Nuevos documentos revelaron que la banca suiza guardó durante décadas fortunas de personas ligadas a la corrupción y el crimen organizado. La investigación no hace más que sincerar el esquema que sigue el dinero proveniente de todo tipo de ilícitos, que está amparado en el secreto bancario suizo sin cuestionamientos. Constata la relación intrínseca entre el capitalismo, sus grandes bancos y la corrupción de los poderosos. En todo el esquema de corrupción destaca Venezuela
Lunes 21 de febrero de 2022 09:01
El banco suizo Credit Suisse trató de defenderse de las acusaciones de que por décadas guardó fortunas de personas ligadas a la corrupción, afirmando que los hechos expuestos son "inexactos y sacados de contexto", y asegurando que el 90 % de las cuentas que revisó frente a estas denuncias estaban ya cerradas o en proceso de serlo cuando fue informado de estas indagaciones. Sin embargo, ya era tarde. La investigación dejaba expuesta la realidad de los fondos que se mueven bajo el pantanoso "secreto bancario" suizo, que fue durante años el refugio del dinero producido bajo todo tipo de actividades criminales y provenientes de la corrupción.
Las acusaciones surgieron de las informaciones publicadas por el diario The New York Times, que realizó esta investigación como parte de un consorcio de medio centenar de medios de comunicación y que, con el apoyo de una ONG dedicada a la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, pudo analizar los datos de 18.000 cuentas del segundo mayor banco de Suiza.
En el esquema destaca Venezuela. Casi dos de cada diez cuentas en la filtración de 18.000 registros del segundo banco más importante de Suiza corresponden a personas de Venezuela o clientes que reportaron vivir en el país, lo que hace de este país el campeón entre 120 nacionalidades incluidas en la data de los Suisse Secrets. En la lista venezolana despuntan decenas de nombres relacionados con esquemas de corrupción vinculados al Estado, pero que no se reduce a la etapa del chavismo sino también etapas anteriores, incluyendo el régimen puntofijista de adecos y copeyanos, siendo que el registro revelado va desde 1940 hasta el 2010.
Esas informaciones habían sido transmitidas hace un año al diario alemán Süddeutsche Zeitung por una persona no identificada, lo que lanzó una investigación denominada "Secretos Suizos".
Según la filtración, Credit Suisse abrió cuentas y sirvió como clientes en un periodo comprendido entre 1940 y la década de 2010 "a personas cuyas situaciones problemáticas habrían sido obvias para cualquiera que pusiera sus nombres en un motor de búsqueda" como Google.
El banco supuestamente desoyó alertas de sus propios empleados sobre actividades sospechosas de sus clientes, entre ellos acusados de corrupción estatal, gubernamental, o en la llamada "lucha contra el terrorismo".
El consorcio de medios se dirigió durante su investigación al banco para comunicarle la información que tenía entre manos, lo que llevó a la entidad a "revisar una gran cantidad de cuentas potencialmente vinculadas con los temas expuestos y aproximadamente el 90 % de ellas están hoy cerradas o estaban en proceso de cierre antes de que se reciban las peticiones de la prensa".
El banco señaló que un 60 % de todas esas cuentas habían sido cerradas antes de 2015, pero dijo que toma las denuncias de forma seria y que continuará con sus investigaciones internas.
La filtración de documentos y nueva investigación no hace más que sincesar el esquema que sigue el dinero proveniente de todo tipo de ilícitos, donde uno de sus destinos es la banca suiza con su historial de "secreto bancario" que permitía blindar a sus clientes ante cualquier tipo de investigación. Un esquema apoyado durante décadas por los gobiernos, empresarios e instituciones financieras del mundo que encontraban allí un "paraíso" de seguridad para los "activos" provenientes de la corrupción, asociaciones ilícitas, lavado de dinero, venta de armas, trata de personas, narcotráfico o simpemente evasión fiscal de los grandes empresarios, entre otros.