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Red Internacional
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Córdoba. Los negociados del transporte en Córdoba y una salida para los trabajadores

La situación del transporte en Córdoba arrastra un déficit histórico, donde en lugar de ser un servicio se vuelve una caja para enriquecer a empresarios y trasladar los costos a los usuarios mientras el sistema es cada vez más deficiente.

Martes 13 de junio de 2023 12:27

Hablar del sistema de transporte en Córdoba es hablar de la única herramienta que tienen miles de trabajadores para poder llegar a los lugares donde se desempeñan, es hablar del traslado de estudiantes y docentes, de médicos y pacientes y de todas aquellas personas que pueden afrontar solamente el gasto de un pasaje de colectivo para trasladarse de un punto al otro de la ciudad.

Lo que debería ser visto como un servicio público es desde hace años una “caja” para las ganancias de unos pocos empresarios, amigos del poder de turno, que terminan enriqueciéndose a costa del esfuerzo de cientos de miles.

Se subsidia la ganancia empresarial, no el transporte

En datos de este año podemos hablar de que aproximadamente unos 580.000 usuarios utilizan el transporte público dentro de la ciudad,por semana. Solamente con el pago de los boletos estamos hablando de unos 57.420 millones de pesos semanales o mejor dicho unos 230 millones de pesos mensuales, aproximadamente. A esta suma, se agregan los aportes de la Municipalidad, unos 60 millones mensuales y los aportes de la Nación, unos 290 millones al mes, en números publicados a fines del año pasado, es decir que los subsidios duplican, y un poco más, el ingreso por corte de boleto. Esto a modo ilustrativo demuestra una realidad en el costo del servicio: Lo que se termina subsidiando es la ganancia empresarial.

Es importante remarcar que todos los cálculos sobre los costos y gastos del transporte son aproximados, por qué la municipalidad guarda como un secreto absoluto el cálculo a través del cual se llega al precio adecuado del boleto, no respondiendo jamás a los pedidos de informes que se realizaron desde el Frente de Izquierda, cuando Laura Vilches fue concejal y los solicito en reiteradas oportunidades.

La municipalidad defiende que los empresarios oculten cuánto se llevan y cuánto cuesta realmente hacer funcionar el transporte, mientras que en cada discusión paritaria se encargan de difundir cuánto ganan los trabajadores con lujo de detalles. ¿Por qué hay que aceptar que esos datos sean privados y no se publiquen en ningún lado?

Para realizar una cuenta sobre costos y ganancias es importante poder ver toda la película, ya no solo la última gestión del Peronismo cordobés, si no la gestión radical que profundizó el problema del transporte a través de negociados con ERSA, empresa que se introdujo en el sistema de transporte local y que solo empeoro la prestación del servicio. Pero previo a analizar la situación de ERSA, veamos el aumento del costo del boleto en la ciudad. Por cuestiones temporales, para mostrar una evolución, tomamos como referencia el año 2015. En el transcurso de ese año el precio de referencia del boleto en la ciudad era de $7,15 , dando como resultado un aumento de 1285% desde ese año hasta la fecha. Durante los periodos 2015 a 2019, incluido el primer semestre desde la asunción de Llaryora, los índices de aumento estuvieron por encima de la inflación y ni hablar del aumento de salarios, un aumento que terminó solamente “nivelado por los cielos" producto de la disparada inflacionaria del último año.

Esa evolución de los precios solo se ha visto reflejado en que las empresas privadas, como ERSA y CONIFERAL, embolsen más ganancias mientras la municipalidad terminó absorbiendo de contragolpe los ramales que esas empresas no podían garantizar. A esto último la municipalidad lo hizo sin ninguna auditoría publica sobre el destino de los fondos que recibieron esas empresas durante estos años.

Las mismas empresas alegan que es muy alto el precio que tienen que pagar por salarios, pero jamás abren sus libros contables de manera pública para que se conozca la realidad del transporte. Lo único que les interesa es que se les siga subsidiando la ganancia mientras prestan un servicio cada vez peor.

Precarización hacia dentro y hacia afuera

Dentro de las empresas de transporte se suele hablar de los costos, los subsidios, el precio del boleto, sin tener en cuenta los ritmos de trabajo que implica el rubro, ni las consecuencias que tiene para sus trabajadores. Ya en el año 2017 Laura Vilches, en ese momento legisladora provincial, denunció las condiciones de trabajo y las consecuencias que tenian sobre el cuerpo de los trabajadores del transporte, llegando muchos de ellos a jubilarse en pésimas condiciones de salud, sin poder disfrutar de esos años o directamente con consecuencias graves sobre sus cuerpos, llegando a causarles la muerte.

No se puede pensar el andamiaje del transporte público sin los trabajadores que lo hacen funcionar, sin aquellos que se encargan de trasladar a ese casi medio millón de personas por semana. Sobre ellos recae no solo los riesgos y el estrés propio de un trabajo en la calle, con el tránsito, con personas a cargo, si no también las campañas mediáticas que buscan responsabilizarlos por el estado del transporte.

Recientemente, gracias a la denuncia de un trabajador de ERSA se conocieron las presiones sobre los mecánicos para sacar en funcionamiento unidades que no cumplían con los requisitosmínimos de seguridad y los accidentes están a la vista, como el que sucedió en el patio olmos la semana pasada. Pero sobre eso no hay campañas mediáticas, no se habla de las responsabilidades empresariales cuando se niega a brindar a los trabajadores las condiciones mínimas dignas para desarrollar su tarea.

Los trabajadores del transporte no solo conocen el estado de las unidades mejor que nadie, si no que conocen todo el sistema y cuales son las necesidades, cuántas personas hacen falta para que los turnos no sean agotadores, a donde llegan y a dónde no, qué vías y opciones son más eficientes para mejorar el traslado y una larga lista de etcéteras, es por eso que en oposición a este sistema donde todo apunta a la ganancia de las empresas, desde el Frente de Izquierda planteamos la estatización total del sistema de transporte y el control del mismo por parte de los trabajadores y los usuarios, que a su vez conocen desde los barrios cuales son las necesidades, esta propuesta es el único camino para terminar con la precarización laboral y con un servicio precario que no sirve.

Un modelo obsoleto de espalda a las necesidades populares

Para finalizar, una de las cuestiones importantes sobre el servicio de transporte es que cumpla una función de utilidad social. Esto va también de la mano de pensarlo como un servicio público.

Es fundamental por que con un servicio de transporte que funcione (entendiendo este sistema como un esquema de movilidad completo y mixto, con formas de traslado no contaminantes) se puede disminuir el crecimiento del parque automotor y por ende la contaminación que esto produce.

En torno a la función del transporte, el municipio admite que solo un 15% de los usuarios del servicio utiliza el mismo para dirigirse al centro de la ciudad, sin embargo todas las líneas apuntan su recorrido hacia allí o tienen un paso obligado por el mismo, aumentando los tiempos del traslado, aislando a los barrios periféricos, convulsionando el tráfico y con una lógica “comercial” (orientada al micro centro) que desconoce la realidad de las necesidades en los barrios. Esto trae numerosos problemas, por ejemplo en el área de la salud, donde de acuerdo a la zona en la que se viva es necesario tomar hasta 4 colectivos para poder ir y volver de una atención médica.

Un servicio de transporte pensado desde las necesidades sociales, permitiria, por ejemplo, la creación de "corredores sanitarios" que garanticen un rápido acceso a los centros de salud, logrando extender la cobertura medica y agilizandola. Con la misma lógica se puede pensar en otros ámbitos de la vida que no implican necesariamente el paso por el centro de la ciudad, por ejemplo los accesos a las zonas industriales en la parte norte y sur, las comunicaciones interbarriales directas, toda una lógica que implicaría la ampliación de la cobertura del servicio y su reordenamiento desde las necesidades del pueblo trabajador.

Nuevamente: solo bajo un sistema estatal, gestionado y controlado por los trabajadores y usuarios, es que podemos pasar de convertir este sistema de transporte obsoleto y que solo sirve para el bolsillo de los empresarios, a un servicio público que mejore la calidad de vida del pueblo trabajador, esa es la propuesta que llevamos adelante en estás elecciones con la candidatura de nuestra compañera Laura Vilches a la intendencia.