Miércoles 27 de enero de 2016
Desde el pasado lunes diversos medios de comunicación iniciaron una campaña abierta en contra de los trapitos, es decir quienes cuidan coches en la calle. La causa utilizada fue el golpe que uno de ellos le dio a una persona que se negó a pagarle.
Sin embargo, los ataques contra los trapitos no son nuevos ni necesitan excusas. Durante la campaña electoral presidencial, Scioli le había espetado a Macri que "no podía resolver el problema de los trapitos". En lugar de atender al problema de fondo que, en una enorme mayoría de los casos, nace de la ausencia de condiciones laborales para la juventud, se elige el camino de la estigmatización y la criminalización.
Los hechos
Este martes Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, echó a Fernando Jorge Abelik quien fuera acusado de atacar a un joven que se negó a pagar estacionamiento en la vía pública.
Fuentes del municipio bonaerense de San Martín indicaron que Abelik de 29 años, es empleado del municipio desde 2008, se desempeña en la División de Señalamiento perteneciente a la Dirección de Tránsito y Transporte, y no tenía antecedentes violentos de ningún tipo.
El intendente Katopodis declaró que: "La realidad es que este tema lo vamos a terminar de erradicar si la justicia, la policía y el poder político estamos comprometidos a fondo con este tema, no hay duda que muchas veces estos temas ocurren por connivencia y porque hay complicidades".
Por este mismo tema, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, admitió en declaraciones a radio Mitre que "hay policías que pueden estar entongados con las mafias que manejan a los trapitos" y reclamó "unificar los criterios en los distritos para avanzar con una ley provincial que prohíba la actividad”.
Una campaña "contra los trapitos"
El PRO en varias oportunidades intentó prohibir la actividad de los trapitos modificando el código contravencional, y que por esa falta paguen de uno a cinco días de arresto o bien una multa que puede llegar a los 2.000 pesos.
El kirchnerismo en tanto presentó en su momento un proyecto de ley para regular esta actividad estableciendo la creación de un Registro de Cuidadores de Vehículos, aduciendo que los cuidacoches son personas en condiciones de vulnerabilidad social. Su proyecto no es más que legalizar la precarización.
De acuerdo a lo que señaláramos hoy es indudable que más allá de este hecho puntual de violencia, existe una clara estigmatización tanto por parte del macrismo como del kirchnerismo para con las personas que cuidan coches en la calle.
Muchos jóvenes se ven obligados a dejar sus estudios para trabajar, ayudar a sus familias o como jefes y jefas de hogar, y ahí empieza el círculo de los “ni ni”: se los condena a los peores trabajos menos calificados, o directamente se los margina del mercado laboral. Cifras oficiales estiman que cerca de 2,6 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años (58%) se encuentran en situación de vulnerabilidad social.
Lejos de dar una solución de fondo al problema, el macrismo amedrenta con la cárcel y el kirchnerismo propicia un proyecto de ley que solo legaliza la precarización de la actividad. Ambos niegan así la responsabilidad que les cabe por no generar las políticas necesarias para que los jóvenes obtengan trabajos en blanco y bien remunerados.