Twitter que: "Al bombardear ilegalmente Siria, el presidente (Donald) Trump ha negado una vez más al pueblo estadounidense cualquier supervisión o rendición de cuentas en esta guerra interminable". Enfatizando en que es "el Congreso, no el Presidente, el que tiene el poder de autorizar la acción militar".
Sin embargo, ¿sería el mismo descontento de estos 88 legisladores si el ataque sí hubiera sido aprobado por el Congreso? ¿Se habrían opuesto o corresponde a un berrinche legalista por parte de los políticos estadounidenses? La histórica tradición de la intervención imperialista “legal” de Estados Unidos por sobre los países latinoamericanos o de medio-oriente es un historial que nos puede acercar a la respuesta.
Ni con el Al-Assad ni con Trump: A retomar los métodos de la primavera árabe para enfrentar la era Trump
Ni las leyes ni las tramitaciones de los congresos de las potencias imperialistas como Estados Unidos, el Reino Unido y el gobierno Francés, que se encuentra reprimiendo duramente a estudiantes y trabajadores, detendrán los misiles. Son grandes potencias mundiales de la economía capitalista que cuenta con un historial colonial de invasión y explotación a países del “tercer mundo”.
Es por esto que la población de Siria, al igual que la población de estos tres países, debe rebelarse contra el actuar imperialista y bestial que están profundizando. En otras palabras: levantar una gran movilización entre trabajadores, mujeres y jóvenes que retome los métodos de lucha de la primavera árabe, para poner fin así a la enorme crisis humanitaria que están profundizando.
Mientras Trump, Macron, Merkel, Putin y el Al-Assad (y tantos otros) se enfrentan por sus intereses económicos y políticos, es el pueblo trabajador y pobre el que paga las consecuencias. El pequeño Aylan es expresión de la destrucción masiva a la que nos lleva la barbarie imperialista y capitalista.
El conflicto no se puede reducir a escoger un bando entre Trump y Al-Assad, o entre Trump y Putin: El desafío pasa por poner fin a la era Trump y al imperialismo, pasando a abrir la senda de un nuevo tipo de sociedad. Si la primavera árabe abrió paso a la caída de la dictadura de Zine el Abedin Ben Ali, retomar sus métodos de lucha nos puede abrir un espectro mucho mayor.
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