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Red Internacional
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Política. Los precarios equilibrios del gobierno de Boric para mantener a flote las dos coaliciones.

Luego de un esperado cambio de gabinete, el rebaraje de las cartas ministeriales, dejó claramente al gobierno con una posición cada vez más hacia el centro y ligado a figuras de la exconcertación. A los pedidos iniciales de moderación, luego de un año de gobierno, la tendencia ya se transformó en una realidad y el último cambio es prueba de eso.

Lunes 13 de marzo de 2023

A un año de la instalación del gobierno de Boric, el cambio de gabinete que se vivió el recién pasado día viernes, reflejó la consolidación de un giro al centro del primer gobierno electo por fuera de las dos coaliciones formadas por los partidos de la transición (Chile Vamos y la exConcertación).

Si bien el apoyo al gobierno de Gabriel Boric se desplomó rápidamente con el recrudecimiento de las condiciones económicas durante el 2022 (inflación como principal problema), el fracaso en el plebiscito de septiembre condicionó en gran medida los márgenes de maniobra para el propio gobierno, lo que lo llevó a adoptar una marcada agenda hacia “el centro”, moviendo sus fichas y poniendo en el frente a personajes de los partidos de la exConcertación y dando mayores espacios de poder a sus representantes.

Con todo esto en el horizonte Boric decidió consolidar ese giro con el cambio de gabinete del viernes pasado. No solo se hicieron cambios en ministerios con problemas internos (Cancillería) sino también para equilibrar los pesos de los partidos actuales que sostienen al gobierno. Los grandes afectados: Apruebo Dignidad.

Aun cuando la propia Tohá, negó que el gobierno se esté transformando en uno de la Concertación, la realidad es que políticamente el gobierno no dista mucho de estos. Gestos no han faltado, los saludos de Boric a Bachelet, retomar los puntos “buenos” de los últimos 30 años, el acercamiento constante al mundo empresarial o el encuadramiento con los intereses políticos del imperialismo norteamericano en la política exterior del país.

Los cambios en la “segunda línea” de los ministerios también dió un amplio margen para figuras ligados a los partidos de Socialismo Democrático, que recibió 6 subsecretarías contra las 4 del Frente Amplio, los 4 independientes y los 2 del Partido Liberal (quien se quejó de no recibir ningún ministerio).

Un año para consolidar

El 2023 va a ser un año complejo para Boric. El rechazo a la reforma tributaria significó un gran golpe ya que queda imposibilitado de volver a presentar una iniciativa de ley similar hasta el próximo año. Además, proyectos emblemáticos como la reducción de la jornada de las 40 horas vienen siendo modificados en las discusiones de la cámara y el senado y pareciera que el proyecto que pueda ser promulgado será nada provechoso para las y los trabajadores.

Lo mismo con la política de salario mínimo, que luego de un año de alta inflación, la pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora se redujo y el alza no sirvió para contener esta reducción. Otra política estrella del gobierno, en poco tiempo se tradujo en letra muerta.

La única agenda exitosa que viene desarrollando el gobierno es la relegitimación de las policías y el ejército, quienes en las últimas encuestas han recibido un amplio apoyo, todo esto gracias tanto al discurso del propio Boric como a la extensión ya casi permanente del estado de excepción en el sur o el envío de militares a la frontera norte para enfrentar a los migrantes.

También ha fortalecido el rol de las policías en el tema “seguridad”, invirtiendo miles de millones de pesos en mejorar el equipamiento para Carabineros y entregando mayores facultades para aplicar la represión con la justificación del combate a la delincuencia.

Este es precisamente el giro que está intentando consolidar Boric y su gobierno, siguiendo los consejos del español Iñigó Errejón, se han propuesto mostrarse frente al gran empresariado y los poderosos de siempre como quienes pueden garantizar el orden y la seguridad del país ¿a qué costo? al de articular un gobierno cada vez más conservador.