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Red Internacional
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OPINIÓN. “Los recuerdos de Zanón, MadyGraf hoy y el futuro en la pelea contra el ajuste”

Una lectura al librazo de “Zanón: fábrica militante sin patrones” que nos lleva a recordar las mejores lecciones de la lucha de la fábrica neuquina gestiona por sus trabajadores, que marcó a toda una generación. Estos “bastiones” (no sólo por Zanón, sino también hoy por MadyGraf) son clave para todos las y los trabajadores, mujeres y los estudiantes que quieren enfrentar el ajuste.

Franco Villalba

Franco Villalba Docente de La Matanza

Jueves 28 de febrero de 2019 18:02

El nuevo libro “Zanon: Fábrica militante sin patrones” nos lleva a repensar cómo aprendemos de esa gran experiencia que muchos de los que tenemos más de treinta años vivimos y nos marcó para siempre. Casi 20 años esperamos para poder leer el libro de la gesta de Zanon, escrito por sus principales protagonistas. Ese proceso que para una generación de obreros y estudiantes, militantes y luchadores independientes, fue una guía de "¿cómo hacer?" para organizarnos en los lugares de trabajo y estudio.

Raúl Godoy cuenta en primera persona, no sólo esta gran historia de lucha y organización con una gran estilo y muy buenos detalles, sino también muestra profundas conclusiones, debates y conceptos para los revolucionarios. Como los trabajadores tienen que unirse con las familias que viven en los barrios obreros, luchar junto a las mujeres y los estudiantes, unirse a los docentes de las escuelas apoyando juntos sus reclamos y no sólo quedarse dentro de la fábrica queriendo resolver los problemas individuales aisladamente. En el libro se ve la formación de compañeros y compañeras que cuando alzan voz, levantan también la de todos los trabajadores y el pueblo pobre.

Todo esto con una sencillez destacable y con la forma de hablar de un obrero revolucionario. A su vez tiene el mérito de no ser un libro que pretende dar cátedra de lo que hay que hacer. Sino que en varios capítulos se detiene en autocríticas y subraya errores propios del aprendizaje que todos debemos pasar. Por todo esto es que me parece que es un libro que debería ser leído, debatido y difundido por todos los militantes y luchadores, y sobre todo por todo aquel que comience a cuestionar este sistema de explotación y miseria. Lo recomiendo a todos.

Durante la crisis del 2000 en adelante, desde el PTS pusimos a Zanón como el lugar preferido desde donde hablar a millones, mientras el país se hundía en la miseria. A través de Zanon quisimos mostrar al mundo, como había una alternativa distinta los cierres masivos de fábricas que nos imponían los capitalistas. Una salida que era ocupar la fábrica y ponerla a producir bajo control de los trabajadores y ponerla al servicio de la comunidad. Mostrando que los trabajadores “ si podemos dirigir una fábrica, también podían dirigir un país” como dijo Celia Martínez de la textil Brukman (otra fábrica gestionada por sus trabajadoras) en Plaza de Mayo ante miles de personas que veníamos de protagonizar la batalla de Diciembre del 2001 cuando vimos escapar al presidente en helicóptero.

En aquel momento surgió una juventud “zanonista”. Que inventó canciones en las marchas donde se reivindicaba “poner el cuerpo ante la represión” como los ceramistas. Caravanas de jóvenes y obreros viajamos en micros a conocer la fábrica sin patrones. Incluso posteriormente con el crecimiento económico que se vivió con los K en el gobierno, los que fuimos parte del proceso del sindicalismo de base en numerosas fábricas del país, recuperando comisiones internas antiburocráticas, teníamos a Zanon como el ejemplo.

En mi caso fue Jabón Federal, en otros fue Pepsico, Mafissa, Kraft o Donneley. Y justamente esta última, hoy llamada Madygraf, es la que se me vino a la cabeza leyendo a el libro de Zanón.

MadyGraf hoy

Su historia, su lucha, sus debates, su capacidad de formar obreros militantes, su “club obrero”, sus manuales ofrecidos a los hijos del pueblo trabajador, a quienes el estado capitalista se los niega. También la comisión de mujeres, la juegoteca que construyeron y su potencial capacidad de tener una política de unidad con la comunidad, hacia la cual puede poner a disposición su producción. Todo esto es lo que puede hacer que se transforme en una referencia de lucha contra el ajuste, los despidos y los tarifazos que el actual gobierno de Macri está aplicando sobre el pueblo trabajador, con la complicidad de los dirigentes sindicales, gobernadores y parlamentarios peronistas de todo tipo y color.

También es una referencia para las mujeres que en todo el país levantan sus gritos para pelear por igualdad de género, por el derecho al aborto y para dejar de ser esclavas en el hogar.

Hace pocos días los volvieron a reprimir en el centro por reclamar el trabajo que el Estado prefiere dar a un capitalista amigo, despertando una enorme solidaridad. La voz de los gráficos sin patrón se escuchó en los principales medios y en las redes sociales. Pelean por sostener sus ingresos, para bancar a sus familias, y a la vez levantan la voz de todos los que sufren el ajuste y llaman a organizarnos juntos para enfrentarlo.

Por eso creo que hay que defender a la cooperativa con todo. Es clave para que sea un espacio de organización, coordinación y lucha de las mujeres, los trabajadores y la juventud frente al ajuste de Macri, que seguirá además los próximos años a pedido del FMI.

Por eso Los compañeros de MadyGraf nuevamente abrirán las puertas de la fábrica a la comunidad. Esta vez para un gran evento al día siguiente del día internacional de la mujer; el 9 de marzo. Pero va más allá, quieren hacer de su fábrica un verdadero centro de organización y lucha. Ahí tenemos que estar, apoyarlos, y sacar ideas y fuerzas para salir a enfrentar a los capitalistas con todo.

Te invitan a conocer la fábrica y la historia que encierra cada rincón acompañados por la Comisión de mujeres. Te invitan a escuchar bandas y terminar la jornada con una gran fiesta. Todo lo recaudado será para sus familias.

Nos invitan a conocer la fábrica y como se mueve sin patrones. Pero también a conocer como ellos también se organizaban cuando todavía estaba la patronal. Como cuando pararon en solidaridad con los trabajadores petroleros de Las Heras o como peleaban por los contratados.

Nos llaman a visitarla cada mes, a suscribirte vos, tus amigos y familia en el club que construyeron y compartir jornadas deportivas, culturales y recreativas.

Ahí tenemos que estar. Hagamos que también Madygraf, como Zanon, también sea una fábrica del pueblo y una verdadera fortaleza para organizarnos y pelear contra el ajuste.